David Lynch filma su canto al erotismo degenerado
Por primera vez el cineasta graba un v¨ªdeoclip para una canci¨®n propia Se trata de 'Crazy Clown Time', del elep¨¦ hom¨®nimo
Si un cl¨¦rigo fundamentalista viera el videoclip que David Lynch ha dirigido para su canci¨®n Crazy Clown Time lo interpretar¨ªa sin duda como la prueba palmaria de la decadencia de Estados Unidos o, ya puestos, de Occidente entero.?El autor de Cabeza borradora, Terciopelo azul o Dune se pone por primera vez tras la c¨¢mara para dotar de im¨¢genes a su propia m¨²sica. En este caso, al nuevo single del ¨¢lbum hom¨®nino que lanz¨® en noviembre de 2011 con la discogr¨¢fica PIAS. El clip ha sido publicado hace unas horas por el portal de v¨ªdeos Noisey, que depende de la revista Vice.
Una barbacoa nocturna en un jard¨ªn trasero, alcohol, machotes descerebrados, pechos femeninos al aire, cadencias r¨ªtmicas eroticofestivas punteadas por jadeos org¨¢smicos y todo tipo de sonidos recurrentes y obsesivos (berridos de dolor casi inhumanos, el chirrido de un coche al frenar en seco...); ecos que dotan de una p¨¢tina de desasosiego on¨ªrico a todo lo que hace el cineasta estadounidense.
Lynch aporta una voz de falsete en un desconcertante ejercicio de spoken word para una letra en apariencia ingenua y adolescente. La narraci¨®n de una fiesta et¨ªlica en boca de un p¨²ber fascinado por su primera experiencia adulta (?). El cineasta tambi¨¦n se atreve a rasgar la guitarra el¨¦ctrica en este c¨®ctel de clich¨¦s estadounidenses, con jugador de f¨²tbol americano incluido.
De holgada experiencia en esto de poner im¨¢genes a canciones, Lynch ha trabajado con artistas como Michael Jackson (Dangerous), Moby (Shot in the Back of the Head) o la banda alemana Rammstein (Rammstein).
Ahora en cambio condensa su inquietante imaginario en siete minutos muy personales. Con referencias a Dal¨ª (ese bigote del caballero yacente) y el caos enervante que solo lograba Bu?uel, en esta peque?a obra cinematogr¨¢fica perviven las turbadoras im¨¢genes que albergaba la habitaci¨®n roja de Twin Peaks. Im¨¢genes que todav¨ªa pueblan la psique del cineasta y de muchos de sus seguidores.
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