Whitney Houston, el prototipo de 'soul diva'
Si hubiera podido, a la estrella le esperaba una madurez productiva
Antes de que se convirtiera en un caso triste, Whitney Houston transform¨® el modelo de diva del soul; tambi¨¦n alter¨® los m¨¦todos de elaboraci¨®n del pop comercial. Su carrera, desde luego, pudo discurrir por otras v¨ªas: cuando ejerc¨ªa de modelo, tambi¨¦n grababa con el colectivo vanguardista Material, compartiendo cr¨¦ditos con Fred Frith o Archie Shepp. Y evit¨® por los pelos el callej¨®n sin salida de la disco music, espejismo para tantas vocalistas de grandes pulmones.
Gerry Griffith, el cazatalentos de Arista que la vio actuando con su madre en 1983, comprendi¨® que ten¨ªa un lienzo en blanco. Whitney pose¨ªa la suficiente legitimidad hist¨®rica (mam¨¢ Cissy, prima Dionne y "t¨ªa Aretha", amiga de la familia) para que no necesitara exhibir su autenticidad. Whitney pod¨ªa saltarse ese paso y entrar directamente en el mainstream. Iba a ser una estrella pop, aunque sus cuerdas vocales y sus ecos de la iglesia la situaran en la tradici¨®n del soul, ya entonces rebautizado R&B para quitar las connotaciones del black power sesentero.
Arista tard¨® casi tres a?os en elaborar su estreno, Whitney Houston (1985). Se tomaron decisiones sin precedentes: realiz¨® showcases, actuaciones privadas para compositores y productores, como ret¨¢ndoles a atreverse a usar sus poderes interpretativos. Tina Turner ya hab¨ªa triunfado repartiendo juego entre diferentes productores, para que el ¨¢lbum resultante alcanzara m¨¢xima variedad y se evitaran los rellenos.
Reconociendo la realidad de una radio segmentada por formatos, Arista logr¨® introducirla en todos los nichos posibles: dance, urban, pop, contemporary adult. Sus discos abundaban en duetos y colaboraciones: Stevie Wonder, Luher Vandross, Faith Evans, Missy Elliott, Fugees, Brandy, los Winans. Detr¨¢s de la mesa, grandes expertos en producto rutilante: Kashif, Jellybean B¨¦nitez, Michael Masser, Jermaine Jackson, Narada Michael Walden, LA Reid & Babyface. Arrasaba con las baladas pero sus temas r¨¢pidos eran remezclados para las pistas de baile. Clive Davis, el lince de Arista, aplicar¨ªa luego f¨®rmulas similares para artistas ca¨ªdos en la rutina, como Carlos Santana.
Vocalista multiusos
Con sus diez primeros a?os de ¨¦xito, Whitney se elev¨® a patr¨®n oro de la vocalista multiusos. Se apropiaba de temas-himno ajenos, como I¡¯m every woman (Chaka Khan) o I¡¯ll always love you (Dolly Parton). Desdichadamente, sus rasgos estil¨ªsticos se degradaban por el abuso de otras cantantes y, horror, las participantes en concursos televisivos; ellas tend¨ªan a sobreactuar los melismas y adornos que a Whitney le resultaban naturales.
A partir del impacto de El guardaespaldas, su ruta se hizo incierta. Tal vez pretendi¨® seguir el ejemplo de Barbra Streisand en Hollywood: dej¨® de lanzar discos nuevos y se reserv¨® el material fresco para las bandas sonoras de sus pel¨ªculas. Fue acusada de menospreciar al exigente p¨²blico negro, aunque sus siguientes papeles respond¨ªan a arquetipos de la minor¨ªa afroamericana. Le fallaba estrepitosamente la conexi¨®n con sus seguidores, obligados a defenderla de los rumores de lesbianismo, forzados a argumentar su relaci¨®n con Bobby Brown (pero ?no es cierto que muchas chicas buenas se sienten atra¨ªdas por los chicos malos?). Cuando salieron a la superficie sus problemas con las substancias, no le funcion¨® su ejercicio de "limitaci¨®n de da?os" ante la televisiva Diane Sawyer. Su participaci¨®n en Being Bobby Brown, el reality show de su marido, tampoco ayud¨®.
Todo conspir¨® contra el intento de retomar su lugar. Los errores, los titubeos de algunos conciertos se convirtieron en noticia a toda plana, cuando seguramente habr¨ªan quedado en an¨¦cdota para fans de haber sido protagonizados por alguien menos escrutado. Con todo, nadie se atrev¨ªa a asegurar que su periodo creativo hab¨ªa terminado. Si hubiera querido, si hubiera podido, si hubiera recargado las pilas, le esperaba una madurez productiva. No podr¨¢ ser.
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