El puente de Rialto se cae a trozos
Los trabajadores de Venecia se ofrecen a restaurar el monumento, pero las obras no arrancan por tr¨¢mites burocr¨¢ticos
Una columna del Puente de Rialto, que se tiende desde mediados del siglo XVI sobre el Gran Canal de Venecia, se ha ca¨ªdo este mi¨¦rcoles a causa del tiempo y del descuido. El trozo de m¨¢rmol se ha derrumbado hacia el exterior, al suelo, cerca del Palazzo de los Camerlenghi, en un ¨¢rea poco frecuentada por los transe¨²ntes, as¨ª que ning¨²n turista ni aut¨®ctono result¨® herido. Lo que s¨ª sufri¨® grietas profundas es la credibilidad de una ciudad que no consigue cuidar de sus s¨ªmbolos m¨¢s universales: hace un a?o se rompi¨® otro trozo de la balaustrada y el monumento ya se ha quedado sin cuatro de las columnas blancas y barrigudas que acompa?an por los dos lados la escalonada central.
La patronal de las peque?as empresas artesanales (Confartigianato en italiano) y el Consorcio de los trabajadores del m¨¢rmol de Venecia se han ofrecido para restaurar el columnado, pero las obras a¨²n no arrancan por retrasos en los tr¨¢mites burocr¨¢ticos. Sin embargo, una intervenci¨®n destinada a reforzar solo aquella parte lateral en la que se est¨¢n partiendo las columnas, podr¨ªa no ser suficiente. Con sus cinco siglos de vida y con una concurrencia que siempre fue muy intensa - porque es uno de los tres ¨²nicos puentes que permiten cruzar andando el Gran Canal y es objeto de las fotos de recuerdo para los turistas de la ciudad de los canales - Rialto sufre bastantes achaques. Ninguno pone en peligro su existencia. Pero s¨ª su valor art¨ªstico y est¨¦tico.
Hace un a?o - como relata Il Corriere Veneto est¨¢ bajo observaci¨®n de maquinarias que registran sus oscilaciones, muy similares a las que monitorizan las zonas s¨ªsmicas para intentar prever un terremoto. Sin contar que su superficie se presenta oscurecida por un holl¨ªn viejo de siglos. Para limpiarle la cara y restituirle su blancor ser¨ªan necesarios centenares de millares de euros. El meollo de la cuesti¨®n es precisamente la escasez de fondos: "El puente precisar¨ªa una manutenci¨®n excepcional", ha declarado Alessandro Maggioni, concejal de Obras Publicas, al Corriere, "pero nuestro presupuesto no permite intervenciones tan importantes. Necesitar¨ªamos algunos millones de euros, estamos buscando sponsor privados, pero no es sencillo". Mientras tanto, el en¨¦simo derrumbe en la balaustrada lateral deja claro que hay que actuar deprisa. Los artesanos locales han dado un paso adelante y cada uno se ha comprometido en poner algo (unos el dinero, unos el material y otros la manos de obra) y est¨¢n listos para empezar, a pesar de que la burocracia ponga trabas en su camino. Estos voluntarios de la restauraci¨®n - que tienen planeado autofinanciarse por completo - piden al menos ser exentos del pago del IVA. Las normas nacionales no lo permiten. Hecha la ley, para resucitar el puente de Rialto, habr¨¢ que inventarse la trampa.
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