?rbol cineal¨®gico: 'Centuri¨®n' de Neil Marshall
De Ridley Scott pasando a cl¨¢sicos de la Serie-B y el peplum, la nueva revisitaci¨®n del g¨¦nero de romanos no deja indiferente
Neil Marshall (Dog soldiers , The descent ) se calza las sandalias de romano este fin de semana en Centuri¨®n para contarnos una historia del Imperio de Imperios. En su particular batidora un mill¨®n de referencias, y para entenderlas unas cuantas pistas m¨¢s o menos selectas que van desde los cl¨¢sicos hasta el delirio transalpino, pasando por tipos con aura de leyenda como Walter Hill y John Carpenter .
1) Aunque solo sea por no mencionar el cl¨¢sico de William Wyler en lugar del de Fred Niblo (el primero de 1959 y el segundo de 1925) y simplemente porque el cine de romanos no tendr¨ªa sentido sin estas dos maravillosas pel¨ªculas, empecemos por Ben Hur ... aunque, la verdad, sea dicha, lo ¨²nico que comparten ambas pel¨ªculas con Centuri¨®n es el retrato de esa especie de viaje inici¨¢tico del protagonista (all¨ª en solitario, aqu¨ª con compa?¨ªa). Todo los dem¨¢s elementos son absolutamente dispares, y lo mismo sucede con la obra maestra de Stanley Kubrick , Espartaco . Eso s¨ª, si se habla de romanos, hay que sacar a relucir Ben Hur. S¨ª o s¨ª.
2) Si no fuera por Ridley Scott y su Gladiator , ahora mismo no podr¨ªamos hablar de Centuri¨®n ya que ser¨ªa dif¨ªcil que el proyecto hubiera salido adelante. Scott consigui¨® que el imperio romano volviera a parecer interesante y triunfo donde muchos otros han fracasado, quiz¨¢s porque lo ped¨ªan a gritos. Ejemplos hay muchos pero daremos dos especialmente sangrantes: El rey Arturo (vale, no es de romanos pero contiene trazos sospechosamente familiares) y La ¨²ltima legi¨®n, una producci¨®n del ¨ªntimo amigo de esta secci¨®n, Dino de Laurentis .
3) ?Y que pinta aqu¨ª John Carpenter ? Pues que probablemente Neil Marshall sea (junto a Alex Proyas, director de la magn¨ªfica Dark City y recientemente de la menos magn¨ªfica -pero igualmente interesante- Se?ales del futuro) sea el realizador m¨¢s cercano a la esencia del legendario director de La Cosa, Halloween o La niebla. Adem¨¢s en Centuri¨®n hay gui?os -m¨¢s o menos explicitos- a 1997, Rescate en Nueva York y un protagonista cercano a los universos de McReady o Snake Plissken, dos de los personajes m¨¢s memorables del universo Carpenteriano.
4) El propio Marshall hablaba recientemente de la influencia del m¨ªtico Walter Hill en su carrera y en esta pel¨ªcula en particular. Hill se hizo famoso por pel¨ªculas como La presa o Los amos de la noche (The warriors en su versi¨®n original) y sigue ah¨ª, en la sombra, cobrando los royalties de sus espor¨¢dicas incursiones como productor (no olvidemos que este se?or se involucr¨® en Alien cuando nadie daba ni un duro por la pel¨ªcula). Su estilo, seco y duro, heredero moderno de la saga Peckinpah y gemelo de ese genio llamado John Millius, tiene reflejo en algunas de las escenas de Centuri¨®n y el alma de road-movie del filme en cuesti¨®n se acerca mucho al territorio de las antes mencionadas La presa y Los amos de la noche. En ambas, como en Centuri¨®n, la aventura es el viaje. Adem¨¢s, Marshall y Hill aprecian los finales contundentes y el primero ha dise?ado para su ¨²ltima pel¨ªcula uno de esos que gustar¨¢n a los amantes del cine de espadas en su versi¨®n m¨¢s salvaje.
5) Quiz¨¢s sea porque el protagonista del filme es un actor llamado Michael Fassbender, que demostr¨® en Malditos bastardos que tiene carisma suficiente como para competir con cualquiera. As¨ª, cuando una mira Centuri¨®n y observa la relaci¨®n y ascendencia que el int¨¦rprete comparte con sus camaradas es imposible no pensar en las ense?anzas del maestro Tarantino. Eso s¨ª, nada de di¨¢logos imposibles o cl¨ªmax infinitos, aqu¨ª lo que se lleva es la acci¨®n directa.
6) Aunque muchos piensen que eso de la serie-B lo inventaron en los a?os 80' lo cierto es que esta clase de cine con vocaci¨®n de simple entretenimiento empez¨® su gloriosa andadura cinematogr¨¢fica en los a?os 30' justo despu¨¦s de la Gran Depresi¨®n. Entre 1930 y 1935 m¨¢s de 20.000 cines tuvieron que cerrar sus puertas por culpa de la crisis. Los que sobrevivieron tuvieron que ingeni¨¢rselas para seguir atrayendo al p¨²blico. As¨ª surgi¨® el programa doble, normalmente una pel¨ªcula con bemoles (l¨¦ase "estrellas") y otra m¨¢s barata que serv¨ªa para vender a la audiencia aquello tan rentable del dos por uno. La cosa resulto ser un ¨¦xito y pronto no una, sino las dos pel¨ªculas, eran filmes baratos, hechos a toda prisa, que recorr¨ªan todo el arco de g¨¦neros y que pronto coparon la cartelera. M¨¢s de cinco mil pel¨ªculas entre los a?os 30 y 40 pueden considerarse parte de esta corriente (m¨¢s financiera que art¨ªstica). A principios de los 40' la cosa empez¨® a flojear y en los 50' la serie B fue engullida por su propia pobreza creativa y el renacimiento del star-system acab¨® definitivamente con ella. Por supuesto con el tiempo llegar¨ªan Roger Corman y compa?¨ªa y la edad de oro del g¨¦nero. Ahora existe la -mala- costumbre de llamar "B" a cualquier pel¨ªcula barata, cuando lo que deber¨ªa remarcarse es la falta de pretensiones y la belleza de un g¨¦nero empe?ado en demostrar que es posible contar historias sin recurrir a los cheques de siete ceros. Marshall es un digno heredero de tantos y tantos realizadores que han aprendido a manejarse con una c¨¢mara en los confines de la serie B. Centuri¨®n es tambi¨¦n un homenaje a esos peque?os filmes donde forma y fondo tienden a equilibrarse.
7) Por supuesto, hay que mencionar 300, aunque los idearios est¨¦ticos de las dos pel¨ªculas no puedan estar m¨¢s alejados. Zack Snyder fue capaz de llevar un g¨¦nero tan sobado como el peplum a nuevas cuotas... y sin romanos. Cierto es que la influencia del c¨®mic de Frank Miller es notable, pero hay en 300 un loable intento de conectar con un cine menos encorsetado a la par que brillante en su vertiente m¨¢s colorista. Centuri¨®n contiene tambi¨¦n esas ganas de dibujar la misma historia con un pincel distinto pero es mucho m¨¢s sobria en su narrativa y visualizaci¨®n. Aun as¨ª, no podemos dejar de mencionarla, aunque sea por simple empat¨ªa.
8) El ¨¢rbol no estar¨ªa completo sin su rama m¨¢s pesada: el peplum. Como tantos otros g¨¦neros (el spaghetti western o el giallo, por nombrar solo dos de los m¨¢s (re)conocidos) el g¨¦nero nace en Italia. Seg¨²n los expertos el peplum arranca en 1954 con pel¨ªculas como Ulisses, aunque no es hasta 1957 cuando realmente se produce la eclosi¨®n que dar¨ªa pie a la avalancha posterior de t¨ªtulos y tramas. Griegos, egipcios, vikingos y sobre todo romanos se conjuran para (con cuatro liras) entretener, entretener y entretener. Sorprendentemente las exportaciones del g¨¦nero crecen hasta el infinito y actores como de Steve Reeves (el verdadero rey del peplum), Reg Park, Gordon Scott, Cameron Mitchell o Kirk Morris se convierten de la noche a la ma?ana en nombres populares. Sus esfuerzos los dirigen tipos como Umberto Lenzi, Pietro Francisci, Ricardo Fredda, Mario Caiani o Giorgio Ferroni. Marshall ha debido de ver mucho peplum a juzgar por el arranque y desarrollo de Centuri¨®n aunque a la hora de la verdad se haya decidido por enfocar su proyecto de un modo distinto, menos aceitoso y m¨¢s oscuro. Cosas del s.XXI.
Babelia
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