7 fotosLa belleza y el dolor de la Gran GuerraLa belleza y el dolor de la Gran Guerra 15 mar 2011 - 12:37CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceColegiala alemana. 18 a?os. El libro de Peter Englund comienza con la historia de esta chica de la localidad germana de Schneidem¨¹hl, que es testigo de la partida del 149? Regimiento de Infanter¨ªa hacia el frente occidental y trabaja ayudando en labores de intendencia.Enfermera del ej¨¦rcito ruso. Inglesa. 27 a?os. Se encontraba en Rusia desde 1908, donde trabajaba como institutriz para un famoso cardi¨®logo de Mosc¨². Se apunta como voluntaria para luchar contra los alemanes, el enemigo com¨²n de su patria y su lugar de residencia.Artillero alem¨¢n. 20 a?os. De familia burguesa y de origen jud¨ªo, cumple con su sue?o de ser soldado y se presenta voluntario para el 63? Regimiento. Hay 1500 solicitudes para servir en ese regimiento. Solo cogen a 200, siendo uno de ellos Sulzbach.Soldado del ej¨¦rcito alem¨¢n. Dan¨¦s. 23 a?os. Uno de los soldados a los que la guerra ni le va ni le viene. Desde su trinchera ser¨¢ testigo de la ca¨ªda del as Max Immelmann. (En la foto, a la izquierda).Conductora de ambulancias del ej¨¦rcito serbio. Australiana. 28 a?os. Hija de un pr¨®spero hombre de negocios y deseosa de aventuras, se apunta a la contienda en el ¨²nico lugar donde admiten mujeres: la asistencia sanitaria.Oficial de caballer¨ªa del ej¨¦rcito otomano. Venezolano. 35 a?os. Aventurero universal, es un veterano de la guerra de Cuba, la guerra civil venezolana y la guerra ruso-japonesa de 1904. Buscador de oro en California y cowboy en Arizona. Es testigo de una matanza de armenios con gas clorado.Enfermera del ej¨¦rcito ruso. 21 a?os. Al igual que Rafael de Nogales, es tambi¨¦n testigo de la matanza de armenios con gas clorado. Ve c¨®mo huyen hacia ella centenares de soldados totalmente ciegos y vomitando.