Misterios literarios de una pen¨ªnsula
El escritor argentino Oliverio Coelho traza un panorama del mundo literario de Corea. Cineastas y escritores acercan al p¨²blico internacional a un pa¨ªs dividido en dos mitades.

En una sociedad como la coreana, din¨¢mica y a la vez amordazada por imperativos de eficacia, competitividad, hipertecnolog¨ªa y confucionismo, los artistas son testigos voraces. As¨ª como Ozu y Kawabata matizaron un Jap¨®n que ya no existe, hoy los artistas coreanos documentan la marcha vertiginosa hacia un futuro que nadie tiene tiempo de descifrar. En pocas palabras: los cambios que el pa¨ªs experiment¨® en los ¨²ltimos a?os est¨¢n grabados en su cine y en su literatura. Nadie m¨¢s tuvo tiempo o paciencia de registrarlos. El artista aqu¨ª tiene una capacidad de indagaci¨®n sociol¨®gica tan aguda que el mundo no tard¨® en detectar un foco de originalidad en Corea. Pocas veces sucede que el cine o la literatura logre retratar sin anacronismos los procesos sociales de un pa¨ªs y que genere una est¨¦tica nueva, nada complaciente con el asunto que se proponen abordar. El cine fue el mascar¨®n de proa para la nueva ola coreana: Kim Ki-duk, Hong Sang-soo, Boon Joon-ho, Im Sang-soo y Lee Chang-dong. Un cine que adem¨¢s de poblar festivales, propuso un imaginario oriental distinto al que conoc¨ªamos a trav¨¦s de China y Jap¨®n.

Por esto mismo, cuando estuve en Corea por primera vez, experiment¨¦ un d¨¦j¨¤ vu. Aunque viajar a Se¨²l es viajar hacia el futuro, entend¨ª que el desarrollo y la inevitable alienaci¨®n hab¨ªan sido cronometrados por la sensibilidad de los cineastas reci¨¦n citados. Intu¨ª que la literatura quiz¨¢s hubiera ido m¨¢s lejos todav¨ªa: en el tratamiento de los dramas colectivos del pasado, pod¨ªa estar enterrada la clave para descifrar el pa¨ªs actual. Despu¨¦s de leer durante a?os cuanto libro coreano cayera en mis manos, hoy, por segunda vez en una residencia de escritores en Se¨²l, creo haber resuelto el enigma y puedo ofrecer un panorama para iniciados. Parte de mi residencia, de hecho, consiste en antologar y contextualizar a la nueva generaci¨®n de escritores: Pyun Hye-young, Park Myng-gyu y Kim Young-ha, entre otros. As¨ª como las obras de Hwang Sok-young, Kim Won-il y Choi In-hun ofrecieron un registro intelectual de la divisi¨®n de las dos Coreas y la pobreza de la posguerra, e Im Chul woo de la lucha por la democracia durante la ¨²ltima dictadura, esta nueva generaci¨®n hoy improvisa una literatura mordaz, a veces par¨®dica e h¨ªbrida, que le reh¨²ye al realismo social de muchos de sus predecesores, pero en una l¨ªnea asociable al cine de la nueva ola, enfoca problem¨¢ticas de la vida urbana con una urgencia apocal¨ªptica, como si en la megap¨®lis el hombre hubiera decretado su extinci¨®n.

Al igual que en toda literatura nacional, adem¨¢s de best sellers l¨²cidos del tipo Por favor, cuida de mam¨¢ de Shin Kyung-sook (Grijalbo), hay escritores que son la puerta de acceso a una cultura. Yi Mun-yol (1948) es uno de ellos. Creo que sin ¨¦l no habr¨ªa resuelto el enigma arriba mencionado. La prosa biogr¨¢fica y confesional de su volumen El invierno de aquel a?o (Ediciones B) echa luz sobre la idiosincrasia local narrando las distintas etapas de la formaci¨®n art¨ªstica de un joven en medio de una crisis de valores y de una occidentalizaci¨®n creciente durante los a?os setenta. En sus obras m¨¢s notables, el relato Una isla an¨®nima (publicado recientemente por la revista New Yorker) y la nouvelle Nuestro frustrado h¨¦roe (Editorial Complutense), a trav¨¦s de historias ambientadas en escenarios min¨²sculos (un incestuoso pueblo de monta?a y el aula corrompida de un colegio), refleja las trampas del nacionalismo y la endogamia, y los peligros de la sumisi¨®n pol¨ªtica y ¨¦tica. Estas historias min¨²sculas dif¨ªcilmente envejecen; mientras existan lectores, la puesta en abismo de problemas universales en manos de un gran escritor nacional siempre iluminar¨¢ las razones c¨ªclicas de nuestro malestar.
* Oliverio Coelho (Buenos Aires, 1977) es el autor de Un hombre llamado lobo (Duomo).
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