Claves para mover la pluma y la c¨¢mara
El periodista de EL PA?S Juan Cruz, el guionista Javier Rodr¨ªguez de Fonseca y la escritora Eugenia Rico ofrecen pistas para contar historias en 'Saber narrar'
Imaginen una familia con un padre guap¨ªsimo y una madre estupenda. Los hijos, preciosos, son estudiantes impecables y tienen perfectamente claro qu¨¦ va a ser de su vida cuando sean adultos. Tambi¨¦n son nietos inmejorables, extremadamente cari?osos con sus maravillosos abuelos que, lejos de envejecer entre sufrimientos, solo morir¨¢n en edad ya avanzada y tumbados en sus camas, apaciblemente. Si ya se han planteado ustedes dejar de leer este art¨ªculo es que est¨¢n de acuerdo con Javier Rodr¨ªguez de Fonseca. ¡°Esa historia no le interesa a nadie¡±, sostiene el guionista y escritor. ¡°La gente espera que aparezca un conflicto, que es lo que obliga al ser humano a poner en marcha sus recursos para salir de ello¡±, a?ade.
Precisamente el conflicto, y tambi¨¦n ¡°un protagonista, un contexto y una idea que se desarrolle mediante la integraci¨®n entre los personajes¡± son las claves de un buen guion seg¨²n Rodr¨ªguez de Fonseca. Y as¨ª lo explica en el cap¨ªtulo dedicado al cine del reci¨¦n publicado Saber narrar (Instituto Cervantes). El periodista de EL PA?S Juan Cruz se ha encargado de contar c¨®mo se narra en periodismo mientras que la escritora Eugenia Rico ofrece los ladrillos para construir literatura.
¡°Es como andar. Pones un pie adelante y el otro atr¨¢s. Si mueves los dos a la vez te caes¡±, es el s¨ªmil con el que Juan Cruz resume la narraci¨®n. Aunque para que la caminata sea period¨ªstica hace falta algo m¨¢s que coordinar los pies. ¡°Poes¨ªa, ritmo, capacidad de s¨ªntesis y capacidad de dudar¡±, relata Cruz, mostrando un buen control de la tercera. En un despacho repleto de libros y peri¨®dicos, ante una enorme foto de Sof¨ªa Loren, aquella ¡°fant¨¢stica¡± actriz a la que entrevist¨® en 1978, el periodista se mueve seguro, r¨¢pido, entre las preguntas sobre las caracter¨ªsticas y los matices de esa profesi¨®n en la que lleva casi 50 a?os.
Tan seguro que Cruz podr¨ªa ser el personaje de uno de los guiones de Rodr¨ªguez de Fonseca. ¡°Tienes que crear personas que van a durar 90 minutos. No pueden perder el tiempo ni decir tonter¨ªas. Todo tiene un significado, un porqu¨¦¡±, relata el guionista. Algo parecido ocurre hoy en d¨ªa en la redacci¨®n de un diario. La llegada de Internet ha pulsado el bot¨®n de fast forward en la grabaci¨®n cotidiana de un peri¨®dico. ¡°Es un gran desaf¨ªo. Nos han impulsado a creer que lo r¨¢pido es mejor. Pero el periodista se tiene que curar de la urgencia para llegar a la sustancia¡±, afirma Cruz.
"Tienes que crear personas que van a durar 90 minutos. No pueden perder el tiempo", sostiene el guionista
Para ello recomienda una receta tan simple que cabe en cuatro palabras. ¡°Habr¨ªa que colocar en las redacciones un cartel que ponga: ¡®Nos estamos volviendo locos¡±, sonr¨ªe. Tan locos que, por ejemplo, algunos se acaban creyendo ¡°omniscientes¡±. A ellos el tambi¨¦n novelista ofrece su medicina: ¡°?ltimamente se habla mucho de que el Rey ha pedido perd¨®n. El periodista lo hace muy pocas veces. Incluso si se demuestra que se ha equivocado procura buscar alg¨²n subterfugio. Pero el redactor honesto debe saber que es tan falible como la gente de la que escribe¡±.
Y para la que escribe, ya que en el fondo este oficio es ¡°gente que le cuenta a la gente lo que le pasa a la gente¡±, como sostiene el fundador de La Repubblica Eugenio Scalfari, al que Cruz cita en Saber narrar. A eso se dedica el periodista canario desde aquella cr¨®nica deportiva de un partido de f¨²tbol en Puerto de la Cruz (Tenerife) que escribi¨® con 14 a?os y que sali¨® publicada en un peri¨®dico isle?o. Cinco d¨¦cadas y miles de art¨ªculos despu¨¦s, Cruz sigue buscando cada d¨ªa los secretos de la narraci¨®n: ¡°Esta ma?ana he estado pensando en c¨®mo arrancar un art¨ªculo sobre la entrega de unos premios. Hasta que no he dado con el comienzo, no me he sentido satisfecho. Ser¨¢ una frase de Bertolt Brecht: ¡®Tambi¨¦n se puede cantar en los tiempos oscuros¡±.
Su pensamiento, como otras miles de veces, acabar¨ªa impreso (y colgado online), a disposici¨®n de todos los lectores. Por aquel entonces sin embargo alguien ya lo habr¨¢ repasado: ¡°El periodista necesita a un lector: ¨¦l mismo. Una vez, un conocido fil¨®sofo se qued¨® dormido en su propia conferencia. Hoy parece que muchos periodistas hacen lo mismo mientras escriben sus textos¡±. Solo falta que hablen de padres estupendos e hijos perfectos.
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