Patada a la historia

Que The artist haya ganado cinco oscars principales, entra dentro de lo esperado. Que La invenci¨®n de Hugo lograra otros cinco, m¨¢s t¨¦cnicos, tambi¨¦n. Pero la patada que ha dado esta madrugada la Academia de Hollywood a la historia del cine es de denuncia de juzgado de guardia. Como es francesa, gan¨® el C¨¦sar ¨Caunque fuera mejor Declaraci¨®n de guerra-, y como se ha rodado en ingl¨¦s ¨Cen ese idioma est¨¢n escritos los intert¨ªtulos y en esa lengua se oyen las ¨²nicas palabras de esta comedia- ha entrado en la categor¨ªa de mejor pel¨ªcula de los BAFTA, los Globos de Oro y los Oscar. Y en los Independent Spirit tambi¨¦n obtuvo el trofeo principal. Es decir, que se ha llevado los cinco grandes premios del cine en un r¨¦cord que ser¨¢ casi imposible de igualar.

Y aunque The artist tiene alma, aunque sea una alegr¨ªa que una comedia gane el Oscar, aunque anime el coraz¨®n que en ¨¦pocas avatariles alguien resucite el cine mudo y en blanco y negro, que esta pel¨ªcula sea la que alcance esa marca escuece en el alma del cin¨¦filo. Como que Jean Dujardin sea el primer actor franc¨¦s en ganar la estatuilla¡­ aunque sus compatriotas femeninas ya llevaran tres, gracias a los trabajos de Simone Signoret, Juliette Binoche y Marion Cotillard. Al menos, Michel Hazanavicius le ha agradecido a tres personas el Oscar a mejor pel¨ªcula: a Billy Wilder, Billy Wilder y Billy Wilder¡­ y ni en eso han sido originales.

Si este a?o ha habido dos obras maestras, estas han sido El ¨¢rbol de la vida, de Terrence Malick (Palma de Oro en Cannes), y Nader y Simin, una separaci¨®n, del iran¨ª Asghar Farhadi (Oso de Oro en Berl¨ªn). La primera ha sido ninguneada en los Oscar; la segunda al menos ha logrado el galard¨®n a mejor pel¨ªcula de habla no inglesa. Farhadi ha aprovechado para lanzar un hermoso discurso superando pol¨ªticas¡­ y pol¨ªticos. Esas dos pel¨ªculas, hermosas, complejas, iluminadoras, brutales y honestas s¨ª est¨¢n a la altura de cl¨¢sicos de todos los tiempos. Que la alegr¨ªa de The artist (pel¨ªcula con alma, no como La invenci¨®n de Hugo, perfecto mecanismo que se parece en demas¨ªa al bello aut¨®mata sin coraz¨®n del que habla) no nos esconda la realidad. En un mundo en el que cada vez importa menos la calidad y triunfan la cantidad y el arribismo, si The artist ha llegado tan lejos no es por el talento que posee mucho, sino porque en Cannes Harvey Weinstein decidi¨® controlar su distribuci¨®n mundial y convertirla en su caballo ganador en los Oscar. Esta noche, pel¨ªculas producidas o distribuidas por Weinstein han obtenido ocho estatuillas. Ellos s¨ª saben convertir el arte en negocio.