El altar que se ocultaba tras la botella de ron
Una restauraci¨®n del cuadro de Jos¨¦ Guti¨¦rrez Solana 'La tertulia del caf¨¦ de Pombo' descubre otra pintura debajo
Quiz¨¢ fuera una broma interna, o quiz¨¢ ni los mismos retratados lo supieran. Lo que s¨ª es seguro es que para los restauradores ha supuesto toda una sorpresa. Cuando a mediados de 2009 los t¨¦cnicos del madrile?o museo Reina Sof¨ªa se pusieron a restaurar e investigar en profundidad el cuadro La tertulia del caf¨¦ de Pombo, pintado en 1920 por Jos¨¦ Gutierrez Solana, se encontraron con que debajo de esos nueve se?ores tan serios sentados alrededor de una mesa con sus caf¨¦s, sus copas y sus azucarillos, los rayos X descubrieron otro cuadro, en el que se aprecia claramente un altar con una figura religiosa, varias velas y una figura agachada.
Como ha explicado Jorge Rodr¨ªguez, responsable de restauraci¨®n del museo, el primer motivo de la retirada de la obra de las salas del museo fue la aparici¨®n de algunas grietas en la pintura, que denominan craqueados: "Quer¨ªamos trabajar sobre ella, porque las nuevas tecnolog¨ªas permiten mostrar nuevos planteamientos". Y as¨ª fue. Dos a?os de compleja restauraci¨®n con un equipo de siete personas han dado un fruto que ya se ve en las salas del museo.
El lienzo ha pasado por cuatro fases que han ido descubriendo, muy poco a poco, lo que hab¨ªa debajo. La primera fue la aplicaci¨®n de la llamada luz visible, que permiti¨® ampliar el cuadro hasta cuatro veces su tama?o para ver los detalles. As¨ª, al equipo le llam¨® la atenci¨®n la forma en la que estaban situadas las grietas y tambi¨¦n un trazo m¨¢s grueso que los dem¨¢s a la izquierda del lienzo. La segunda fase fue el an¨¢lisis con luz ultravioleta, fluorescente, por la que se vio que el barniz estaba aplicado de forma irregular.
Despu¨¦s, la imagen pas¨® por infrarrojos, pero las capas de pintura de la obra de Solana son muy gruesas, y los rayos dieron poco fruto. El hallazgo lleg¨® con la cuarta fase, la radiograf¨ªa, que descubri¨® "con claridad meridiana", seg¨²n los restauradores, que debajo del cuadro hab¨ªa otro cuadro: una obra de car¨¢cter religioso y trazos marcados, con una figura que no tiene pintada la cabeza y que adora a una virgen situada en una hornacina sobre un altar.
La insistencia de Ram¨®n G¨®mez de la Serna
"No deja de ser curioso por la insistencia que puso G¨®mez de la Serna en que se pintara esta obra", relata Juan S¨¢nchez, jefe de restauraci¨®n de esta obra. Aunque Guti¨¦rrez Solana sol¨ªa pintar escenas de car¨¢cter religioso, La tertulia del caf¨¦ de Pombo refleja las reuniones de los colegas del autor, entre ellos el creador de las greguer¨ªas, el escritor Ram¨®n G¨®mez de la Serna, que aparece de pie en medio del cuadro entre periodistas, poetas, ensayistas y pintores. Hasta el propio autor aparece en la obra, en la parte superior de la derecha.
El Museo ha recuperado la obra y ya se puede ver en sus salas, con un brillo quiz¨¢ algo m¨¢s intenso del habitual para que no pierda su transparencia. Junto a ¨¦l, una pantalla en la que se pueden consultar las fases de la restauraci¨®n , y que permite obtener algunas respuestas. ?Por qu¨¦ utilizar¨ªa el autor un lienzo que hab¨ªa desechado? ?Es algo normal, ya entrado el siglo XX? "No, no es algo habitual", relata Rodr¨ªguez, "aunque ocurre con algunos autores que tienen una cierta pobreza de materiales. Pero no es el caso de Guti¨¦rrez Solana".
Entonces, ?por qu¨¦ volver¨ªa a usar Solana un lienzo, bastante terminado, en el que dibuj¨® una escena religiosa de forma vertical, para pintar luego un grupo de tertulianos de forma horizontal? Los expertos creen que pudo ser por aprovechar una obra desechada, pero no descartan que fuera una broma del grupo, aunque no hay nada documentado. Lo que s¨ª se sabe es que los intelectuales, que se reun¨ªan en el madrile?o caf¨¦ Pombo -poco m¨¢s que una taberna situada en la c¨¦ntrica calle de Carretas- le dieron nombre a la sala en la que aparecen en la pintura: La Cripta del Pombo. Una cripta inmortalizada entre caf¨¦s, libros, soda y una botella de ron bajo la media sonrisa de Ram¨®n G¨®mez de la Serna. Quiz¨¢ ya estaba pensando en su pr¨®ximo juego de palabras, entre cripta y cripta.
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