Medio siglo de lupa sobre el espa?ol
El 'Diccionario de dudas y dificultades' reprueba algunas normas ortogr¨¢ficas de la RAE La obra de Manuel Seco ha sido actualizada 50 a?os despu¨¦s de su aparici¨®n
-Y cuidado con los puntos y las comas.
Al despedirse, Manuel Seco Reymundo (Madrid, 1928) desmonta en pocos minutos un viejo prejuicio: la erudici¨®n y el envaramiento son indisolubles. Podr¨ªa afirmarse sin exagerar que este se?or bienhumorado es de los pocos ling¨¹istas que ha tocado la cima. ?Acaso hay mayor gloria para un lexic¨®grafo que dar nombre a un diccionario? Puede: dar nombre a dos.
"En realidad tengo dos hijos. A uno le llaman el Seco. Y al otro, el Diccionario del espa?ol actual, tambi¨¦n. Les quiero a los dos".
La entrevista es para hablar de la actualizaci¨®n del primero: el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua espa?ola que, desde su publicaci¨®n, hace cincuenta a?os, no ha cesado de reeditarse y reimprimirse. Ni el autor ni su actual editorial, Espasa, se atreven a calcular cu¨¢ntos ejemplares se han vendido de esa obra que aspira a resolver cuestiones esenciales del espa?ol (en su versi¨®n europea), aunque nadie duda de que viene de un periodo de gloria: en estos cincuenta a?os se universaliz¨® la ense?anza, demandante voraz de manuales semejantes. Un tiempo lo bastante largo como para dejar huellas: "Medio siglo se nota en la vida de la lengua y en una persona. Como observador he notado cambios reales, que me han conducido a algunas supresiones de art¨ªculos o a dar soluciones m¨¢s ambiguas que al principio".
"Es dificil¨ªsimo certificar la muerte de una palabra. De pronto reaparece"
A los 50 a?os, el Seco se ha actualizado en un Nuevo Diccionario de dudas y dificultades del idioma espa?ol, que ahora publica Espasa. Se ha aligerado en algunos aspectos, aunque aclara su autor que la lengua se resiste a la cr¨®nica forense. "Es dificil¨ªsimo certificar la muerte de una palabra. Cuando creemos que ha muerto, de pronto aparece en un peri¨®dico o una novela. Yey¨¦ fue una palabra que hizo furor unos a?os, y ahora alguien de 20 a?os no sabr¨ªa qu¨¦ significa. La circulaci¨®n de palabras que decaen con el paso de los a?os se da mucho m¨¢s en la lengua hablada que en la escrita".
Alguien de 20 a?os no sabr¨¢ qu¨¦ significa yey¨¦, pero seguro que escribe en su m¨®vil a la velocidad de la luz mensajes de palabras tan adelgazadas de letras que parecen lenguajes nuevos. "El sms es un sistema taquigr¨¢fico, no tiene otro valor. Todos hemos usado nuestros sistemas taquigr¨¢ficos para tomar apuntes en la universidad y luego hemos vuelto al lenguaje en una situaci¨®n normal. Lo malo es si los chicos que usan sms son incapaces de escribir frases enteras. Un escritor de primera fila puede usar sms, pero fuera del m¨®vil cambia de traje". El acad¨¦mico tiene m¨®vil, pero no cultiva los sms. Y en los correos electr¨®nicos se esmera en evitar errores ortogr¨¢ficos que le colocar¨ªan en un delicado lugar. "Nunca sabes qui¨¦n puede leer los correos".
Mayor amenaza que en los sms percibe en una ense?anza fallida, en peri¨®dicos, que por deformaci¨®n profesional el ling¨¹ista lee con la ceja alta del examinador, y en los libros mal traducidos. Recuerda Seco que de Rafael Cansinos Assens, que tradujo a Tolstoi y Dostoievski, entre una larga colecci¨®n de valiosos escritores, "se dec¨ªa que mejoraba el original". Ahora proliferan ejemplos de lo contrario. Seco ajusta cuentas con un reciente best-seller de John Boyne mal titulado: El ni?o con el pijama de rayas. "El t¨ªtulo deber¨ªa haber sido El ni?o del pijama a rayas. Es grave que ocurra en el t¨ªtulo aunque no he le¨ªdo la novela, quiz¨¢ me atreva ahora para analizar si hay m¨¢s errores, aunque no pasa nada, la gente sigue respirando y aliment¨¢ndose...".
"La Academia se toma una libertad discutible con la nueva ortograf¨ªa"
La ortograf¨ªa, dir¨¢ m¨¢s adelante con iron¨ªa y tal vez resignaci¨®n, "es una cosa personal". "Si uno quiere salt¨¢rsela, se la salta", bromea. En realidad, el lexic¨®grafo cree que la ortograf¨ªa es el ¨²nico terreno donde est¨¢ justificado ser hiperconservador, una afirmaci¨®n que toma prestada del acad¨¦mico Pedro ?lvarez de Miranda. "Las lenguas cultas como el ingl¨¦s, el franc¨¦s y el alem¨¢n son conservadoras. Las primeras no han hecho ninguna reforma a pesar de sus graf¨ªas descabelladas".
Seco, acad¨¦mico desde 1980 (sill¨®n A), ha sido cr¨ªtico con las revisiones elaboradas por la casa. La nueva Ortograf¨ªa de la lengua espa?ola de la Real Academia Espa?ola (RAE) se present¨® en 2010 y sustituy¨® la que estaba vigente desde 1999. "No me parece aceptable publicar una ortograf¨ªa a los diez a?os de la anterior. Solo a?ad¨ªa algunas ideas geniales y confirmaba la anterior". En su nuevo Diccionario, el ling¨¹ista ajusta cuentas y no duda en reprochar a la RAE que "siembre la confusi¨®n" con la supresi¨®n de tildes en palabras como guion, hui o fie con el argumento de que son monos¨ªlabos. Y, citando a Larra, escribe que el Diccionario de la RAE "tiene la misma autoridad que todo el que tiene raz¨®n, cuando ¨¦l la tiene". "En algunos aspectos la Academia se toma una libertad discutible y discutida. Las normas se introdujeron sin consultar a los acad¨¦micos, lo hizo una comisi¨®n. Aunque luego lo tenemos que suscribir todos, yo soy inocente". Y desliza finalmente, sin que una acierte a dilucidar si bromea o expresa pesar:
-Tendr¨ªa que haber llevado a la Academia a los tribunales.
Dudas comunes
- Santa Teresa y lo¨ªsmos hist¨®ricos. Un error cl¨¢sico enraizado en el pasado es la confusi¨®n en la elecci¨®n del complemento indirecto, que sigue dando quebraderos. Hay ejemplos en el Poema del Cid y en Teresa de Jes¨²s.
- Vuelta a los top¨®nimos espa?oles. El lexic¨®grafo defiende que la validez de las denominaciones en espa?ol subsiste incluso en los casos en los que oficialmente el Estado haya fijado una forma en otra lengua cooficial. O sea: vuelta a L¨¦rida, Orense, R¨ªas Bajas, Gerona....
- Guion, fie, hui. "La Academia est¨¢ errada cuando afirma que a efectos ortogr¨¢ficos son monos¨ªlabos las palabras en las que se considera que no existe hiato -aunque la pronunciaci¨®n as¨ª parezca indicarlo- sino diptongo o triptongo (..) Suprimir arbitrariamente la tilde que por tradici¨®n llevan estas palabras induce a una err¨®nea lectura como monos¨ªlabos que deforma su real estructura bisil¨¢bica".
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