Asia est¨¢ aqu¨ª

Desde hace m¨¢s de 120 a?os, un drag¨®n de hierro, enroscado en pleno vuelo, vigila el r¨ªo de gente que deambula por la Rambla. En las noches, los ilumina con la luz del farol que pende de sus garras. Y por las ma?anas, le gana en popularidad a los abanicos y a los murales con motivos japoneses con los que comparte la fachada de la Casa Bruno Cuadros o de los paraguas, como se le conoce. En el rovell de l'ou de Barcelona, la decoraci¨®n del edificio no pasa desapercibida y capta la atenci¨®n de muchas c¨¢maras de fotos. Algo tan catal¨¢n tambi¨¦n es oriente. Una met¨¢fora que se extiende al caleidoscopio demogr¨¢fico de la ciudad. Asia est¨¢ entre nosotros.

En Barcelona hay empadronados 57.666 ciudadanos de 26 nacionalidades asi¨¢ticas, que corresponden al 3% de la poblaci¨®n. La comunidad paquistan¨ª es la m¨¢s numerosa de todas las presentes en la ciudad, superando a la italiana y a la ecuatoriana. Seg¨²n los expertos se encuentran en la segunda generaci¨®n, un momento crucial en el proceso de integraci¨®n.

?Por qu¨¦ vinieron aqu¨ª? Los primeros asi¨¢ticos llegaron t¨ªmidamente a Barcelona gracias a la actividad portuaria. Pronto el inter¨¦s fue mutuo. Las ¨¦lites catalanas del siglo XIX, como el resto de las europeas, miraban con curiosidad las costumbres y el arte del oriente lejano. El foco estuvo primero en Jap¨®n, despu¨¦s en China y posteriormente en la India. La fascinaci¨®n, que se plasm¨® en la arquitectura y en la decoraci¨®n de la ¨¦poca y cuya huella se puede rastrear hoy en d¨ªa, no tard¨® en convertirse tambi¨¦n en inter¨¦s comercial. La gu¨ªa "Orient BCN", editada por el Museo de Historia de Barcelona, recuerda c¨®mo la Exposici¨®n Universal de Barcelona en 1888 no s¨®lo fue una gran vitrina que permiti¨® conocer de primera mano las culturas de los pa¨ªses lejanos, sino tambi¨¦n una rueda de negocios que fructific¨® con los incipientes proyectos comerciales con los puertos del Pac¨ªfico.

As¨ª, los primeros asentamientos tuvieron un car¨¢cter profundamente econ¨®mico, especialmente en los sindhis venidos de India. Posteriormente, en el caso de Filipinas, hubo una gran vertiente de servicio dom¨¦stico asociada a las redes sociales del colonialismo y de criollos ricos que ven¨ªan a estudiar a la antigua metr¨®poli, con el s¨¦quito de cuidadores incluidos. En los a?os 20 y 30 un importante grupo de chinos hizo de la venta ambulante su forma de subsistencia. Sin embargo, es solo hasta la segunda mitad del siglo XX que los lazos entre Catalu?a y Asia se estrechan. La explosi¨®n ocurre en los albores del XXI.

"En los ¨²ltimos 10 a?os, la poblaci¨®n proveniente de Asia Central se ha cuadriplicado y la del sudeste se ha duplicado", explica Bernat Masferrer, director del Observatorio de la India y Asia Meridional de Casa Asia. A modo de ejemplo, en 2002 hab¨ªa 6.112 paquistan¨ªes empadronados en la ciudad. A enero de este a?o, la cifra se elevaba a 22.342.

"Por primera vez, los venidos de Pakist¨¢n superan en n¨²mero a los ecuatorianos y a los italianos [la mayor¨ªa de ellos argentinos que tienen la doble nacionalidad]. Los asi¨¢ticos han sobrevivido mejor a la crisis y son los ¨²nicos que siguen creciendo. Pero m¨¢s que efecto llamado hay un efecto anclaje", agrega Masferrer. De hecho, los paquistan¨ªes lideran la lista de las nacionalidades que m¨¢s solicitan la reagrupaci¨®n familiar.

Usman Hamid realiz¨® el tr¨¢mite hace hace un par de a?os. "Estar aqu¨ª solo es muy duro", explica. Este paquistan¨ª de 33 a?os es el due?o de una carnicer¨ªa en el Paral?lel. Lleg¨® hace cinco a?os, siguiendo a sus primos, con el dinero que le facilitaron otros familiares que viven en el Reino Unido, a trav¨¦s de una compleja y centenaria red de pr¨¦stamos y filiaciones donde la ¨²nica prenda es el honor. Todos provienen del distrito de Gujrat, en la zona del Punjab, como la gran mayor¨ªa de paquistan¨ªes que viven en Barcelona. Trabaj¨® en la construcci¨®n hasta que logr¨® montar su negocio. Ahora vive con su esposa y sus dos peque?os de 4 y 6 a?os. "Vivir aqu¨ª es distinto, pero te acostumbras. No me gusta la idea que tienen muchos de nosotros, porque ni nos conocen", cuenta. Hamid vive cerca del F¨®rum y viaja todos los d¨ªas hasta su lugar de trabajo. Y lo hace en Bicing. "Mi familia est¨¢ all¨¢, pero aqu¨ª hay m¨¢s clientes", justifica.

Dentro de los asi¨¢ticos parece que la estructura b¨¢sica de peque?os servicios para sus mismos coterr¨¢neos, como locutorios o peluquer¨ªas, les ayud¨® a soportar mejor la crisis y a no renunciar a echar ra¨ªces como se esta notando con los sudamericanos, por ejemplo. En el caso de los paquistan¨ªes, Masferrer asegura que se est¨¢n disgregando por la ciudad, aunque el Raval sigue siendo el lugar con mayor concentraci¨®n. Tambi¨¦n est¨¢n incursionando en otras actividades. "Hay 500 taxistas paquistan¨ªes con licencia propia en Barcelona", apunta el investigador.

La aportaci¨®n en t¨¦rminos econ¨®micos de los inmigrantes provenientes de Asia es significativa. Ga?lle Patin Laloy, responsable del programa de comunidades asi¨¢ticas de Casa Asia, destaca el caso de la comunidad china, la cuarta dentro del r¨¢nking de inmigraci¨®n en Barcelona (15.001 personas censadas). "El 62% de los nuevos aut¨®nomos son chinos", explica. Seg¨²n cifras del Ministerio de Trabajo, se trata del mayor colectivo extranjero con este tipo de afiliaci¨®n en Catalu?a. "M¨¢s all¨¢ del t¨®pico de los tres cuchillos (los negocios de la peleter¨ªa, restauraci¨®n y textil) y los bazares ahora tienen m¨¢s presencia en el mundo m¨¦dico y del derecho, por ejemplo", apunta Patin.

Aunque suena a leyenda urbana, es cierto que el 70% de los chinos que viven en Barcelona (y en Espa?a) vienen de la misma zona, la comarca de Qingtian, en la provincia de Zhejiang. De hecho, Patin explica que muchos de los reci¨¦n llegados tiene como primera escala a Fondo, en Santa Coloma de Gramenet y desde ah¨ª se mueven a otro sitios. "Son solidarios unos con otros, se trata de un asunto cultural y una exaltaci¨®n de las relaciones sociales que llaman Quanxi", explica. Asimismo, la comunidad china es la que presenta un mayor n¨²mero de nacimientos.

Silenciosos pero no por ello menos presentes son los indios, filipinos, banglades¨ªs, japoneses y nepal¨ªs. En el primer grupo, adem¨¢s de los sindhis (en su mayor¨ªa propietarios de tiendas de souvenirs) est¨¢n los sikhs, los m¨¢s tradicionales y que se pueden reconocer porque visten turbante.

La hist¨®rica colonia filipina fue por mucho tiempo la de mayor presencia en Barcelona. Sin embargo desde el a?o 2000 se estabiliz¨® el n¨²mero y actualmente hay 7.891 en la ciudad, seg¨²n el padr¨®n. Muchos, sin embargo, cuentan con la nacionalidad espa?ola. Aunque inicialmente eran una comunidad netamente femenina, ahora la relaci¨®n es-entre 100- de 45 hombres por 54 mujeres.

La presencia de los nipones (1.345) y los coreanos (436) es casi testimonial. En su mayor¨ªa se trata de ejecutivos de empresas multinacionales. Seg¨²n datos del Ayuntamiento, en Catalu?a hay 99 empresas japonesas, que equivalen al 3% del total de los negocios extranjeros. El grupo con inmigraciones considerables lo completan Bangladesh y Nepal. Ambos colectivos son bastante j¨®venes y poco estudiados. En 2002, s¨®lo hab¨ªa 26 nepal¨ªs empadronados en la ciudad. La cifra se elev¨® a 1.277 este a?o.

El mapa de Asia en Barcelona, sin embargo, est¨¢ incompleto. No se tiene noticias de ciudadanos de But¨¢n o de Maldivas en la ciudad. S¨®lo hay registros de un butan¨¦s en 2007 y 2008. No hay maldivos en Barcelona desde 2007. Ese fue precisamente el ¨²nico momento en que el puzzle estuvo completo, el a?o en que el drag¨®n asi¨¢tico anid¨® por completo aqu¨ª.