Y ah¨ª est¨¢
Era tan mod¨¦lico que los miserables necesitaban desesperadamente encontrarle grietas, intentar degradarle, sembrar la sospecha de que tanta perfecci¨®n solo pod¨ªa obedecer a un disfraz de la impostura. Guardiola, aunque desconociera la poes¨ªa de Leonard Cohen, fue practicante fiel de una de sus sentencias: "Antes de aprender magia la gente deber¨ªa conocer la etiqueta". Tal vez no fuera un mago como jugador, pero s¨ª un representante cualificado de la inteligencia. Su forma de mover el bal¨®n ten¨ªa la virtud del metr¨®nomo. Tambien pose¨ªa alma. Y orgullo. Y por supuesto, siempre practic¨® la etiqueta.
Era tan bueno como futbolista que en aquella ¨¦poca sus enemigos clandestinos hicieron correr el rumor de que sus apetencias sexuales estaban relacionadas con los machos. Eran m¨¢s gr¨¢ficos, m¨¢s pedestres, m¨¢s soeces. Seg¨²n ellos, Guardiola no era homosexual, sino maric¨®n, pronunciado con la rabia ¨¢grafa y el rencor analfabeto, todo ello tan ib¨¦rico, que caracteriza a los b¨¢rbaros que est¨¢n encantados consigo mismos y con su dudosa hombr¨ªa.
Pero si con un bal¨®n en sus pies este hombre fue muy bueno, dirigiendo al equipo de su alma ha sido genial. Sigui¨® practicando en su comportamiento la racionalidad, la elegancia, el respeto a s¨ª mismo y a los dem¨¢s (incluidos los que no se lo merecen), pero lo que hizo entrenando al Barcelona era puro arte, pura magia. Excepto para los esp¨ªritus cerriles o corro¨ªdos por eso tan devastador de la envidia, la agradecida memoria de cualquier persona que ame el futbol recordar¨¢ dentro de infinitos a?os y transmitir¨¢ a las generaciones que no contemplaron ese cotidiano milagro, que el f¨²tbol fue precioso durante cuatro a?os.
?Qu¨¦ va a hacer el abyecto villano ahora que se ha retirado el h¨¦roe? Ese heroe cansado y al que le ocurre eso tan humano de sentirse vac¨ªo, que se larga con dignidad cuando est¨¢ en derrota e imagino que con la certeza de que aunque vuelva a triunfar en otros equipos, lo que ha representado este Barcelona es irrepetible. Es probable que hasta los m¨¢s tontos del lugar, los que le calificaban desde?osamente de meacolonias y de estar interpretando continuamente un papel, acaben ech¨¢ndole de menos. Yo nunca me canso de ver actuar a Cary Grant. Y seguro que tambi¨¦n pose¨ªa un lado oscuro. Gracias por todo, admirable Guardiola.
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