Iowa ense?a a escribir en espa?ol

?Un escritor nace o se hace? En 1936 la Universidad de Iowa encendi¨® esta pol¨¦mica con el primer curso de posgrado para escritores. Siete d¨¦cadas despu¨¦s los MFA de Escritura Creativa -la respuesta art¨ªstica a los MBA de las Escuelas de Negocios- han calado hondo en la literatura estadounidense, han llenado las arcas de las universidades y han permitido a sucesivas generaciones de autores, tanto recibir como impartir clases sobre el escurridizo arte de escribir. Por las aulas del Writer's Workshop de esta universidad p¨²blica, han pasado como alumnos o profesores, entre otros, John Irving, John Cheever, Kurt Vonnegut, Jane Smiley o Philip Roth. En 2009 se calcul¨® que hab¨ªa m¨¢s de 810 programas acad¨¦micos de escritura en EE UU.

A esta lista, Iowa ha sumado oficialmente este mes un MFA para escritores en espa?ol. "Esto es un reconocimiento a otra realidad ling¨¹¨ªstica y a la necesidad de potenciar la creaci¨®n en espa?ol", afirma en conversaci¨®n telef¨®nica la poetisa Ana Merino, directora del nuevo curso, que invirti¨® dos a?os en el dise?o del programa.

Todos los alumnos, no m¨¢s de 15, deben asistir a lo largo de dos a?os a talleres que abarcan g¨¦neros diversos como poes¨ªa, novela gr¨¢fica, teatro, novela policiaca, guion o literatura infantil y completar una tesis. "Decid¨ª dejar fuera la divisi¨®n creativa entre g¨¦neros. Hemos querido que los alumnos se metamorfoseen en otra voz", dice Merino.

Otro de los puntos fuertes del programa es su proyecci¨®n hacia la comunidad, con lecturas y talleres en escuelas. "El escritor no est¨¢ en una torre de marfil sino en el mundo", afirma la poetisa.

Por los cursos de Escritura Creativa pas¨® Toni Morrison, Nobel de Literatura

Los escritores en espa?ol empiezan a ocupar un nuevo papel en el entorno acad¨¦mico de EE UU. La Universidad de El Paso fue la primera que incorpor¨® el espa?ol a su MFA de Escritura Creativa con un programa biling¨¹e. En 2007, la New York University (NYU) tambi¨¦n puso en marcha un posgrado en este idioma. "Nueva York es hist¨®ricamente un punto de encuentro para escritores en espa?ol", explica Lila Zemborain, directora del programa. Los talleres en NYU van dirigidos espec¨ªficamente al g¨¦nero en el que escribe el alumno y hay cursos m¨¢s te¨®ricos sobre el proceso creativo. "Se trata de reflexionar sobre la escritura desde la pr¨¢ctica", apunta Zemborain. Esta poetisa argentina tambi¨¦n destaca el car¨¢cter panhisp¨¢nico del MFA. "Se han creado nexos entre gente de distintos pa¨ªses que escribe en un mismo idioma; se producen lazos y cruces".

Periodista y abogada, Lorea Canales obtuvo el MFA en NYU en 2010. Este a?o sacar¨¢ la novela Apenas Marta que sus compa?eros y maestros conocen bien. "Me fueron ayudando a subir el nivel de la escritura", asegura. Uno de ellos, el novelista y poeta dominicano Rub¨¦n S¨¢nchez F¨¦liz, ganador de varios premios, habla de la din¨¢mica en el aula: "Cada semana se produc¨ªa una cierta tensi¨®n entre los contertulios".

Los talleres literarios universitarios, a medio camino entre la cr¨ªtica descarnada y la terapia de grupo, han tenido un ¨¦xito abrumador, no exento de objeciones. Cuando Harvard pens¨® en contratar a Nabokov como instructor de un taller de novela, un profesor alz¨® la voz para preguntar si pensaban contratar a un elefante para que ense?ara zoolog¨ªa. Este oto?o la obra The seminar, estrenada en Broadway, parodiaba el ego del profesor y las inseguridades de sus pupilos en un taller. "Todas las ventajas pueden convertirse en obst¨¢culos si los profesores intentan imponer una idea muy estrecha, muy excluyente, de lo que es la literatura", dice Antonio Mu?oz Molina, que impartir¨¢ este semestre una clase en el MFA de NYU por tercer a?o.

Aprender la parte de oficio, ofrecer pistas sobre lecturas y entrar en contacto con personas que comparten los mismos intereses son las principales ventajas que el autor de Sefarad destaca de estos programas. "Si se crea un espacio en el que se hagan compatibles la disciplina y la libertad, el respeto a la singularidad de cada uno y el esp¨ªritu cr¨ªtico, el intercambio de lecturas, raro ser¨¢ que algo bueno no suceda".

Los MFA de Escritura est¨¢n plenamente instalados en la tradici¨®n estadounidense, y el paso por ellos resulta casi ineludible en la carrera de cualquier aspirante a escritor, un punto de inflexi¨®n que ayuda a obtener una edici¨®n cr¨ªtica del trabajo y a contactar con editoriales o agentes que buscan nuevas firmas. Desde Carol Oates o J. D. Salinger hasta Toni Morrison, Michael Cunningham o Kiran Desai, la lista de autores que han pasado por estos cursos en sus inicios es notable. "El auge de los programas de Escritura Creativa es el acontecimiento m¨¢s importante en la historia de la literatura americana desde el final de la II Guerra Mundial", sostiene Mark McGurl en su libro The program era.

Lo que s¨ª queda claro es que los MFA no han cuajado en Europa. "En EE UU la cultura es eminentemente pr¨¢ctica y est¨¢ orientada a obtener resultados de la forma m¨¢s efectiva posible. Este esp¨ªritu se transmite a todos los campos, incluido los art¨ªsticos", explica la dramaturga y escritora Mar G¨®mez Gonz¨¢lez, que obtuvo el MFA de NYU. "En Europa la tradici¨®n tiene m¨¢s peso y en literatura se sigue siendo heredero del Romanticismo. Simplificando mucho dir¨ªa que los americanos creen que el escritor se hace y los europeos que nace".