Separaci¨®n
Sorprende la rotundidad con la que los admiradores de The Artist defienden su posici¨®n. Para ellos cualquiera que ponga pegas a la pel¨ªcula es un amargado cateto sin esp¨ªritu l¨²dico. Nost¨¢lgico es un adjetivo curioso, porque se usa como descalificaci¨®n o como elogio, dependiendo de si la nostalgia es la tuya, tan hermosa, o es la ajena, siempre viscosa. Puede que The Artist sea inolvidable por una sola escena, el momento en que Berenice Bejo se acaricia a s¨ª misma con los brazos dentro de las mangas del chaqu¨¦ de su admirado actor. Pese a sus arquetipos m¨¢s que personajes y cierto raquitismo narrativo, es de celebrar que sea la primera pel¨ªcula francesa que logra el Oscar, aunque suene a agravio comparativo. Tanto como el premio de Dujardin, que ha llegado donde no alcanzaron Michel Simon, Jean Gabin, Noiret o Depardieu, por citar un pu?ado de talentos.
No es grave. Los premios son festividades caprichosas. Festejamos el D¨ªa de la Madre pero no el de la Abuela ni el del Cu?ado o el de la Prima Deseada. Dentro de ese accidente, Nader y Simin, la gran pel¨ªcula iran¨ª, ha sorteado envilecidos climas pol¨ªticos, ha contado con una distribuidora en USA capitaneada por jud¨ªos y vuela por encima de su mensaje conservador. Su director, Asghar Farhadi, cont¨® en el debate de directores extranjeros del d¨ªa anterior a la gala que sus dos largometrajes precedentes aspiraban a presentar su pa¨ªs como un lugar con personajes y conflictos tan complejos como los de cualquier democracia occidental. As¨ª, Fuegos artificiales del mi¨¦rcoles y A prop¨®sito de Elly fueron joyas, aunque sin tanta trascendencia mundial. Pero en Nader y Simin se hab¨ªa propuesto rodar algo muy local, una pel¨ªcula para el exclusivo consumo interno de Ir¨¢n, seguramente inestrenable fuera de su pa¨ªs. Por lo tanto la carrera internacional no dejaba de ser para ¨¦l una ir¨®nica sorpresa.
Pero en ese viraje del destino reside tambi¨¦n algo esencial en tiempos de globalizaci¨®n. Contextualizar el relato de manera radical, imbricarlo con un territorio cercano y familiar, lograr ser universal a trav¨¦s de lo particular, hablarte a ti y a los tuyos, en tu idioma y en tus calles, no deja de ser la m¨¢s firme vocaci¨®n de trascendencia que conocemos.
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