Luz de humanidad en las tinieblas
Tiene montajes cerrados de aqu¨ª a 2014 Miguel del Arco se ha convertido en el director al que todo el mundo quiere Tras rechazar varios encargos, lleva a escena 'De ratones y hombres', la obra del nobel John Steinbeck

Las nubes se deslizan veloces en un cielo azul. Debe de hacer mucho viento. En la tierra, un grupo de jornaleros avanza a c¨¢mara lenta, pesados y con signos de agotamiento. Dos hombres, uno de ellos tremendamente grande y con andares muy torpes, surgen del valle color trigo. Van en busca de trabajo a una granja, pero hacen un alto en el camino. Se tumban en el campo y ah¨ª, con el cielo sobre sus cabezas, van desgranando su sue?o. Con paciencia y generosidad, es George el que relata al gigant¨®n Lennie c¨®mo ser¨¢ esa casa al borde de la monta?a desde la que podr¨¢n contemplar cada noche las estrellas, sin capataces ni trabajos que les machaquen y en la que el propio Lennie podr¨¢ tener su peque?a granja de conejos, esos animales con piel suave que tanto le gusta acariciar. As¨ª comienza De ratones y hombres, el cl¨¢sico del Nobel John Steinbeck, que, dirigido por Miguel del Arco (Madrid, 1965) y protagonizado por Fernando Cayo, Roberto ?lamo, Irene Escolar y otros siete actores m¨¢s, se estrena en el Teatro Espa?ol de Madrid el pr¨®ximo 12 de abril, en una producci¨®n de Concha Busto.
De ratones y hombres es el mayor montaje teatral al que se enfrenta Del Arco, el director al que ahora todo el mundo quiere, el que se ha visto obligado a rechazar encargo tras encargo, el que tiene montajes cerrados de aqu¨ª a 2014. La obra de Steinbeck (California, 1902-Nueva York, 1968), escrita originalmente en 1936 como novela y trasladada al teatro por el propio autor, es una estremecedora historia que narra la vida y los sue?os de los trabajadores de California, esos temporeros sometidos a dur¨ªsimas condiciones en el campo, que se mueven en el l¨ªmite entre la dignidad del ser humano y la animalizaci¨®n. Y en medio, la amistad de dos hombres, George y Lennie (Fernando Cayo y Roberto ?lamo), que sue?an con para¨ªsos anhelados, y la presencia de la ¨²nica mujer (Irene Escolar), una joven casada con el violento hijo del capataz que lo ¨²nico que desea es compa?¨ªa. Adem¨¢s de ser una hermosa historia de amor es tambi¨¦n un grito de libertad y de humanidad en un mundo acosado por la codicia y la esclavitud, la explotaci¨®n de los hombres y las dificultades para amarse y comunicarse.
¡°Lo que m¨¢s me atra¨ªa de esta obra, tan llena de violencia y dureza, tan oscura, era buscar el lado del ser humano, la compasi¨®n y el amor en medio de la hostilidad. George y Lennie viven en una jungla brutal, pero hay algo que les une, un v¨ªnculo indestructible, una amistad que tienen que ir justificando permanentemente a lo largo de toda la funci¨®n pero que termina con un tremendo sacrificio. Es una historia tambi¨¦n de lealtad, de emoci¨®n, de intentar comprender al otro en un mundo agrio. Es una obra que se mueve entre los para¨ªsos perdidos, la infancia, y los anhelados, de los sue?os que cada uno pueda conseguir. Es esa parte m¨¢s luminosa la que me interesaba apoyar porque la parte m¨¢s negra ya est¨¢ bien definida. De ratones y hombres es una obra que duele, pero que ilumina¡±, explica Miguel del Arco, sentado en el Caf¨¦ Gij¨®n de Madrid, con esa sonrisa y placidez que parece no abandonarle nunca.
El deseado
El ¨¦xito de Miguel del Arco tiene una corta vida pero muy intensa. Fue en 2010 cuando despeg¨® ¨¦l y la compa?¨ªa Kamikaze Producciones que comparte con Aitor Tejada, con el modesto montaje La funci¨®n por hacer, basado en Seis personajes en busca de autor, de Pirandello, la mayor sorpresa de aquella temporada que, en horario nocturno y solo durante los fines de semana, se estren¨® en el teatro Lara. El impacto de la obra fue tan grande que desde entonces Del Arco no ha parado.
De los primeros en fijarse en ¨¦l fue Jos¨¦ Luis G¨®mez que el mismo d¨ªa que vio La funci¨®n por hacer en Lara, le encarg¨® el montaje que ¨¦l quisiera para el teatro de La Abad¨ªa. As¨ª naci¨® Veraneantes, la reescritura del drama del ruso M¨¢ximo Gorki trasladado a la Espa?a de hoy. A la propuesta de G¨®mez sigui¨® la llamada de Nuria Espert para hacer juntos La violaci¨®n de Lucrecia, ese espl¨¦ndido mon¨®logo en el que la actriz se desdobla en cinco personajes y que estren¨® en la sala peque?a del Espa?ol. Muy poco despu¨¦s se aventuraba con otra grande del teatro, Carmen Machi, y otro mon¨®logo, en esta ocasi¨®n sobre Helena de Troya, Juicio a una zorra, que estren¨® en La Abad¨ªa.
Pocos d¨ªas despu¨¦s del estreno de De ratones y hombres le espera otro en el Centro Dram¨¢tico Nacional. Ser¨¢ el 4 de mayo cuando llegue al escenario del teatro Valle-Incl¨¢n, El inspector, la obra de Nikol¨¢i G¨®gol. El inspector, una adaptaci¨®n de la obra del autor ruso, es una comedia delirante sobre pol¨ªticos corruptos, concretamente sobre un alcalde de un pueblo al que le visita un inspector de la ciudad. Del Arco ha sacado la historia de la Rusia zarista de mediados del siglo XIX, tal y como hizo con Veraneantes, y la ha trasladado a la actualidad aunque a ning¨²n sitio en concreto. La obra, que tendr¨¢ una gran presencia musical, estar¨¢ protagonizada por Gonzalo de Castro, Pilar de Castro y Juan Antonio Lumbreras, entre otros muchos.
Y as¨ª, de momento, hasta 2014.
Bien conoc¨ªa Steinbeck la vida de todos aquellos desheredados de los valles de California. ?l mismo se cri¨® en una granja y compagin¨® sus estudios, que finalmente abandonar¨ªa, con sus trabajos de temporero en el campo. Y all¨ª fue donde el escritor de Tortilla flat, Las uvas de la ira o Al este del ed¨¦n conoci¨® a esa gente que lo ¨²nico que busca es prosperar, tener un trozo de tierra, en una lucha casi tit¨¢nica contra los grandes poderes y tiranos. Esos desheredados que no saben hacia d¨®nde ir, que lo ¨²nico que hacen es dar vueltas a una noria como una mula sin levantar cabeza o acarrear con pesados fardos de cereal. Toda una historia que la convierte en universal y eterna y que por ello, Del Arco, decidi¨® no trasladarla a la actualidad ¡ª¡°no me hac¨ªa falta¡±¡ª. ¡°Todo lo que les pasa a los personajes de De ratones y hombres se entiende perfectamente y el an¨¢lisis de paralelismo con la situaci¨®n que estamos viviendo es inmediato. Es una historia que tiene mucha vigencia. Esa sensaci¨®n de que estamos ante una masa informe a la que no dejan que se salga del carril para as¨ª seguir manteniendo este sistema de corporaciones y gente adinerada, de intentar impedir que la gente tenga un pensamiento¡±. Del Arco habla como una metralleta, dispara las palabras como si temiera que alguna reflexi¨®n se le quedara en el camino.
George y Lennie llegan finalmente a la granja. All¨ª, en un barrac¨®n desvencijado, les esperan siete hombres. Les miran mal desde el principio. No entienden ese v¨ªnculo que une a los dos amigos. ¡°?Viaj¨¢is siempre juntos?¡±, les preguntan con iron¨ªa y burla. George tiene que proteger a Lennie, con deficiencia mental severa, de la brutalidad de ese mundo. Est¨¢ cansado de llevarle siempre a cuestas por esos campos, pero nunca le abandona, le cuida, le acaricia. ¡°Es un jornalero que no tiene recursos ni formaci¨®n, pero con una gran capacidad de transformar los sue?os en palabras, de contar historias y eso le es muy ¨²til a la hora de relacionarse con Lennie. Es un tipo de una enorme generosidad y, al mismo tiempo, de una emocionalidad muy fuerte pero que no sabe conducirla bien¡±, explica Fernando Cayo sobre este potente personaje, con el que, reconoce, ha sobrepasado unos l¨ªmites a los que ¨¦l no estaba acostumbrado.
Y siempre junto a George est¨¢ Lennie, ese grandull¨®n desvalido y tierno (al enorme cuerpo de Roberto ?lamo le han a?adido una protesis para dotarle todav¨ªa una mayor envergadura) al que le obsesionan las cosas suaves, la piel de ratones y conejos. Cuando Steinbeck escribi¨® la obra poco se sab¨ªa de las enfermedades mentales, explica ahora ?lamo, que ha llegado a la cita con un enorme casco de moto en el brazo. Ni el actor ni el director quer¨ªan hacer de Lennie un tonto del pueblo ¡ª¡°eso ahora no se entender¨ªa¡±, puntualiza ?lamo, que ha contado con la ayuda de su mujer, una doctora especialista en autismo, para componer el personaje y darle la credibilidad que necesitaba¡ª. ¡°Lennie es la revoluci¨®n afectiva de la obra. Steinbeck, de manera sabia y sencilla, puso en su boca todas las preguntas que los seres humanos se hacen mentalmente y pocos se atreven a plantear¡±. Como los ni?os. "?Por qu¨¦ no te dejan entrar en el barrac¨®n?", le pregunta Lennie al trabajador negro. "?No te quieren escuchar? ?Porque eres mujer?", le dice a la joven esposa. ¡°Lo que demuestra el comportamiento de Lennie es que ser una buena persona no requiere inteligencia, solo humanidad¡±, a?ade el actor que interpret¨® a Urtain y en el que ve muchas semejanzas con el que ahora levanta, con una intensidad y una ternura enormes, en De ratones y hombres.
Y entre esa panda de hombres toscos, una ¨²nica mujer, delicada y amable, solitaria y deseosa de compa?¨ªa. Es la joven reci¨¦n casada con Curley, el hijo del capataz, al que da vida Irene Escolar. ¡°Es el papel m¨¢s dif¨ªcil al que me he enfrentado nunca. Combina fragilidad y fuerza y se tiene que ir presentando en escenas repartidas en tres salidas. Es mucho m¨¢s f¨¢cil entrar en una escena y no salir nunca¡±, reconoce de primeras la actriz, que acaba de recibir entusiasmada el regalo de un ejemplar de un libro de ?lvaro Cunqueiro. Si algo ten¨ªa claro Del Arco desde el principio es que quer¨ªa huir del estereotipo de mujerona y jugar con ese elemento de f¨ªsico delicado y delgado, de ni?a bonita. ¡°Seleccionarme a m¨ª creo que fue un riesgo porque soy muy joven y adem¨¢s no soy exuberante. Todos la ven como una furcia, pero ella no es as¨ª. Es una mujer solitaria que lo ¨²nico que quiere es hablar con la gente. No tiene estudios ni formaci¨®n. Su padre era un alcoh¨®lico y su madre lo ¨²nico que ha buscado con ella es la boda con un hombre de cierto nivel econ¨®mico. Ella solo tiene su cuerpo y su coqueteo para atraer a esos hombres. Solo quiere hablar y que le den cari?o¡±, explica sobre su personaje Irene Escolar, emocionada con subirse de nuevo a ese escenario tan especial y querido en el mundo del teatro que es el Espa?ol. La primera vez fue cuando ten¨ªa 13 a?os en una zarzuela que dirig¨ªa Mario Gas y que se titulaba Adi¨®s a la bohemia. ¡°Ten¨ªa solo una frase y desde entonces no he subido. Solo entrar y olerlo¡¡±, evoca enso?adora.
La escenograf¨ªa del montaje, el m¨¢s grande en la trayectoria de Del Arco, es parte fundamental de las sensaciones que transmite la obra. ¡°La primera premisa con Eduardo Moreno, el escen¨®grafo, fue el de volvernos un poco locos. Yo no quer¨ªa el cl¨¢sico pajar y las llanuras de California. Quer¨ªa jugar con elementos muy teatrales para reflejar una situaci¨®n real. Ten¨ªamos la necesidad de que fuera un espect¨¢culo muy f¨ªsico. Por eso es tambi¨¦n una obra muy cansada para todos los actores¡±. A lo largo de los tres actos de la funci¨®n, 120 minutos sin descanso, no sale ni una tramoya ni un maquinista. Son los actores los que mueven todo en el escenario, desde el levantamiento de la pared hasta el traslado de dos enormes cintas transportadoras de hierro. Y junto a la escenograf¨ªa, sencilla pero muy poderosa, resalta la luz (obra de Juanjo Llorens), el sonido (Sandra Vicente) y la m¨²sica (Arnau Vil¨¤), y la introducci¨®n de montajes audiovisuales, elementos imprescindibles para entender las claves de la historia.
Todo ese esfuerzo f¨ªsico e intenso en com¨²n ha contribuido, seg¨²n su director, a crear una sensaci¨®n de elenco, de grupo compacto, sobre todo trat¨¢ndose de la primera vez que Del Arco se enfrentaba a una compa?¨ªa que no es la suya y trabajaba con unos actores con los que nunca antes lo hab¨ªa hecho. Y el resultado no ha podido ser mejor si nos atenemos a las opiniones de los afectados ¡ªCayo: ¡°Es positivo y respetuoso, con un sentido de la verdad definido y claro¡±; ?lamo: ¡°Pone en el centro de la vida el amor y el humor¡±; Escolar: ¡°Es el Elia Kazan de nuestro tiempo, su mirada est¨¢ siempre pendiente del actor¡±¡ª.
?Qu¨¦ tiene Miguel del Arco a la hora de trabajar que le hace tan irrepetible?
¡°Mis claves son el humor, la disciplina y el amor. Yo soy muy disciplinado en el trabajo, ensayo mucho, necesito mucho tiempo para los ensayos, voy muy r¨¢pido porque no quiero llegar apretado a los estrenos. No concibo llegar a un estreno con prisas. No puedo soportar los gritos en el trabajo, los malos rollos, que se hable mal. Discuto mucho pero nunca con gente enfadada. Creo que tengo capacidad para conectar con los actores. Soy muy veloz con todo, pero la paciencia con los actores no se me agota nunca. Quiero procurarles esa atm¨®sfera l¨²cida para que puedan probar. Les voy empujando sin presiones, sin dar la impresi¨®n de que les azuzo. Me gusta ser un director desapercibido, que no se me oiga ni se me vea en el escenario. Reivindico tambi¨¦n mi derecho a equivocarme y a probar de todo y con todo. Y para que se produzca esa sensaci¨®n de que no hay l¨ªmites en el planteamiento de las cosas, necesitas que el trabajo sea lo m¨¢s l¨²dico posible, que la gente se lo pase bien. Con De ratones y hombres nos lo hemos pasado muy bien a pesar de ser una funci¨®n horriblemente oscura. Nos hemos re¨ªdo mucho, pero tambi¨¦n llorado. Me han partido el alma un d¨ªa s¨ª y otro no¡±.
Y con ese grado de inconsciencia que se niega a perder y esa presi¨®n relativa que siente al ser uno de los directores de escena m¨¢s exitosos y m¨¢s deseados, este antiguo nadador y bailar¨ªn, m¨²sico y actor, espera con ansiedad su estreno en la sala grande del Teatro Espa?ol, que nunca antes hab¨ªa pisado, s¨ª en la peque?a con La violaci¨®n de Lucrecia, con Nuria Espert. ¡°Noto la alegr¨ªa y la felicidad de poder elegir y eso me hace sentir muy libre. En momentos me da un punto de v¨¦rtigo, pero puede la parte feliz de este trabajo porque creo que estoy en las mejores condiciones desde el punto de vista art¨ªstico¡±. O
De ratones y hombres. Direcci¨®n de Miguel del Arco. Int¨¦rpretes: Fernando Cayo, Roberto ?lamo, Irene Escolar. Teatro Espa?ol. Del 12 de abril al 27 de mayo.
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