Una esp¨ªa disfrazada de ama de casa
Una mujer que huye hasta Luxemburgo para esconderse de su pasado protagoniza el ¡®thriller¡¯ ¡®Los expatriados¡¯, ¨®pera prima del estadounidense Chris Pavone
Muy probablemente la mujer no ten¨ªa nada que esconder. Simplemente, no le apetec¨ªa hablar. Al fin y al cabo, tampoco vas a contarle tu vida a un desconocido que, sentado a tu lado en un banco, no para de hacerte preguntas. Pero a la mente de Chris Pavone (el tipo pregunt¨®n) esa respuesta no pod¨ªa bastarle. ¡°Tal vez solo fuera t¨ªmida, pero empec¨¦ a imaginar: ¡®?Y si hu¨ªa de algo? ?Y si hab¨ªa tenido alg¨²n trauma?¡±, cuenta el escritor estadounidense. A fuerza de dar vueltas a ciegas, Pavone encontr¨® una luz: ¡°?Y si era una esp¨ªa?¡±. Era, seg¨²n ¨¦l, uno de los secretos m¨¢s fascinantes que se puedan guardar. Y era la casilla de salida de la novela que quer¨ªa escribir.
Para empezar a cocinar su ¨®pera prima, Pavone solo necesitaba otra pizca de misterio. Kate, la protagonista del thriller Expatriados (Suma de Letras), no solo ser¨ªa una esp¨ªa, sino que su marido no lo sabr¨ªa. Una vez creado el guion, Pavone abandon¨® su musa del banco y se centr¨® en lo que mejor conoc¨ªa: su propia vida. El estadounidense hab¨ªa estado viviendo en Luxemburgo durante un tiempo para seguir a su mujer, encargada del lanzamiento del lector de libros electr¨®nicos Kindle en Europa. De ah¨ª que Kate tan solo tuviera que pisar las huellas dejadas por su creador, de EE UU hasta el Viejo Continente.
¡°Tiene mucho de m¨ª. Es una persona que, como yo, llega a un pa¨ªs extranjero para seguir a su pareja y acaba qued¨¢ndose mucho tiempo en casa. Su d¨ªa a d¨ªa se parece al m¨ªo en Luxemburgo¡±, describe Pavone a su protagonista. As¨ª, el aterrizaje de Kate y su marido, Dexter, en Europa es el pistoletazo de salida de una carrera de 559 p¨¢ginas por las que la mujer huye hacia un presente normal y su pasado misterioso corre tras ella. Una competici¨®n que Kate no puede ganar. "Quiz¨¢s consigas cambiar algo de ti, si lo intentas. Pero es imposible escapar de tu pasado. Tu pasado eres t¨²¡±, defiende Pavone.
M¨¢s que en la jungla del libre albedr¨ªo, el estadounidense cree en un mundo de senderos lineales, desde el nacimiento hasta ¡°lo que te han sugerido que hagas o que se supone que tienes que hacer¡±. Seg¨²n Pavone, la partida del destino del ser humano no se juega en la Tierra, sino unas plantas m¨¢s arriba. ¡°Ll¨¢melo destino o c¨®mo quiera, pero muchas personas no escogieron su vida, sino que la vida les escogi¨® a ellos. Y lo mismo le ocurre a Kate¡±.
Excepci¨®n que confirma su propia regla, Pavone s¨ª ha cambiado las cartas encima de la mesa. Era editor. Ahora es escritor. ¡°Ten¨ªa la impresi¨®n de que ya hab¨ªa hecho bastante. Adem¨¢s, no quer¨ªa pasarme toda la vida en una oficina y quer¨ªa estar m¨¢s presente en las vidas de mis hijos¡±, explica sus razones Pavone.
Sin embargo su pasado le ech¨® varias manos a la hora de escribir: ¡°Con los contactos que ten¨ªa no fue dif¨ªcil encontrar a gente que me leyera. Y el trabajo de editor me ense?¨® a fiarme de la opini¨®n de los dem¨¢s¡±. Tanto como para dejar pasar (a rega?adientes) su obra por el bistur¨ª de su editor y su agente. Cuando sali¨® del quir¨®fano, Expatriados hab¨ªa perdido m¨¢s de 200 p¨¢ginas y un cap¨ªtulo.
El resultado es una obra que ser¨¢ traducida a 11 idiomas y de la que ya han sido adquiridos los derechos para la versi¨®n cinematogr¨¢fica. Sorprendente, para una ¨®pera prima. Pavone vuelve a su pasado por un segundo y lo explica as¨ª: ¡°La raz¨®n por la que un editor se levanta el lunes y va al trabajo es la esperanza de encontrarse algo nuevo. Y creo que lo novedoso de mi historia es que es un thriller que no habla de personajes poco cre¨ªbles, sino de gente real¡±.
Tal vez sea verdad. O tal vez tambi¨¦n influya que su agente sea David Gernert, el mismo de John Grisham. Al otro lado del tel¨¦fono, Pavone se r¨ªe por la pregunta, pero solo responde evasivamente. ?Y si fuera un esp¨ªa?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.