Philip Glass: ¡°Soy un adicto a la diversi¨®n¡±

Con 75 a?os reci¨¦n cumplidos, podr¨ªa decirse que est¨¢ ya casi a salvo de la fatal profec¨ªa que en cierto momento de su carrera acecha a los compositores. La leyenda dice que tras escribir la novena sinfon¨ªa, uno suele estar abocado al final de sus d¨ªas irremediablemente. Le sucedi¨® a Beethoven, a Mahler (dej¨® inacabada su d¨¦cima), a Brukcner o a Dvor¨¢k. Pero Philip Glass (Baltimore, 1937) no solo la ha terminado ya, sino que tiene a punto la siguiente pieza que confirmar¨¢ que est¨¢ fuera de peligro. ¡°Jajaja, s¨ª, es una suerte. Y adem¨¢s la novena ha ido bien, las primeras semanas estuvo entre lo m¨¢s vendido en Itunes¡±, se?ala por tel¨¦fono desde su casa de Nueva York justo antes de aterrizar en Madrid (el mi¨¦rcoles) para repasar su carrera en el Auditorio Nacional y el viernes en el Palau de la M¨²sica de Barcelona.

Mi cat¨¢logo es muy extenso: por qu¨¦ hablar de minimalismo, que sucedi¨® hace 40 a?os

Una vida musical que empez¨® con la fundaci¨®n del minimalismo. El m¨¢s experimental, el "hardcore¡±, que dice ¨¦l. Pero como suele suceder en estos casos, no le entusiasma que le hablen de sus primeros inventos. ¡°?Es que es algo muy antiguo! Es gracioso, porque estamos hablando de historia. No me importa hablar de eso, especialmente porque en los conciertos de Madrid har¨¦ un repaso a toda mi obra y habr¨¢ minimalismo, claro. Pero el cat¨¢logo de mi m¨²sica es muy extenso y estamos hablando de algo que sucedi¨® hace 40 a?os, as¨ª que por qu¨¦ hay que primar una d¨¦cada por encima de otras. S¨¦ que esa m¨²sica tiene una energ¨ªa tremenda y que todav¨ªa fascina a los j¨®venes. Pero tambi¨¦n tocar¨¦ m¨²sica de pel¨ªculas¡­ No juzgo las cosas desde un punto de vista cl¨¢sico, no hago esas separaciones entre g¨¦neros¡±.

Glass ha nadado siempre entre las esas dos orillas. Tanto colabora con Aphex Twin como estrena su Novena sinfon¨ªa dirigida por John Adams en Los ?ngeles. Despu¨¦s de su paso por el Auditorio, volver¨¢ el a?o que viene a Madrid para estrenar en el Real su nueva ¨®pera: The perfect american. Una obra basada en el libro de Peter Stephan Jungk que narra la los ¨²ltimos meses de la vida de Walt Disney y en la que se ofrece el retrato de un hombre atormentado y m¨¢s prosaico que su edulcorado mito de ratones y perros hablantes. La obra fue un encargo de Gerard Mortier cuando era el director general de la ¨®pera de Nueva York. Despu¨¦s de su portazo, se trajo a Madrid el proyecto.

¡°Es un icono archiconocido y gener¨® una cultura internacional. Pero hay elementos de su personalidad ocultos. Tambi¨¦n fue un hombre muy ordinario, pese a al universo tan extraordinario que construy¨®. Todos tenemos luces y sombras, aspectos m¨¢s fuertes y otros m¨¢s d¨¦biles. Lo que no he hecho es una historia con la compa?¨ªa Disney para contar solo cosas maravillosas. Eso ya lo hacen ellos. Lo mismo hice con Gandhi. Cuanto m¨¢s interesante es alguien, m¨¢s profunda es su complejidad. Si lo miras as¨ª el retrato real de una persona tiene cuatro dimensiones, no es un dibujo animado¡±, explica.

Hoy no se tiene sentido de la historia y se repiten los mismo experimentos de hace 40 a?os: eso un problema

La entrevista con Glass se hace cuando todav¨ªa quedan dos funciones en el Teatro Real de La vida y muerte de Marina Abramovic, de Bob Wilson, colaborador del compositor en proyectos tan importantes para su carrera como Einstein on the beach. La obra ha planteado acercamientos entre el pop y la cl¨¢sica y ha abierto el debate sobre la conveniencia de ampliar el espectro art¨ªstico de los teatros de ¨®pera. ¡°He o¨ªdo cosas muy buenas. Wilson, por supuesto, ha sido uno de los grandes innovadores de la escena. Pero la ¨®pera sigue siendo un g¨¦nero muy conservador, la gente hace lo mismo de siempre. Hubo un periodo en los 70 donde algunos como Peter Brook o The Living Theatre avanzaron mucho. En el teatro regular, otros como Becket o Genet tambi¨¦n cambiaron reglas. Pero hoy el teatro es mucho m¨¢s convencional que antes. Cuando voy a ver cosas de teatro experimental te das cuenta que, lamentablemente, no tienen sentido de la historia. Se repiten los mismos experimentos que hicimos hace 20 a?os. Y eso es un gran problema¡±.

?l sigue componiendo y tocando a diario seis u ocho horas. M¨²sica para pel¨ªculas, sinf¨®nica, ¨®pera y nuevas f¨®rmulas. Dice que nunca se ha sentido cansado. ¡°Es lo que m¨¢s me gusta. Las horas que paso haci¨¦ndolo son las mejores del d¨ªa, es as¨ª de simple. No soy un adicto al trabajo, sino a la diversi¨®n¡±. Y adem¨¢s de componer, sigue inspirando. Su influencia en la m¨²sica moderna, desde el rock al techno ha sido fundamental. El ¨²ltimo ejemplo es el disco de homenaje que acaba de producir Beck con artistas curtidos en la vanguardia electr¨®nica como Amon Tobin, Cornelius, Tyondai Braxton o Nosaj Thing que hace remixes de algunas de sus obras.

¡°Es un ¨¢lbum que convierte mi m¨²sica en m¨¢s accesible. Estoy muy interesado en ver qu¨¦ pasa, Beck escribi¨® una pieza de 20 minutos, ha hecho collages sonoros y se ha involucrado mucho. Trabajar con ¨¦l es conocer a alguien de una generaci¨®n completamente diferente, por eso tenemos tanto de que hablar. ?Qu¨¦ diferencia generacional hay? ?l entra en un proyecto sin saber exactamente a d¨®nde va, pero tiene una gran confianza en su habilidad y su talento. No es nada predecible. Me parece muy interesante como trabaja¡±.

Esta generaci¨®n, nacida en la tecnolog¨ªa, es impresionante. En 10 o 20 a?os tendremos obras maestras

Y en la generaci¨®n que viene desde todav¨ªa m¨¢s abajo es en la que Glass deposita toda su esperanza. En la tecnolog¨ªa y los veintea?eros que producen una obra infinita desde los dormitorios de su casa con un equipo de apenas 1.000 d¨®lares. "Es un gran cambio, la tecnolog¨ªa ha permitido al tercer mundo acceder al arte. Y esos j¨®venes de 20 a?os que no piensan en minimalismo, ni en vanguardias¡­ Es una generaci¨®n impresionante nacida en la tecnolog¨ªa, estoy seguro que en 10 o 20? a?os veremos que han creado aut¨¦nticas obras maestras. Es gente que se ha liberado de la industria¡±.

Algo que, despu¨¦s de d¨¦cadas hinchando las cuentas de multinacionales, tambi¨¦n termin¨® haciendo ¨¦l con su propia empresa. Glass creci¨® escuchando los discos de la tienda que su padre ten¨ªa en Baltimore; eso cuando todav¨ªa tener un tienda de discos era algo parecido a un negocio, claro. ¡°Hoy ya no podr¨ªa suceder, claro. No sabemos muy bien lo que pasar¨¢, es bastante err¨¢tico. Yo mont¨¦ mi propia compa?¨ªa hace 10 a?os. No trabajo con grandes compa?¨ªas. Mi empresa se mantiene con las ventas, pero solo tengo dos personas trabajando conmigo. Las grandes van a tener que adelgazar, no podr¨¢n seguir pagando la enorme estructura que tienen. Pero las peque?as, como la m¨ªa, pueden sobrevivir¡±.