El viento ar¨¢bigo y sus cachorros
'Oro negro' puede presumir de ser la ni?a de los ojos de su productor Tarak Ben Ammar
La ¨²ltima pel¨ªcula de Jean-Jacques Annaud parece esgrimir varias razones de peso para encontrar su lugar en el sol: con su presupuesto de 40 millones de euros es la primera gran coproducci¨®n internacional de la industria cinematogr¨¢fica del emirato de Catar. Tambi¨¦n es la mayor superproducci¨®n cinematogr¨¢fica sobre un tema ¨¢rabe financiada prioritariamente con dinero ¨¢rabe. Y, con toda probabilidad, Oro negro puede presumir, asimismo, de ser la ni?a de los ojos de su productor Tarak Ben Ammar, por lo menos hasta que cumpla con su sue?o de confeccionar un traje ¨¦pico en celuloide a la medida de la memoria del m¨¢rtir tunecino Mohamed Bouazizi.
ORO NEGRO
Direcci¨®n: Jean-Jacques Annaud.
Int¨¦rpretes: Antonio Banderas, Mark Strong, Tahar Rahim, Riz Ahmed, Freida Pinto, Jamar Awar.
G¨¦nero: aventuras. Catar-Francia, 2012.
Duraci¨®n: 130 minutos.
Habr¨¢ reparado el lector que, en este contexto, quiz¨¢ el factor que parece importar menos es que Oro negro sea, como se ha mencionado, el nuevo trabajo de Annaud, uno de los cineastas que, a principios de los ochenta, intentaron acu?ar un nuevo modelo de cine espect¨¢culo europeo ¡ªEn busca del fuego (1981), El oso (1986) y El nombre de la rosa (1988) fueron sus m¨¢s poderosos efectivos¡ª y que se recicla aqu¨ª como rapsoda de encargo. Annaud muta en competente profesional ¡ªno en sus mejores momentos de energ¨ªa y creatividad¡ª al servicio de una nueva clientela ¡ªlos Pa¨ªses ?rabes¡ª dispuesta a reclamar esa ¨¦pica embellecedora que le suba, aunque no haga falta, la autoestima.
Una situaci¨®n esquem¨¢tica ¡ªuna franja de desierto, dos visiones enfrentadas de la vida (tradicionalismo ma non troppo y modernidad falaz), dos hijos dejados en prenda y la tentaci¨®n capitalista¡ª sirven para construir una ficci¨®n funcional (y vocacionalmente fundacional) sobre las primeras explotaciones petrol¨ªferas en los a?os treinta. Antonio Banderas est¨¢ casi par¨®dico en la piel del emir que descubre las bondades del amigo americano, mientras que Mark Strong fuerza una dignidad de g¨¢rgola circunspecta en su caracterizaci¨®n de integrista que no es tal. Los notables Tahar Rahim y Riz Ahmed tienen poco que hacer cuando el guion, escrito por Menno Meyjes a partir de una novela de Hans Ruesch, solo les da arquetipos ¡ªy no verdadera carne¡ª que roer. En su d¨ªa, El viento y el le¨®n (1975) permit¨ªa entender las ra¨ªces de futuras turbulencias en la relaci¨®n Oriente / Occidente: Oro negro parece reducirlo todo a una lustrosa, pero inane maqueta, donde el h¨¦roe solo conquista el arte de nadar y guardar la ropa.
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