Los directores del Prado, Reina Sof¨ªa y Thyssen dan batalla a la crisis
En plena recesi¨®n, los museos han alcanzado sus mejores cifras. Una buena salud de la que hablan sus responsables, reunidos por EL PA?S para discutir sobre los retos y estrategias de tres museos excepcionales
Como tres faros en el oc¨¦ano cultural espa?ol y en medio de la tormenta de los recortes presupuestarios, resisten airosamente el Prado, el Reina Sof¨ªa y el Thyssen. Forman los v¨¦rtices de la Milla de Oro del arte de Madrid, denominaci¨®n que sonar¨ªa rematadamente pomposa si no fuese cierta: juntos ofrecen una de las propuestas expositivas m¨¢s potentes del mundo. Y ah¨ª est¨¢n los prosaicos n¨²meros para venir a demostrarlo. Los centros registraron ¡ªcon la que est¨¢ cayendo, como se acostumbra a decir ahora¡ª cifras r¨¦cord de asistentes en 2011, en otra prueba de que a lo mejor el p¨²blico corre a curarse las heridas de la pertinaz crisis con el b¨¢lsamo de los grandes maestros.
EL PA?S reuni¨® a sus directores, tarea excepcional, al calor de los datos de asistencia conocidos este mes. El Prado registr¨® 2,9 millones de visitantes (un 9,03% m¨¢s que en 2010); el Reina Sofia, 2,7 millones (17% m¨¢s); mientras que el Thyssen registr¨® una cifra de 1,07 millones (y un aumento del 30,3%). Miguel Zugaza, Manuel Borja-Villel y Guillermo Solana recorrieron juntos el martes cada uno de sus dominios y despu¨¦s se sentaron a hablar sobre las excelencias de cada colecci¨®n y el modo en el que piensan seguir creciendo pese a la crisis. De cu¨¢nto hay de cultura espect¨¢culo en lo que programan, de las franquicias muse¨ªsticas y de sus expectativas ante la ley del mecenazgo.
Los tres saben ser¨¢ duro (ellos, y todo el mundo). Y s¨ª, como el resto, contar¨¢n con menos dinero para conseguir m¨¢s. Pero si en algo coinciden es en que la mejor receta en este momento es la grandeza de miras, el trabajo en red y pensar siempre en el visitante. De momento, el Prado ya se ha adelantado al resto al abrir, a partir del lunes, los siete d¨ªas de la semana.
A la crisis, buena cara
¡°La gente responde¡±
Guillermo Solana: No s¨¦ cu¨¢nto dinero menos tendremos. Estamos estudiando la opci¨®n de abrir los lunes, pero para nosotros esa no es una medida econ¨®micamente decisiva. Ni siquiera positiva. El Thyssen tiene una diferencia importante respecto al Prado: la afluencia vegetativa del Prado es mucho mayor que la nuestra. A veces nos interesar¨ªa abrir los lunes, pero a veces no. Nuestra estrategia para combatir a la crisis est¨¢ centrada en la elecci¨®n de las exposiciones temporales, que es de lo que b¨¢sicamente depende nuestro n¨²mero de visitantes. Ya no nos podemos permitir el lujo de combinar exposiciones interesantes o prestigiosas de cara a la cr¨ªtica, pero con pocos visitantes. El margen ahora es menor. Antonio L¨®pez fue r¨¦cord del museo con 319.000. La siguiente, en junio, est¨¢ dedicada a Edward Hopper.
Miguel Zugaza. Eso es una barbaridad de visitantes. Recordemos que en el Nou Camp caben 100.000 personas.
Guillermo Solana. El tama?o del Thyssen tambi¨¦n cuenta. Con Sorolla el Prado tuvo medio mill¨®n de personas. Nosotros no podr¨ªamos porque no caben. Tenemos una escala y un r¨¦cord que hemos conseguido con Antonio L¨®pez y que no volveremos a conseguir con ning¨²n otro artista. Con Chagall y Hopper esperamos un alto n¨²mero de visitantes, peno no creo que alcancemos las cifras de Antonio L¨®pez. Eso s¨ª, espero que no bajemos a 5.000 visitantes y que los periodistas caigan sobre nosotros, que es lo que suele pasar.
Miguel Zugaza. Hace a?o y medio nos dijeron que en aplicaci¨®n del plan de austeridad ir¨ªamos perdiendo aportaci¨®n p¨²blica hasta el 30%. Parad¨®jicamente aunque el pa¨ªs est¨¢ inmerso en una crisis, se puede hablar de una buena salud en los museos. La gente responde a buenas exposiciones, buenos programas¡ Nos afecta en el sentido de que nos recortan. Nosotros pod¨ªamos hacer dos cosas: reducir o activar a¨²n m¨¢s el museo. Optamos por lo segundo. Adem¨¢s de abrir los lunes, creo que hay que seguir apostando por exposiciones de calidad. No pensar en m¨¢s p¨²blico, sino en cumplir el programa de cada instituci¨®n.
Manuel Borja-Villel. Nosotros afrontamos la crisis con el desarrollo de nuestra ley, con todo lo que conlleva de autogesti¨®n y buscando recursos propios para desarrollar la Fundaci¨®n. Esto nos permite trabajar en varios niveles, y hacerlo en red con otros centros de arte. Con menos recursos podemos crecer porque a trav¨¦s de las redes podemos intercambiar exposiciones, coproducir, hacer itinerancias. Tambi¨¦n la Fundaci¨®n nos permite el crecimiento de la colecci¨®n gracias a los dep¨®sitos.
La crisis no es coyuntural, es sist¨¦mica, muy seria. Cuando se pase, no volveremos a estar donde est¨¢bamos. Y lo mismo que la sociedad se est¨¢ repensando muchos elementos, creo que el mundo de la cultura y los museos tienen que hacer lo mismo. Y tenemos que ser muy cuidadosos para no recortar en aquello que nos hace especiales (el conocimiento, la educaci¨®n, el arte). Hay que separar la parte discursiva y acad¨¦mica del tema de los p¨²blicos. Lo que estamos haciendo es diversificar, entender que no hay un p¨²blico ¨²nico, sino una multiplicidad de p¨²blicos. Queremos trabajar con la colecci¨®n para que la gente venga una y otra vez.
Vender o franquiciar, he ah¨ª la cuesti¨®n
"Hay que trabajar en red"
M. Z. Hay museos que pueden hacerlo y otros que no. El modelo de las franquicias o de los que desfocalizan son diferentes. Arranc¨® con El Guggenheim en Bilbao, que es un museo de arte contempor¨¢neo que cumple un determinado papel. El Louvre es suficientemente grande como para poder hacer una operaci¨®n [como la de aventurarse en otros pa¨ªses], en la que en realidad es la marca lo que se vende y detr¨¢s est¨¢n todos los museos nacionales franceses. Tienen tal capacidad que se pueden plantear ese tipo de operaciones. El Prado es muy peque?o en comparaci¨®n con el Louvre. No tenemos la capacidad de clonarnos para generar beneficios.
M. B-V. Es cuestionable que esas operaciones sean tan rentables. En el caso del Guggenheim (no hablo de Bilbao) no parece que sea tan rentable. M¨¢s que hablar de franquicias habr¨ªa que hablar de trabajar en colaboraci¨®n con otros museos. No tenemos el tama?o del Louvre o del Metropolitan, pero s¨ª tenemos la capacidad de trabajar en red. Contrapondr¨ªa la idea de red a la idea de franquicia. Estas debilitan aquello que hace especiales a los museos: su misterio, un algo intangible.
G. S. Se recurre a las franquicias por necesidades particulares. Los Guggenheim arrastran una crisis importante. Thomas Krens tiene un futuro muy problem¨¢tico. Esta crisis no les beneficia. En el caso del Louvre hay otros desaf¨ªos. No solo las necesidades econ¨®micas de un museo de esa envergadura, con unos fondos inmovilizados sobre los que persiste la tentaci¨®n de hacerlos rentables. Est¨¢n las necesidades estrat¨¦gicas del gobierno franc¨¦s, que quiere estar en el Golfo P¨¦rsico¡ No veo que en los museos espa?oles existan ni esos recursos ni necesidades pol¨ªticas que nos hagan echarnos a temblar. En el Thyssen es impensable, porque tiene mil obras y est¨¢n todas expuestas¡
M. Z. Bueno, Carmen Thyssen ha abierto ya varias sedes¡.
G. S. Pero eso es diferente.
M. Z. Estoy de acuerdo con Manolo en la idea de crear redes. El Prado est¨¢ constantemente haciendo exposiciones con museos de otros pa¨ªses¡ Hay muchas formas de colaborar.
A vueltas con el fondo de armario
¡°Las colecciones no se acaban nunca"
M. Z. Todas las exposiciones que concebimos en el museo tienen que ver con la propia colecci¨®n. A partir de las obras que tenemos de Tiziano, por ejemplo, podemos organizar una gran retrospectiva. El a?o pasado hicimos una exposici¨®n integrada solo por los maravillosos rubens del museo. El eje fundamental del programa de exposiciones es la colecci¨®n. A veces las hacemos en tono a lo que nos falta, porque no nos sobra nada pero nos faltan muchas cosas. Cap¨ªtulos, artistas, a los que merece la pena aproximarse¡.
EL PA?S. ?Se refiere a artistas del siglo XX como Picasso y su Guernica?
M. Z. Me refiero a artistas de todas las ¨¦pocas¡.
M. B-V. Las colecciones no se acaban nunca. Siempre las est¨¢s acabando. Cuando la colecci¨®n es buena deber¨ªamos tener capacidad de crear nuevos relatos, nuevos itinerarios. Hay que aprender de aquello que no tenemos. Lo que no tenemos puede ser parte de lo que contamos. De hecho hemos construido un relato sobre feminismos que tiene que ver con la historia del siglo XX. Puede que en el futuro lo importante sea el relato y no el objeto
M. Z. Mutuamente nos apoyamos much¨ªsimo en pr¨¦stamos¡ De todas formas, donde lo van a pasar mucho peor es en esos peque?os museos que tienen una audiencia mediana y que son muy dependientes de la financiaci¨®n p¨²blica.
M. B-V. El panorama de los museos institucionales en este pa¨ªs no es el de tres instituciones. Es algo mucho m¨¢s amplio. Y es tan importante un gran museo como un centro de producci¨®n donde no hay colecci¨®n. Hay que tener una visi¨®n global no economicista. Hay que buscar resultados cognitivos como el conocimiento y la educaci¨®n. No todo lo que no es rentable econ¨®micamente tiene que desaparecer, sino todo lo contrario.
El peligro de lo masivo
"Homenaje a los visitantes"
G. S. En el Thyssen est¨¢ totalmente medido. Lo s¨¦ porque mi primer contacto con el Thyssen fue como comisario invitado en la exposici¨®n de Gauguin y entonces se entraba seg¨²n se llegaba. Carlos Inestrosa, entonces gerente del Thyssen y ahora del Prado puso orden y se acabaron las colas. Hay que luchar contra ellas. Entran cada cuarto de hora. No hay sobrecarga. No conozco situaciones de quejas.
M. Z. Hay que hace un peque?o homenaje a quienes pensaron en el cambio del ADN y de la arquitectura del Prado. Que sean m¨¢s de 6,5 millones de personas las que nos visiten frente al no m¨¢s de un mill¨®n de hace diez a?os, se debe a los que tuvieron...
M. B-V. Echo de menos hablar en este encuentro de la idea de la modernidad invertida, del Sur¡ de ideas que estamos consiguiendo que se impongan en otros sitios: nuestro sistema de Investigaci¨®n, nuestra museograf¨ªa, etc. Creo que fuera se est¨¢ empezando a reconoce por la itinerancia de las exposiciones, por la presencia que vamos teniendo en medios internacionales como Artforum o Le monde. Se habla del Reina Sof¨ªa en numerosas universidades y en nuestro caso eso es importante.
M. Z. Yo creo que hay que hacer un homenaje a los visitantes. Siguen siendo una ¨¦lite. Aqu¨ª y en todo el mundo. La obra que encargamos a Francesco Jodice [un v¨ªdeo y una exposici¨®n de fotograf¨ªas] est¨¢ dedicada precisamente al p¨²blico. No importa si vienen de Alcorc¨®n o de Tokio. Lo importante es conocerles uno a uno y saber c¨®mo ha sido su experiencia frente a la obra. Tenemos que pensar en cada uno de ellos porque para ellos es el trabajo que hacemos.
Babelia
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