La ¨¦pica del f¨²tbol hecha sonido
Mogwai comienza esta noche en Bilbao su peque?a gira por cuatro ciudades de Espa?a
Solo hay un sitio donde no les gustar¨ªa estar en la lluviosa ma?ana de lunes de esta entrevista: "Joder, en el entrenamiento matinal del Manchester United. No sabes lo que puede haber sido. Es el tema del d¨ªa en Europa". El United recibi¨® el domingo seis goles en casa a manos del City, su rearmado vecino. Alex Ferguson, el entrenador de los humillados, un tipo con un car¨¢cter del demonio, es un mito en Escocia, donde viven, han crecido y, probablemente, morir¨¢n los integrantes de Mogwai. Pero para ellos hoy es un buen d¨ªa: su adorado Celtic gan¨® 2-1 al Aberdeen. Un buen comienzo para la conversaci¨®n que mantienen en una parada en el madrile?o Palacio de Vistalegre antes de los conciertos que les llevar¨¢n a Bilbao, Madrid, Zaragoza y Barcelona a partir de esta noche en el ciclo Imperdibles de San Miguel.
'Earth Divisi¨®n' es su ¨²ltimo trabajo. Cuatro cortes de una suavidad poco frecuente en ellos.
Futboleros hasta la m¨¦dula (admiten que les gusta m¨¢s el Bar?a que el Madrid), uno de los recuerdos que guarda con m¨¢s ilusi¨®n Martin Bulloch (bater¨ªa de la banda) es la tarde en que en el estadio de su equipo, el Celtic Park, el ¨²nico lugar donde quiz¨¢ el m¨ªtico You'll never walk alone suene tan bien como en Anfield, se escuch¨® a Mogwai a todo volumen. "Mi madre vino conmigo. No paraba de decirle a todo el mundo: 'es mi hijo". ?Y si Mogwai sonar¨¢ en el estadio del Glasgow Rangers? "?Ahhhgg!", y ah¨ª Martin hace como que escupe de asco hacia el eterno rival de la ciudad. El sonido ¨¦pico, arrollador y emocionante de la banda debe ser perfecto para el comienzo de un partido complicado. Aunque, claro, dif¨ªcilmente se puede cantar. Las letras del ¨²ltimo ¨¢lbum de la banda, por ejemplo, eran las instrucciones en alem¨¢n de un aparato del equipo de sonido que se hab¨ªan comprado pasadas por la distorsi¨®n del filtro de un vocoder.
?Y de d¨®nde salen entonces las canciones, la historia y su emoci¨®n? "Sucede naturalmente. Nos ponemos a tocar, y empieza a surgir algo que nos gusta. No hay un sistema o cerebro consciente. No es un proceso. Es algo muy b¨¢sico, la verdad. Tocamos hasta que pasa algo. Y s¨ª, es la m¨²sica primero y luego la emoci¨®n o la historia", explica Stuart Braithwaite. Lo mismo sucede con los t¨ªtulos de las canciones y de sus ¨¢lbumes: no quieren decir nada. Puro cachondeo. Como el t¨ªtulo del primer tema de su reciente EP, Get to France. "En Escocia es una manera de soltar un taco tipo get to fuck sin decirlo. Lo hacen las madres. Seguro que en Espa?a ten¨¦is algo similar, ?no?".
Earth Divisi¨®n es su ¨²ltimo trabajo. Cuatro cortes de una suavidad poco frecuente en ellos. Por alg¨²n motivo, quedaron fuera de Hardcore will never die, but you will, su ¨²ltimo ¨¢lbum. Y s¨ª, el asunto suena un poco a descartes. "Bueno, no pegaban mucho con el sonido de las otras 10 canciones. Lo grabamos todo seguido, y nos gusta sacar algunos EP'S. Nos recuerda a nuestra infancia, cuando compr¨¢bamos 10 pulgadas", dice Martin.
Su sonido, al final, sigue enmarcado en eso que alguien llam¨® un d¨ªa post-rock. Y como suele ocurrir, a ellos no les gusta la etiqueta. "No me siento inc¨®modo, pero no me gusta. Me acuerdo que los primeros que se la pusieron fue a una banda que me gustaba que se llaman Stars of the Lid. Al principio a nosotros nos costaba bastante explicar el tipo de m¨²sica que hac¨ªamos, era algo bastante poco com¨²n. Pero luego nos fueron encasillando con bandas como Tortoise que, en realidad, no ten¨ªan nada que ver", recuerda Stuart.
Compart¨ªan un sonido lento, intenso, instrumental y de exiguas letras con una serie de grupos que emerg¨ªan entonces. Tambi¨¦n con los islandeses Sigur R¨®s, de quienes siempre se dijo que no eran demasiado amigos. M¨¢s bien lo contrario. En su web desmienten categ¨®ricamente que hayan colaborado o que puedan hacerlo en el futuro. Oy¨¦ndoles, da la impresi¨®n que no les tragan. "Ah, ?pero todav¨ªa hacen m¨²sica? No en serio, es que en esa ¨¦poca ten¨ªamos la mala leche de la juventud", suelta Martin. "Es que en las primeras entrevistas siempre nos preguntaban si nos hab¨ªan influenciado y esas cosas, y nosotros pr¨¢cticamente no los hab¨ªamos escuchado", recuerda Stuart. Pero, ?os gustan o no? : "No son muy mi estilo, no escucho mucho ese tipo de m¨²sica. Quiz¨¢ porque la hacemos, y es m¨¢s divertida hacerla que escucharla", admite Stuart.
Babelia
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