Barras, estrellas, sexo

El trabajo de Naomi Harris (Toronto, Canad¨¢, 1973) no pasa desapercibido. Habr¨¢ quien al observar las fotograf¨ªas que componen America Swings se ruborice, escandalice, sonr¨ªa o piense que hasta ahora no ha hecho m¨¢s que perder el tiempo. Una veintena de instant¨¢neas resumen en Getxophoto cinco a?os de trabajo, de 2003 a 2008, durante los que Harris recorri¨® 13 Estados de EE UU en busca de fiestas, encuentros, campings... de intercambio de parejas, donde los asistentes participan en org¨ªas o ven c¨®mo sus parejas practican sexo con otras personas.

Todo surgi¨® cuando un amigo le propuso asistir a un encuentro. "Los hombres no pueden ir solos", explica Harris, quien tras su primera fiesta de iniciaci¨®n pas¨® por otras 38. "Sab¨ªa que era fot¨®grafa y me dijo: 'Ven y mira, porque lo puedes encontrar interesante".

Harris recorri¨® 13 Estados y asisti¨® a 38 fiestas para crear 'America Swing'

"Quer¨ªa ense?ar a la gente que estas cosas pueden pasar tras cualquier puerta"

Harris reconoce que nunca hab¨ªa visto nada parecido. Quiz¨¢s lo que m¨¢s le choc¨® fue que los swingers, como se llama a los asistentes a estos encuentros, tras haber picoteado algo en apenas 20 minutos en un buffet, pasaban, por ejemplo, a un ba?o contiguo para participar en una bacanal. "Entonces me decid¨ª. No hay nadie que haya fotografiado esto antes y voy a ser yo la que lo haga".

Entre barbacoas, piscinas hinchables y banderas americanas en todos los formatos y soportes (pasteles incluidos), nada que de entrada anuncie una org¨ªa, se mezclan los protagonistas de sus fotos, a medio vestir o desnudos, la clase media y baja de la Am¨¦rica profunda ya entrada en a?os.

"Es un trabajo documental", se apresura a definir la autora. Harris se sienta en la terraza del Guggenheim a rega?adientes. Llega a la entrevista con un papel con las direcciones escritas a bol¨ªgrafo de varios bares del Casco Viejo y de Licenciado Poza para ir de pinchos, idea que le seduce m¨¢s que sentarse a una mesa del museo. Los compromisos le impiden ir a pasear por la ciudad con la periodista.

"El erotismo o la pornograf¨ªa buscan excitar al que ve las im¨¢genes y esa no era mi intenci¨®n", continua. "Quer¨ªa ense?ar a la gente que este tipo de cosas pueden pasar tras cualquier puerta de Am¨¦rica".

El trabajo de la artista canadiense es el ¨²nico que en la presente edici¨®n de Getxophoto, que se celebra hasta el 3 de octubre bajo el lema Elogio del ocio, se exhibe en un local (Amezti, 6) y no en plena calle.

Harris detalla que el contenido de sus fotos no le ha impedido exponer en ning¨²n sitio pero s¨ª le ha truncado alguna oportunidad de trabajo. "Hay revistas que me han rechazado por esta serie, e incluso una vez contratada me han despedido al ver America Swings". Cuando lo recuerda, se indigna y es el ¨²nico momento en que esta neoyorquina de adopci¨®n, a la que le gusta cantar en karaokes, hacer punto y acoger gatos en casa, deja de sonre¨ªr.