Un precioso patrimonio latinoamericano
Hace apenas un a?o que Julio Bocca tom¨® las riendas del Ballet SODRE en Montevideo y ya la compa?¨ªa parece otra. Le ha insuflado nuevas perspectivas y nueva din¨¢mica. La presentaci¨®n en el Primer Festival Internacional de las R¨ªas Baixas (que abarca adem¨¢s de la danza, m¨²sica y teatro) ten¨ªa incluso su parte sentimental: el evento lo dirige Sancho Gracia, que de ni?o emigr¨® desde este puerto de Vigo a Uruguay con su madre. All¨ª en Montevideo se form¨® como actor en la academia de Margarita Xirgu. Rodeado de bailarines se siente tambi¨¦n "en casa".
La funci¨®n en el coqueto teatro antiguo tuvo magia. Y a pesar de que los duendes del teatro jugaron la mala broma de rigor (la computadora de las luces se par¨® a los pocos compases del Mahler y le cost¨® arrancar de nuevo) y de que la sala no se llen¨®, los bailarines lo dieron todo y puede hablarse ¨¦xito en toda regla. El programa escogido por Bocca dice claramente cu¨¢l es su dec¨¢logo de actuaci¨®n perspectivo, concienciado con la recuperaci¨®n y conservaci¨®n del patrimonio coreogr¨¢fico latinoamericano, del que el venezolano Vicente Nebrada (1930-2002) es una de sus m¨¢ximas figuras. La presencia de un cl¨¢sico de Araiz, su "Adagietto", que ya estuvo incluso en el repertorio de la ?pera de Par¨ªs y de una nueva creaci¨®n de Stekelman, ahondan en el mismo criterio.
Noche de Danza
Nuestros valses (1976): Vicente Nebrada/Teresa Carre?o; Adagietto (1971): Oscar Araiz/Gustav Mahler; Doble corchea (1984): V. Nebrada/Benjamin Britten; Tango y candomb¨¦ (2011): Ana Mar¨ªa Stekelman/Popular. Ballet Nacional SODRE del Uruguay. Director art¨ªstico: Julio Bocca. Teatro Novacaixagalicia, Vigo. 12 de julio.
Por razones poco justificadas Nebrada ha dejado de bailarse en su Venezuela natal, y en algunos aspectos, es insuperable, una cumbre del arte coreogr¨¢fico del Am¨¦rica. Su sentido del ritmo como un todo funcional en la obra coreogr¨¢fica, la manera de apurar la t¨¦cnica en funci¨®n de la estructura din¨¢mica y el color diferenciado del estilo, le hacen un maestro que usufructu¨® con visi¨®n y talento propios la experiencia de su trabajo en Norteam¨¦rica con maestros como Balanchine y Robbins. Bocca tiene raz¨®n en que estas coreograf¨ªas deben ser vistas por los j¨®venes y por otros entornos. Las dos piezas de Nebrada son de endiablada ejecutoria, exigen todo del bailar¨ªn de la coordinaci¨®n entre partenaire y bailarina, am¨¦n de un concepto de grupo envolvente en su plasticidad y geometr¨ªa. Los bailarines de SODRE lo dan todo y hay buenos elementos en plantilla, abren el estilo Nebrada a una forma muy actual de interpretarlo, donde esa geometr¨ªa se hace parte del estilo, no enfri¨¢ndolo, sino d¨¢ndole dibujo y precisi¨®n en la abstracci¨®n. La partitura de Britten llena de gui?os al pasado, sirve a la perfecci¨®n para tal menester de caligraf¨ªa est¨¦tica. El d¨²o de Araiz goza ya de la consideraci¨®n de un "cameo" cl¨¢sico que siempre resulta evocador en su lirismo contenido y escult¨®rico.
La pieza de Stekelman, muy dentro de su cuerda funcional, se adentra en senda moderna de fusi¨®n de estilos, algo que a veces chirr¨ªa y encona el contraste. Su dominio del tango coreogr¨¢fico estilizado se pone de manifiesto varias veces a medida que avanza la obra (es deliciosa su recreaci¨®n del tango entre hombres, que es origen antropol¨®gico de ese baile arrabalero y que a veces se distorsiona con facilidad), para enlazar con grupos cimbreantes que llevan a los bailes negros de la costa, una herencia sangu¨ªnea, vitalista y que engancha r¨¢pidamente con el p¨²blico en contagiosa efervescencia formal. En este terreno, la variaci¨®n solista de la mujer es su hallazgo.
La gira espa?ola del Ballet Nacional del Uruguay contin¨²a todo el mes de julio en La Coru?a (Teatro Col¨®n, d¨ªas 14 y 15); M¨¢laga (Festival del Terral, d¨ªa 17); Cangas (Auditorio, d¨ªas 23 y 24); Bilbao (Teatro Campos El¨ªseos, d¨ªa 26) y Huelva (Festival de Niebla, d¨ªas 30 y 31).
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