El duelo lo gan¨® Victorino

Nadie dijo que fuera empresa f¨¢cil anunciarse en Sevilla con los victorinos. Vaya por delante, pues, el respeto y el reconocimiento a los dos toreros que tomaron una decisi¨®n tan meritoria. Es verdad que hubo dificultad, y mucha, pero, al final, qued¨® la sensaci¨®n de que los toros ganaron la partida. Hicieron honor a su divisa con un comportamiento variado, que exig¨ªa una gran preparaci¨®n, y, sobre todo, una t¨¦cnica, una entrega y un pundonor sin l¨ªmites. Fandi?o y Mora son dos toreros que se han ganado un puesto entre los grandes a base de un esfuerzo encomiable, pero ayer no fueron esos diestros arrolladores, portentosos, dominadores y mandones que la ocasi¨®n les exig¨ªa. Bien, sin alharacas, sin destacar especialmente; por debajo de los toros en todo momento y sin capacidad para resolver las dificultades. Y, adem¨¢s, con numerosos y graves defectos del toreo moderno: citar muy despegados, sin cargar la suerte, al hilo del pit¨®n y, en consecuencia, con escaso mando.

Brill¨® m¨¢s Fandi?o, un ca?¨®n con la espada, y se molest¨® cuando el presidente le neg¨® la oreja del quinto. No hab¨ªa mayor¨ªa de pa?uelos, y luci¨® m¨¢s el encastado toro en un par de tandas por la mano derecha. Fue, quiz¨¢, el momento m¨¢s refulgente de la tarde, cuando uno y otro se fundieron en unos muletazos vibrantes. Pero falt¨® remate, y la faena supo a poco. Los que no sacaron el pa?uelo se unieron a la bronca contra el presidente y Fandi?o dio dos exageradas vueltas al ruedo.

No estuvo a la altura de las circunstancias ante el tercero, al que cit¨® con izquierda en el centro del ruedo, y tras una tanda aceptable, se vio desbordado por un toro que met¨ªa la cabeza pero no era de carril. En ese toro no mand¨® nunca Fandi?o. Y no se enfad¨® cuando este p¨²blico facil¨®n pidi¨® la oreja.

No fi¨® un pelo de su primero, que era bronco y pegajoso. Y una cosa es tener precauci¨®n y otra tomar todas las ventajas. Sea como fuere, su actuaci¨®n fue cumplidora, pero no a la altura que de ¨¦l se pod¨ªa esperar.

Brill¨® menos David Mora, y compiti¨® en defectos con su compa?ero. No dio nunca sensaci¨®n de suficiencia y s¨ª de soser¨ªa y vulgaridad. Tir¨® muchas l¨ªneas ante su primero, de corto recorrido y dificultoso; se convirti¨® en un pegapases en el cuarto, con pocas ideas, desbordado y con escasa entrega, y poco pudo hacer ante el noble y soso sexto.

Fandi?o y Mora compitieron en quites y destacaron unas ce?idas gaoneras del primero, y otro de igual modo por chicuelinas del segundo. Salud¨® al respetable El Chano tras colocar dos buenos pares de banderillas al sexto, y los picadores se esmeraron en su labor.

Nadie puede preguntar su opini¨®n a los toros, pero la impresi¨®n es que no encontraron toreros poderosos que sortearan sus problemas y aprovecharan sus cualidades. El toro suele ser as¨ª, y exige capotes y muletas henchidos de conocimiento, de ciencia, poder y personalidad. Ayer, el duelo, el mano a mano, lo ganaron los toros de Victorino Mart¨ªn.