Bofetacaricias
Pese a que muchos han querido ocultarlo, porque les interesa, la ventanilla del Estado est¨¢ al final de muchas industrias y negocios espa?oles. Demasiados. La m¨¢xima expresi¨®n de esta verdad oculta es que en cuanto se han cerrado los grifos de la casa del padre ha aumentado el paro dram¨¢ticamente en el pa¨ªs. Los concursos y encargos de la administraci¨®n jam¨¢s han sufrido el estigma de la palabra subvenci¨®n, usada para desprestigiar a los colectivos que interesaba desprestigiar en climas pol¨ªticos puntuales, pero no eran otra cosa. Los medios de comunicaci¨®n, siempre tan atentos a poner a pasear la palabra subvenci¨®n cuando tiznaba el trabajo de otros, jam¨¢s han reconocido que la cuenta de publicidad institucional era una inyecci¨®n de dinero en sus publicaciones, canales y emisoras.
Puede que a unos no les gustara demasiado promocionar los condones en la campa?a institucional para prevenir embarazos y enfermedades, pero tampoco le hac¨ªan feos a cobrarse su parte en las alabanzas al tren de alta velocidad o la promoci¨®n tur¨ªstica de cualquier regi¨®n. Para este a?o, la inversi¨®n en publicidad institucional dependiente del gobierno central se reducir¨¢ en un 56%, un recorte notable que se suma a la tendencia a la baja de los ¨²ltimos cursos. Tras esa cifra hay empresas de publicidad y medios de comunicaci¨®n que tendr¨¢n que sacrificar empleos que nunca se relacionan con el Estado pero que est¨¢n unidos a su esfuerzo de inversi¨®n por el hilo invisible del dinero de todos.
El plan de publicidad que ha dado a conocer el gobierno establece el cilicio de gasto en algo m¨¢s de 35 millones de euros. Pero ning¨²n recorte es inocente. El tijeretazo retrata a la mano que maneja las tijeras. El componente ideol¨®gico del asunto es evidente. Tr¨¢fico y Defensa se llevar¨¢n las partidas m¨¢s sabrosas de estas campa?as publicitarias; con una evitamos muertes en el carretera y con la otra ayudamos a nacer vocaciones de soldados. Pero en la misma esfera de gasto, rondando los 4 millones de euros, vamos a sufrir una campa?a publicitaria explicativa de la reforma laboral. Es decir, nos van a contar que las bofetadas son caricias gracias al esfuerzo inteligente de los mejores publicistas del pa¨ªs pagados con nuestros impuestos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.