De la barrica a la botella y de esta a la copa hay un tiempo de espera, que incluso se puede dilatar. Una crianza de seis a?os antes del deg¨¹ello y seis meses embotellado antes de salir al mercado es s¨®lo un comienzo en un champ¨¢n que puede madurar durante varias d¨¦cadas. El Cristal de 1996 puede envejecer 30 a?os m¨¢s. Una gran a?ada, 2002, es joven a¨²n y puede esperar para expresar m¨¢s riqueza.TEXTO: ROSA RIVAS / FOTO: SAMUEL S?NCHEZAnte los ojos, la boca y la nariz de quienes prueban un vino aparece un reto en la copa. Comparar cinco a?adas obliga a un ejercicio de percepci¨®n de color y sabor e incluso de apreciar la burbuja, fina bien integrada. En cinco copas de un mismo champ¨¢n pero de diferente a?o de nacimiento s¨ª hay diferencia.TEXTO: ROSA RIVAS / FOTO: SAMUEL S?NCHEZLos catadores prueban y dan rienda suelta a sensaciones. Hay satisfacci¨®n cuando fruta, mineralidad y madera se armonizan. Gusta la m¨ªnima acidez y la alta golosidad. Tambi¨¦n que tensa un final de boca largo. Sorprende que vinos con muchas d¨¦cadas en botella resulten golosos, frescos y seductores.TEXTO: ROSA RIVAS / FOTO: SAMUEL S?NCHEZ