Grandes actores secundarios

Se sientan uno al lado de otro. Ambos llevan barba corta cuidada, vestuario juvenil y sonrisa de buen rollo. Los dos son amantes de su profesi¨®n, int¨¦rpretes curtidos en el teatro, curritos de muy largo recorrido, padres de dos hijos y candidatos por primera vez en su vida a un premio Goya: compiten en la categor¨ªa a mejor actor de reparto. Se han conocido unos pocos d¨ªas antes, en otra entrega de premios, pero hasta ahora no hab¨ªan charlado tranquilamente. Juanjo Artero tiene 46 a?os, ¡°y a¨²n hay gente que me llama Javi¡±, porque ¨¦l era el adolescente rubio de Verano azul. Desde entonces d¨¦cadas de teatro y televisi¨®n. Llu¨ªs Homar ha cumplido 54 a?os, dos pel¨ªculas con Almod¨®var, ¡°y aunque debut¨¦ con 24 a?os en La plaza del diamante, es cierto que al cine he llegado m¨¢s tarde, porque dediqu¨¦ mucho tiempo al Teatro Lliure¡±, compa?¨ªa que lleg¨® a dirigir. Mientras Artero ha llegado a los Goya con Leiva, un polic¨ªa todo profesionalidad en No habr¨¢ paz para los malvados, Homar ha conseguido su candidatura encarnando a Max, un robot mayordomo en Eva. Y los dos esperan la ceremonia del domingo trabajando en el teatro. Comienzan a charlar y calientan hablando de sus pel¨ªculas.

Juanjo Artero. Enrique Urbizu es un director que lo mide todo much¨ªsimo, que relaciona objetos en la pantalla, que hace que cuando repites el visionado de la pel¨ªcula encuentres muchos m¨¢s detalles. A m¨ª me controlaba mucho el tono y me insist¨ªa que mi personaje pod¨ªa haber sido Santos Trinidad, pero que por cuestiones de la vida hab¨ªa acabado m¨¢s estable. Urbizu hablaba mucho del azar, de c¨®mo afecta a las vidas.

Pregunta. La pel¨ªcula habla del 11-M pero no habla del 11-M.

J. A. Eso es estupendo, porque entra en la descoordinaci¨®n policial, ah¨ª est¨¢ Atocha, la sensaci¨®n de que pasar¨ªa si estallaran las bombas¡­

Llu¨ªs Homar. No habr¨¢ paz¡­ es estupenda. A m¨ª de Eva me encant¨® esta posibilidad de encarnar a un robot que en el fondo es el m¨¢s humano de todos los personajes, que es capaz de regular su nivel emocional para subirlo o bajarlo seg¨²n quiera el protagonista al que sirve. Me atra¨ªa rodar una pel¨ªcula tan extra?a para Espa?a, de ciencia ficci¨®n retrofuturista.

P. Ambos llegan a su primera candidatura con tres d¨¦cadas de trabajo a sus espaldas.

L. H. Ya, y maduros. Pero es curioso¡­ Recuerdo cuando mis padres cumplieron 50 a?os, aquella fiesta en la casa, la tengo muy viva¡­ Y ahora he superado esa edad. Pienso que yo no soy mis padres, que hay mucha distancia [risas]. No quiero ni saber c¨®mo me ver¨¢n mis hijos.

J. A. Es cierto. Est¨¢s casado, eres padre y te dices: ¡°Pero, pero, si todav¨ªa no, si todav¨ªa no¡­¡±. Tal vez es que la vida es esto. Hay cosas de envejecer que veo igual que cuando pas¨¦ la adolescencia: de repente te miras y te sorprendes.

L. H. Y m¨¢s en tu caso, que toda Espa?a vio tu adolescencia en la tele.

J. A. Eso, pero a cambio te llegan otros papeles, ?no? De repente eres el mayor del equipo. Por ejemplo, Urbizu tiene cinco a?os menos que yo, le tratas como si fuera un maestro, y en realidad t¨² eres el veterano.

L. H. Yo en el Lliure empec¨¦ con 19 a?os, era el peque?o de la compa?¨ªa.

P. Ha habido suerte y ambos compiten a mejor actor de reparto y no en actor revelaci¨®n.

L. H. [risas] Cierto. Yo vivo la candidatura con mucha ilusi¨®n. Otras veces lo he deseado mucho, me dec¨ªan que me iban a seleccionar y nunca ocurr¨ªa. Cuando ha llegado, sencillamente lo disfrutas. No pienso en que pod¨ªa haber pasado antes, porque, fr¨ªamente, pod¨ªa no haber ocurrido nunca.

J. A. Exacto, te alegras del hecho en s¨ª. En mi caso no he hecho tanto cine, y para m¨ª ha sido sorprendente. Me avisaron el d¨ªa anterior para que estuviera atento y escuchara la radio. Se me olvid¨®, pero me despertaron los ni?os, encend¨ª la radio y me sorprendi¨® escuchar mi nombre. Me hace mucha ilusi¨®n.

P. Supongo que tambi¨¦n habr¨¢ cierto cari?o y respeto de los compa?eros en la nominaci¨®n.

L. H. Puede. Llevo muchos a?os en esto. Aunque empec¨¦ en el cine muy tarde, cuando naci¨® mi primer hijo en 2000. Vas haciendo, haciendo¡­ Pero hay otro factor muy importante, que es estar en la pel¨ªcula adecuada con el personaje adecuado. Con Eva ha sucedido: 12 candidaturas y a m¨ª me toc¨® este papel ins¨®lito. De repente se te acerca la gente y te dicen que les has gustado¡­ y eso lo he notado con Eva.

J. A. Soy muy consciente de que en mi caso mi personaje no es de candidatura obvia, sino que estoy en la pel¨ªcula del momento. Lo trabaj¨¦ muy para adentro, en contraste con el de Coronado. Y me gusta y me sorprende que me hayan seleccionado. Yo creo que ganar¨¢ Llu¨ªs.

L. H. No lo creas, no lo creas. T¨² das algo muy limpio que transmite tu trabajo, que rehuye la espectacularidad¡­

P. Sus personajes son contrapuntos al protagonista en las dos pel¨ªculas.

L. H. Cierto. Hay otra cosa: en nuestro caso, y hablo por los cuatro candidatos [los otros dos son Ra¨²l Ar¨¦valo por Primos y Juan Diego por 23-F: la pel¨ªcula], creo que gane el que gane los otros tres estar¨¢n contentos.

J. A. De verdad que yo con estar en el cuarteto me vale.

L. H. Nunca sabes qu¨¦ ocurre en los premios. Por un lado te hace ilusi¨®n ganar, pero por otro¡­

J. A. Por otro piensas, ha ganado otro y me libro de este trago, que lo sufra otro.

L. H. Nuestra carrera no va a cambiar ganemos o perdamos. Los dos estamos trabajando, nuestros cach¨¦s no van a cambiar [risas]. Es una gala para ir a disfrutar. A favor nuestro juega que es nuestra primera selecci¨®n, que no hemos pasado a¨²n por el trago del no.

P. Antonio Banderas el domingo compite por cuarta vez por el Goya, y a¨²n no lo ha ganado. ?l ya ha o¨ªdo tres veces ese no.

L. H. Dice mucho de Antonio que a pesar de que le pueda ganar Coronado vaya a estar en la ceremonia. Es un profesional.

J. A. Es un ejemplo. Y por eso pienso que c¨®mo me voy a mosquear si no lo gano yo cuando Banderas no tiene el Goya. Quiz¨¢ es una defensa, pero creo que es malo para tu karma desear en exceso algo. Yo quiero disfrutar el momento, no pensar en el algo m¨¢s.

L. H. Para hacer diana, en realidad no te tiene que importar si no la haces.

La charla sigue, hablan de los deseos en la vida, de esa mala sensaci¨®n de que cuando algo se hace excesivamente importante rara vez lo consigues, de lo que se mueve en el est¨®mago de un actor¡­ Pero de los Goya, poco m¨¢s: tal vez les importe m¨¢s seguir trabajando el lunes.