Willy Toledo, una noche en los piquetes y siete hechos contrastados

?Qu¨¦ pas¨® el 29 de marzo en el bar La colonia de San Lorenzo de Lavapi¨¦s? ?Alent¨® Willy Toledo a un piquete informativo a destrozar el local? Con las pruebas que hab¨ªa, ?fue proporcionado arrestarlo casi 24 horas despu¨¦s de los hechos y que pasara toda la noche en el calabozo? ?Ten¨ªa sentido la petici¨®n de prisi¨®n provisional que solicit¨® el fiscal y que fue denegada por el juez? Hasta el momento, solo hay dos versiones contrapuestas: la de Toledo, que niega haber tenido nada que ver con ning¨²n acto violento, y la del due?o del bar, que insiste en que era uno de los cabecillas de la agresi¨®n. Pero el equilibrio entre dos versiones no hace una verdad, y por el momento solo hay algunos hechos contrastados, abiertos despu¨¦s a distintas interpretaciones, en torno a esta extra?a historia.

Primero. La primera informaci¨®n sobre el arresto era falsa. A posteriori, se convirti¨® en real. Toledo fue detenido casi 24 horas despu¨¦s de que el piquete llegara al bar, a ¨²ltima hora de la noche siguiente, y despu¨¦s de que una informaci¨®n atribuida a fuentes policiales o del Ministerio del Interior lo diera por arrestado desde las seis de la ma?ana. Por lo tanto, la detenci¨®n no se produjo ante un caso de flagrante delito. Fue una medida meditada y reflexionada por la polic¨ªa despu¨¦s de que en los medios y redes sociales se hubiera hablado durante todo el d¨ªa de su arresto-no arresto y de que ¨¦l hubiera negado en rueda de prensa haber tenido ning¨²n tipo de contacto con la polic¨ªa. Finalmente, acab¨® teni¨¦ndolo.

Segundo. El due?o del bar hab¨ªa presentado una denuncia contra ¨¦l y un grupo de personas no identificado. Lo hizo a las dos de la madrugada del d¨ªa 29, tras los altercados, y despu¨¦s de que agentes de polic¨ªa se presentaran en el bar. El denunciante, Rafael Contreras, dice que no conoc¨ªa con anterioridad a Toledo, pero que algunos de los clientes del local le dijeron que estaba al frente del piquete. M¨¢s tarde, en sede policial, reconoci¨® su foto.

Tercero. Hubo altercados en el local y un grupo de gente del piquete entr¨® para que lo cerraran. Esto parece claro a tenor de multitud de testigos. Pero, ?hasta d¨®nde llegaron los da?os? Mohamed El Morabet, vecino del barrio, estaba dentro del local cuando sucedieron los hechos, tomando algo con sus amigos. Cuando lleg¨® el piquete, sobre las 00.30, sali¨® a la calle. Fuera pudo ver todo lo que ocurr¨ªa, seg¨²n explica. Era un grupo grande de unas 40 o 50 personas, y algunos, unos 8, s¨ª entraron a intimidar al due?o de bar, pintaron un ¡°esquirol¡± en la fachada, dieron patadas a sillas y a mesas, usaron el extintor de incendios y bajaron las persianas. Sobre estos desperfectos parecen coincidir todas las versiones. Pero el due?o del bar asegur¨® en su denuncia que, adem¨¢s, el grupo rompi¨® "sillas, mesas, vajilla y los grifos de cerveza¡±. Estos da?os no fueron acreditados ante el juez ni con fotos ni con testigos. El due?o asegura que lo arregl¨® todo esa misma noche. Al d¨ªa siguiente el bar estaba en perfecto estado.

Cuarto. Willy Toledo estuvo esa noche en Lavapi¨¦s como piquete. Pero, ?cu¨¢l fue su implicaci¨®n? El due?o del bar, en conversaci¨®n con este diario, y ante la pregunta de qu¨¦ vio hacer exactamente al actor, dice que alentaba a los violentos. ?Dentro o fuera del local?, se le pregunta. Se enfada, siente que se est¨¢ cuestionando su versi¨®n, y no hay respuesta. Mohamed, el cliente, asegura que el actor en ning¨²n momento entr¨® en el bar y que no vio ninguna actitud agresiva por su parte. Otra de las vecinas del barrio, Inma Garrada, que desde su balc¨®n pudo observar todo lo que pasaba, dice que el grupo que formaba el piquete era enorme ¨Ccoincide en este punto con Mohamed-, con mucha gente del barrio, y que en su inmensa mayor¨ªa estaba tranquilo. ¡°A Willy Toledo lo vi, porque como es alto se le ve enseguida, pero no estaba ni cerca del bar. Estoy totalmente segura de que no entr¨® ni anim¨® a nadie a ser violento¡±. El due?o del local discrepa.

Quinto. El actor pas¨® la noche en el calabozo. Despu¨¦s de un d¨ªa entero con informaciones y desmentidos sobre su detenci¨®n, con las pruebas existentes ¨Cb¨¢sicamente, la denuncia del due?o del bar-, la polic¨ªa decidi¨® no solo llevarlo a comisar¨ªa sino mantenerlo detenido hasta que, al d¨ªa siguiente, lo puso a disposici¨®n del juez. El actor y su entorno cuestionan que esta medida fuera proporcionada, dado que los hechos ya hab¨ªan sucedido y que no hab¨ªa ninguna raz¨®n objetiva para sospechar que Toledo, sin antecedentes penales, no fuera a comparecer ante el juez cuando fuera citado para ello. Argumentan que la detenci¨®n es una medida cautelar penal que solo debe usarse cuando sea estrictamente necesario, y se plantean si, en este caso, no se llev¨® a cabo solo para hacer real un arresto ya anunciado.

Sexto. El juez consider¨® que no ten¨ªa sentido la petici¨®n del fiscal de prisi¨®n provisional y asegur¨® que no hab¨ªa pruebas de nada. El juez de guardia de Plaza de Castilla al que toc¨® decidir sobre si Toledo deb¨ªa o no ir a la c¨¢rcel como preso preventivo, dict¨® un auto denegando la medida solicitada por el Ministerio P¨²blico. El magistrado Marcelino Sexmero dice que no hay ¡°indicios suficientes de la comisi¨®n de un delito contra los trabajadores, ya que ni la propia polic¨ªa ha rese?ado en el atestado los empleados coaccionados ni ha tomado declaraci¨®n a dichos posibles trabajadores, constando solo la declaraci¨®n del propietario del local¡±. Sobre los da?os en el local asegura que su ¡°realidad no est¨¢ a¨²n acreditada¡±. Afirma que la petici¨®n de prisi¨®n preventiva es ¡°desproporcionada e inadecuada¡±.

S¨¦ptimo. La denuncia sigue en fase de instrucci¨®n. Desde su detenci¨®n se han escrito miles de comentarios, en contra y a favor, sobre Willy Toledo, basados en la simpat¨ªa o animadversi¨®n que el actor provoca con su activismo pol¨ªtico. La justicia tendr¨¢ que poner orden con los ¨²nicos elementos que valen en un estado de Derecho: las pruebas.