Variet¨¦s intelectuales

El escritor Carlos Ca?eque, premio Nadal en 1997, se pregunta en su primer trabajo como director, por el lugar del intelectual en una sociedad que parece haberle arrebatado a esa figura todo espacio p¨²blico de visibilidad. Querid¨ªsimos intelectuales (del placer y del dolor) parece postularse a s¨ª mismo como respuesta y placebo frente a ese vac¨ªo: su estrategia es (casi) la de plantear una suerte de espect¨¢culo de variedades (del pensamiento), convocando diversas voces ¡ªde Santiago Carrillo a Fernando Savater, pasando por Elena Ochoa, Javier Tomeo, Carlos Moya o Xavier Rubert de Vent¨®s, entre otros¡ª alrededor de una reflexi¨®n sobre los conceptos de placer y dolor. El resultado contiene intervenciones valiosas, pero, al mismo tiempo, sugiere nuevas e impertinentes preguntas a quien piense que el papel del intelectual tiene que ser, esencialmente, inc¨®modo. Y m¨¢s tal y como est¨¢ el patio.

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