"La dignidad es lo que importa": 'Desaparecidos', un proyecto de Gervasio S¨¢nchez
El drama de los desaparecidos atraviesa toda mi vida profesional. Es el proyecto m¨¢s duro al que me he enfrentado y tengo la convicci¨®n de que el dolor de las v¨ªctimas ha dejado profundas secuelas en mi interior. Podr¨ªa decir que parte de mi vida tambi¨¦n ha desaparecido durante su realizaci¨®n.
Era un joven estudiante de Periodismo en enero de 1983 cuando entr¨¦ a formar parte de un grupo de adopci¨®n de Amnist¨ªa Internacional en Barcelona. Su responsable me ofreci¨® encargarme de Centroam¨¦rica y me dio dos informes gigantescos sobre las violaciones de los derechos humanos en Guatemala bajo la dictadura del general Efra¨ªn R¨ªos Montt y en El Salvador, que viv¨ªa en plena guerra civil.
"Document¨¦ exhumaciones, identificaciones y entregas de restos a los familiares"
"Presenci¨¦ la apertura de la fosa de Al Mahawil, donde hab¨ªa m¨¢s de 3.000 cuerpos de desaparecidos"
La lectura de aquellos papeles, repletos de hechos dif¨ªciles de imaginar por la mente m¨¢s retorcida y s¨¢dica, cambi¨® radicalmente mi visi¨®n del periodismo y me convenci¨® de la necesidad de recorrer este mundo, tan poco amable con millones de personas, con la intenci¨®n de documentar los dramas humanos.
La primera vez que viaj¨¦ a Guatemala, en octubre de 1984, quise realizar un reportaje sobre los desaparecidos. El pa¨ªs viv¨ªa la etapa m¨¢s oscura de su sangrienta historia y puedo dar fe de que daba miedo trabajar como periodista y fot¨®grafo.
La primera vez que viaj¨¦ a El Salvador en ese mismo mes de octubre sent¨ª algo parecido. El pa¨ªs se enfrentaba a las primeras negociaciones de paz entre el gobierno y los grupos guerrilleros. El sue?o del fin de la guerra parec¨ªa cercano. Pero la paz se firm¨® ocho a?os despu¨¦s, a principios de 1992.
Mi primer reportaje chileno publicado en noviembre de 1986 fue sobre los desaparecidos.
Meses despu¨¦s, en mayo de 1987, publiqu¨¦ un texto con datos in¨¦ditos sobre la llamada Caravana de la Muerte y pronostiqu¨¦ que "este caso salpicar¨ªa un d¨ªa a Pinochet". Once a?os despu¨¦s, en octubre de 1998, el ex dictador fue detenido en Londres gracias a una orden cursada por el juez Baltasar Garz¨®n en base a los casos de desaparecidos de la Caravana de la Muerte.
La primera vez que viaj¨¦ a Per¨², en octubre de 1988, me encontr¨¦ con el horror en Ayacucho. Los militares eran los due?os absolutos de la vida y la muerte.
Un tema tab¨²
La primera vez que viaj¨¦ a Colombia, en mayo de 1990, me encontr¨¦ con que la desaparici¨®n forzosa era un tema tab¨². Ninguna autoridad pol¨ªtica o judicial ten¨ªa inter¨¦s por aclarar los centenares de casos acumulados.
Las fuerzas armadas, los grupos paramilitares y las guerrillas est¨¢n implicadas en decenas de miles de desapariciones. La acumulaci¨®n de pruebas sobre los llamados falsos positivos (ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo por miembros del ej¨¦rcito) podr¨ªa provocar el enjuiciamiento del ex presidente ?lvaro Uribe. No ser¨ªa de extra?ar que siguiese los pasos del ex presidente peruano Alberto Fujimori, juzgado y encarcelado por varios casos de desapariciones forzosas en su pa¨ªs.
Mi primer viaje a Irak coincidi¨® con la ca¨ªda del r¨¦gimen criminal de Sadam Hussein en abril de 2003. Durante seis semanas pude documentar decenas de exhumaciones realizadas por los propios familiares sin ning¨²n tipo de preparaci¨®n forense. Presenci¨¦ la apertura de la fosa de Al Mahawil, donde hab¨ªa m¨¢s de 3.000 cuerpos de desaparecidos. Este proyecto fotogr¨¢fico comenz¨® a fortalecerse gracias a las incre¨ªbles im¨¢genes tomadas en aquellos d¨ªas ca¨®ticos.
Mi primer viaje a Camboya, en noviembre de 1995, me permiti¨® visitar el campo de exterminio de Tuol Sleng. La antigua escuela estaba vac¨ªa porque apenas hab¨ªa turistas en un pa¨ªs todav¨ªa golpeado por la guerra. Sus paredes fueron testigos de actos de torturas inimaginables. Dos millares de ni?os perdieron la vida en el penal.
La cobertura de las diferentes guerra balc¨¢nicas entre 1991 y 2000 me permiti¨® enfrentarme al drama de los desaparecidos en la trastienda de la Europa comunitaria. Durante los ¨²ltimos a?os he presenciado varias veces los funerales masivos en la localidad bosnia de Potocari que se celebran cada 11 de julio y donde se entierran a las v¨ªctimas identificadas de la matanza de Srebrenica.
Hasta hace dos a?os los desaparecidos espa?oles no eran un objetivo de este proyecto. El cambio de postura se produjo tras una entrevista realizada por una compa?era de la agencia EFE a finales de 2008 coincidiendo con la inauguraci¨®n de mi exposici¨®n Vidas Minadas 10 a?os en la sede de la UNESCO en Par¨ªs.
Poco antes de finalizarla se interes¨® por mi siguiente proyecto. Apenas hab¨ªa empezado a explicarle que estaba documentando la tragedia de los desaparecidos cuando me pregunt¨®: "?En Espa?a?" Le contest¨¦ que nunca hab¨ªa trabajado en mi pa¨ªs, pero que el proyecto abarcaba casi una decena de pa¨ªses de tres continentes. Me qued¨¦ de piedra cuando me lanz¨® a bocajarro: "Me parece una excusa". Intent¨¦ convencerla de la bondad de mi sistema de trabajo, pero ella no dio su brazo a torcer. Al concluir la conversaci¨®n comenc¨¦ a darle vueltas como s¨®lo lo hacen las personas obsesivas como yo.
Unos d¨ªas despu¨¦s empec¨¦ a buscar contactos. Me entrevist¨¦ con responsables de las agrupaciones de familiares de desaparecidos en Le¨®n, Madrid, Sevilla, Pamplona, Zaragoza, Barcelona y Tarragona. En pocos meses acumulaba tanta informaci¨®n que decid¨ª incluir Espa?a como ep¨ªlogo del proyecto. Document¨¦ exhumaciones, identificaciones y entregas de restos a los familiares.
Gervasio S¨¢nchez es periodista y fot¨®grafo. En 2009 gan¨® el Premio Nacional de Fotograf¨ªa y un a?o antes, el Premio Ortega y Gasset de periodismo
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