La novela negra en seis pasos, seg¨²n Leonardo Padura
El escritor cubano Leonardo Padura desliza su pluma por los entresijos de la novela negra desde hace 20 a?os. Su hijo literario m¨¢s conocido, el investigador cubano Mario Conde, protagoniza ya seis obras y va camino de una s¨¦ptima. "Es un personaje por el que la gente me pregunta como si existiera de verdad, ?c¨®mo va Mario Conde?, me dicen por la calle", sostiene el escritor. Padura, que ha impartido un curso sobre novela policiaca en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo, nos da las que para ¨¦l son las seis claves del g¨¦nero.
Los clich¨¦s saltan por los aires. Mujeres fatales, atm¨®sferas hechas de humo denso y un hombre sentado en el ¨¢ngulo m¨¢s oscuro del local, que siempre resuelve el caso pero, indefectiblemente, pierde en lo personal. Son ingredientes afianzados en la tradici¨®n del g¨¦nero que Padura aconseja utilizar con una "perspectiva posmoderna". "Yo los utilizo sabiendo que son clich¨¦s. Est¨¢n en mis libros, pero no como una parte fundamental, sino como un gui?o al lector; son parte del juego literario".
La novela negra tiene banda sonora. Si el jazz envolv¨ªa las cuitas de Santiago Biralbo en El invierno en Lisboa de Antonio Mu?oz Molina y el Bernard Gunter de Philip Kerr rumiaba sus preocupaciones a ritmo de tango en los locales m¨¢s decadentes de Buenos Aires en Esa llama misteriosa, la m¨²sica no es menos relevante para Padura. "La m¨²sica es important¨ªsima en la novela policiaca", asegura. En su caso, las historias transcurren en Cuba y all¨ª, explica el autor, "la m¨²sica es una presencia constante". "Mario Conde tiene una relaci¨®n nost¨¢lgica con la m¨²sica de los a?os 60, que a Cuba lleg¨® con retraso. En cinco de las novelas discute con su amigo el flaco sobre qu¨¦ van a escuchar en un momento determinado, Beatles o Rolling Stones, al final, eligen a la Creedence".
Una forma astuta de cometer un delito no basta. No hay que quedarse en la mera an¨¦cdota. "El escritor se puede quedar en el ingenio, en la superficie, o profundizar en la vida, la sociedad y la Historia; cualquiera de los grandes asuntos de la literatura pueden abordarse desde la novela negra, que es muy d¨²ctil". Y recuerda que su novela Pasado perfecto trata de la nostalgia y la memoria; Vientos de cuaresma, del amor, y la marginaci¨®n y el enga?o se abordan en M¨¢scaras y Paisajes de oto?o.
El lector se identifica con el antih¨¦roe. "Es clave tener un personaje que exprese un punto de vista ¨¦tico, social y humano, y que tenga una mirada propia sobre un contexto determinado". Y hay que conseguir que el lector se identifique con ¨¦l, incluso en los aspectos de antih¨¦roe. "Son personajes con un sentido ¨¦tico peculiar". Para Padura, su Mario Conde es un nieto del Marlowe de Raymond Chandler y un hijo del Carvalho de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n. El resultado, un personaje "de mirada cr¨ªtica e iron¨ªa desencantada".
Romper las estructuras. El autor invita a jugar al despiste con el lector. "Hay que conocer las reglas del juego, hacer un ejercicio racional y romperlas. En casi todos los casos se cuenta la historia seg¨²n el esquema del principio, desarrollo, clima y desenlace; pero a veces conviene violar esas estructuras". Como ejemplo recurre a su novela La neblina del ayer: "el crimen se comete a la mitad de la historia".
Huir de lo maniqueo. Ning¨²n lugar f¨ªsico ni ning¨²n espacio moral est¨¢ libre de albergar el delito. "Hay que mover las l¨ªneas entre buenos y malos", explica el autor, que habla de polic¨ªas corruptos, y recorre en sus tramas desde los barrios marginales hasta los de clase alta. "Trato la degradaci¨®n de ciertas formas de pensar y actuar de un sector de la poblaci¨®n que deber¨ªa ser representante del ideal revolucionario y que, sin embargo, se aprovecha de su posici¨®n para obtener ciertos beneficios".
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