'Rebelle', un retrato pavoroso de ni?os militarizados en ?frica

Sabemos que el escenario de Rebelle es ?frica, pero en ning¨²n momento ofrecen pistas marcando el pa¨ªs en el que se desarrolla esta estremecedora historia. Podr¨ªa ser el Congo o Sierra Leona o Ruanda o Somalia. Qu¨¦ m¨¢s da. Lo que cuenta en ella el director canadiense Kim Nguyen podr¨ªa haber ocurrido en cualquiera de los lugares citados o en otros de un continente en el que la barbarie m¨¢s inconcebible es moneda com¨²n. Habla de ni?os obligados a ser soldados en guerras de exterminio, con un reclutamiento que comienza con el feroz ritual de matar a sus padres y a todos aquellos seres d¨¦biles que no pueden servir a los invasores de las aldeas.

El director transmite dolorosa veracidad a ese cat¨¢logo de espantos en ?frica

Esa excesiva atrocidad se ha contado en reportajes y en documentales, pero no recuerdo haberla visto tratada nunca en una presunta ficci¨®n. La protagoniza una violada y embarazada cr¨ªa de 13 a?os cuya trastornada voz describe al indeseado ni?o que va a tener lo que le ocurri¨® en los ¨²ltimos tres a?os de su corta existencia. Todo es un cat¨¢logo de horrores, le ense?aron a matar con sadismo y ella se impuso la necesidad animal de sobrevivir. Pero esta v¨ªctima a la que transformaron en un monstruo, al igual que sus colegas ni?os, todos ellos sin posibilidad de deserci¨®n, siguen siendo cr¨ªos perdidos, insomnes y a ratos ilusionados, machacados por la culpabilidad y el desconcierto aunque les hayan intentado despojar de cualquier resorte de humanidad en su terror¨ªfica misi¨®n de depredadores. El director transmite dolorosa veracidad a ese cat¨¢logo de espantos, los personajes miran, se mueven y act¨²an como si ignoraran que les est¨¢ filmando una c¨¢mara, reproducen con naturalidad una realidad que parecen haber vivido. Y si observar el comportamiento de verdugos adultos siempre te puede helar la sangre, ver esa actividad ejercida por ni?os supera lo abominable. Es una pel¨ªcula dura y emocionante, dotada de un lirismo desgarrador, que se ocupa de esas masacres permanentes que no suelen tener demasiado espacio en los medios de comunicaci¨®n occidentales y que tampoco las naciones poderosas har¨¢n demasiado esfuerzo por frenarlas. Ocurren en ?frica, nos queda muy lejos, son muertos de clase ¨ªnfima. Aseguran que en las matanzas de Ruanda en 1994 fueron asesinadas un mill¨®n de personas en el espacio de unos d¨ªas, la mayor¨ªa tutsis. Imagino que si eso hubiera pasado en el mundo presuntamente civilizado se hubieran rodado un centenar de pel¨ªculas evocando ese infierno. Me voy a acordar durante mucho tiempo con un escalofr¨ªo de los ni?os matarifes de Rebelle.

Se ocupa de esas masacres que no encuentran espacio en los medios

El cine ha adaptado varias veces la muy popular y buena novela de Guy de Maupassant Bel Ami. Siendo fiel a la ¨¦poca o actualizando su sabroso argumento, que cuenta la historia de un paria que utilizando sabiamente el arribismo y su poder de seducci¨®n con las mujeres, logra introducirse en la alta sociedad y prescindiendo de escr¨²pulos encuentra su lugar en el sol. La versi¨®n que han realizado los directores ingleses Declan Donnellan y Nick Ormerod de Bel Ami no ocupar¨¢ ning¨²n lugar distinguido en la historia del cine pero puede entretener ligeramente. Tiene dos cosas imperdonables. Una es obligar a afearse hasta extremos que la hacen irreconocible a Kristin Scott Thomas, esa actriz plena de belleza y de clase. La otra es ofrecerle el protagonismo, imagino que pensando en el mercado adolescente, al limitad¨ªsimo actor Robert Pattinson, el guaperas aunque estomagante vampiro de la serie Cresp¨²sculo. A cambio podemos disfrutar de la espl¨¦ndida madurez f¨ªsica e interpretativa de Uma Thurman, se?ora infinitamente deseable aunque los cors¨¦s de la ¨¦poca no nos permitan admirar su anatom¨ªa. Pero sus miradas, su gestualidad y su voz son sensualidad de alto grado.

El protagonista de 'Bel Ami' es el estomagante Robert Pattinson

La secci¨®n oficial se ha despedido, aunque fuera de concurso, con la pel¨ªcula china Flying swords of dragon gate, rodada en tres dimensiones y protagonizada por Jet Li. Pueden adivinar su g¨¦nero, espadachines combatiendo por tierra y aire y mezclando las estocadas con el kung fu durante m¨¢s de dos horas. Solo he aguantado la primera. Ning¨²n cargo de conciencia. Ignoro si en la segunda este aparatoso y rutinario circo se transforma en una tragedia shakesperiana. En la Berlinale vale todo. Son as¨ª de posmodernos. El problema es que casi nada ha sido meritorio.