Estrategias
"Todo el mundo tiene una estrategia. Hasta Meryl Streep cuando recoge un premio, otro m¨¢s, cumple una rutina habitual".
Todo el mundo tiene una estrategia. Hasta Meryl Streep cuando recoge un premio, otro m¨¢s, cumple una rutina habitual. Primero pone cara de sorprendida, luego se levanta y besa a los de alrededor. Despu¨¦s corre al escenario pizpireta y en una ceremonia deja atr¨¢s el bolso, en los Globos de Oro se olvida las gafas y en los BAFTA pierde el zapato. Su discurso arranca con una broma autopar¨®dica, y luego enumera con rigor los agradecimientos. Pues si ella tiene una estrategia, por qu¨¦ no la van a tener los dem¨¢s.
Las cargas policiales contra estudiantes en Valencia enfrentaron varias estrategias cruzadas. Cuando los j¨®venes acudieron a la delegaci¨®n del gobierno armados con libros, encontraron el s¨ªmbolo perfecto en la batalla medi¨¢tica. Fueron, pese a su corta edad, infinitamente m¨¢s inteligentes que personas que detentan cargos p¨²blicos desde que se afiliaron al partido. Los sindicatos de polic¨ªa se defendieron. No est¨¢ lejano el ejemplo de tres de ellos que perdieron la vida por tratar de salvar a unos j¨®venes en las playas coru?esas. Lo dijeron claro: las ¨®rdenes ven¨ªan de arriba, de los despachos pol¨ªticos.
Pero los despachos no tardaron en quitarse el marr¨®n de encima y prometer que abrir¨ªan investigaciones para ver si hab¨ªan existido extralimitaciones. Decir que se abrir¨¢n investigaciones es como asegurar que se estudiar¨¢ tu propuesta cuando dejas el curr¨ªculum. El tiempo lo sepulta todo. El gobierno catal¨¢n tambi¨¦n ejerci¨® una violencia policial brutal sobre los j¨®venes nada m¨¢s hacerse con el poder. Lleg¨® incluso a infiltrar radicales en la protesta frente al Parlament. La estrategia consiste en zurrar de salida, poner el list¨®n. El debate se pervierte ideol¨®gicamente, enfrentando a los partidos y por tanto robando la reivindicaci¨®n a quien le pertenec¨ªa originalmente y ocultando las razones de la protesta. S¨²male las mentiras de los medios afines, la manipulaci¨®n de rumores (incluido el de Abc de que los profesores aprobaban a los alumnos que fueran a la mani) y al final, cuando bajas el pist¨®n, logras que la pereza se imponga ante otra batalla perdida.
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