La ¨²ltima carta de Garc¨ªa Lorca
EL PA?S saca a la luz la misiva dirigida desde Granada a su novio, Juan Ram¨ªrez de Lucas Quer¨ªan viajar a M¨¦xico pero el asesinato del poeta lo impidi¨®
¡°En tu carta hay cosas que no debes, que no puedes pensar. T¨² vales mucho y tienes que tener tu recompensa. Piensa en lo que puedas hacer y comun¨ªcamelo enseguida para ayudarte en lo que sea, pero obra con gran cautela. Estoy muy preocupado pero como te conozco s¨¦ que vencer¨¢s todas las dificultades porque te sobra energ¨ªa, gracia y alegr¨ªa, como decimos los flamencos, para parar un tren¡±. Sobre la cuartilla blanca, fechada el 18 de julio de 1936 en Granada, Federico Garc¨ªa Lorca trataba de consolar a su enamorado Juan Ram¨ªrez de Lucas.
La pareja se encontraba llena de ilusiones y de proyectos. Lorca hab¨ªa decidido aceptar la invitaci¨®n de Margarita Xirgu para viajar a M¨¦xico pero quer¨ªa marcharse con el estudiante de 19 a?os, que so?aba con ser actor y que ya hab¨ªa hecho sus primeros pinitos en el Club Teatral Anfistora. La complicidad era mutua pero necesitaban la aprobaci¨®n del padre del muchacho, un reputado m¨¦dico albacete?o. El poeta hab¨ªa cumplido 38 a?os pero a su amante le faltaban dos para alcanzar la mayor¨ªa de edad. Podr¨ªan haberse fugado. Seguramente Lorca ten¨ªa los contactos necesarios para que pudieran salir de Espa?a con papeles falsificados pero se neg¨® a hacerlo. Ram¨ªrez de Lucas deb¨ªa convencer a su familia para marcharse juntos pero las cosas no estaban saliendo bien: ¡°Yo pienso mucho en ti y esto lo sabes t¨² sin necesidad de dec¨ªrtelo pero con silencio y entre l¨ªneas t¨² debes leer todo el cari?o que te tengo y toda la ternura que almacena mi coraz¨®n¡±, prosigue el poeta.
Los tres folios, escritos a mano, con palabras subrayadas y alguna tachadura, llegaron a su destino cuatro d¨ªas despu¨¦s, antes de que se cortaran las comunicaciones entre la zona republicana y la nacional. Ese mismo d¨ªa se conoc¨ªa el alzamiento franquista, la sublevaci¨®n militar no tardar¨ªa en convertirse en guerra civil y empezaba el reinado del horror.
El valor documental de estos folios, junto con el poema, los dibujos y los cuadernos, en los que Ram¨ªrez de Lucas cuenta sus recuerdos sobre la relaci¨®n de ambos, deber¨¢ ser determinado por los historiadores pero para eso hace falta que los herederos den el visto bueno a la publicaci¨®n. Hermanos y sobrinos se debaten sobre qu¨¦ hacer con los documentos, que ya han merecido el inter¨¦s de un gran sello editorial. Para los partidarios de sacarlos a la luz se trata de una cuesti¨®n de tiempo pero otro sector de la familia se niega a utilizar el hist¨®rico material. La trascendencia de los documentos podr¨ªa ser de enorme importancia, puesto que aportar¨ªan nuevos datos sobre los ¨²ltimos d¨ªas del poeta.
La resonancia internacional de lo publicado estos d¨ªas por EL PA?S, con una reproducci¨®n de un poema de amor in¨¦dito de Lorca dedicado a su novio, ha sido enorme, como casi todo lo que se relaciona con el poeta espa?ol m¨¢s traducido de todos los tiempos. Desde Nueva York, Laura Garc¨ªa Lorca ultima los detalles t¨¦cnicos de una exposici¨®n sobre el poeta que se realizar¨¢ en la Biblioteca Municipal, cuanta c¨®mo ha sido requerida por algunos de los peri¨®dicos m¨¢s prestigiosos para hablar del tema. Y lo mismo Ian Gibson. Ayer mismo, desde un tren camino de C¨®rdoba, el bi¨®grafo m¨¢s conocido de Lorca destacaba la importancia de que afloren nuevos documentos y de que se remuevan las v¨ªas de investigaci¨®n sobre el escritor. En su opini¨®n, los documentos deber¨ªan publicarse cuanto antes para ser estudiados.
Dado que se trata de una carta fechada el mismo 18 de julio de 1936, Gibson considera que podr¨ªa tratarse de la ¨²ltima misiva del poeta de la que se tiene constancia, aunque sea dif¨ªcil determinarlo al cien por cien. ¡°Seg¨²n mis datos, el pintor Pepe Caballero le escribe una carta a Lorca en esos d¨ªas y se la devuelven diciendo que en esa direcci¨®n ya no viv¨ªa nadie¡±, a?ade. A sus 73 a?os, el escritor considera que su cabeza se encuentra repleta de nombres y de fechas pero le bast¨® escuchar los apellidos Ram¨ªrez de Lucas para situarse en el tiempo: ¡°?Vive todav¨ªa? Hice todo lo posible por entrevistarme con ¨¦l pero fue imposible. Sab¨ªa que era fundamental su relaci¨®n con Lorca pero no logr¨¦ hablar con ¨¦l y eso supuso una gran frustraci¨®n. Cuando consegu¨ª hablar con ¨¦l me dijo que no quer¨ªa verme, que ¨¦l mismo preparaba su propia versi¨®n de los hechos, pero supongo que era una manera de quitarme de en medio¡±.
Tres cuartos de siglo despu¨¦s, Federico Garc¨ªa Lorca sigue siendo noticia. Resulta casi un milagro que el hist¨®rico material haya sobrevivido a tantos avatares. Ram¨ªrez de Lucas, al que algunos han comparado en las fotos que se conservan de cuando era joven con el gal¨¢n de cine Alan Ladd, guard¨® durante a?os los recuerdos que le un¨ªan a Lorca sobreponi¨¦ndose a todos los peligros que conllevaba haber tenido relaciones con un poeta tan estigmatizado por el franquismo. En la carta de tres folios quedaban las ¨²ltimas palabras que le enviaba el poeta. A los pocos d¨ªas de recibirla, Albacete quedaba bajo el mando republicano y Granada en poder de los nacionales, lo que agrav¨® la situaci¨®n de Lorca.
El poeta, tan famoso como carism¨¢tico, se encontraba en la cumbre de su fama. Bodas de sangre se estaba traduciendo al franc¨¦s y estaba a punto de publicarse Poeta en Nueva York. Margarita Xirgu lo hab¨ªa invitado a M¨¦xico pero en los planes de Lorca tambi¨¦n se encontraba la idea de regresar en oto?o a Madrid para estrenar Do?a Rosita la soltera. Sin embargo, en el otro bando solo importaba su fama de rojo y de homosexual. La situaci¨®n en Granada se volv¨ªa insostenible. Su cu?ado, el alcalde socialista de la ciudad, Fern¨¢ndez Montesinos, fue arrestado el 20 de julio en el Ayuntamiento y fusilado el 16 de agosto, dos d¨ªas antes del asesinato de su cu?ado Lorca.
Durante un registro en la Huerta de San Vicente, en busca de uno de los empleados de la familia, el padre del poeta fue golpeado brutalmente por n¨²meros de la Guardia Civil. Ante el peligro evidente y la posibilidad de que el poeta fuera el siguiente, Lorca se esconde en casa de la familia Rosales, cuyos hijos, y en especial Luis, eran ¨ªntimos del autor de Yerma. El poeta no quiso que Luis Rosales y Pepinique Rosales lo pasasen en su propio coche al bando republicano, como hab¨ªan hecho con otros amenazados. Fue detenido el 16 de agosto, tras ser denunciado por Ram¨®n Luis Alonso, exdiputado de la CEDA, que odiaba tanto a Garcia Lorca como a la familia Rosales por no querer admitirlo en la Falange de Granada.
Queipo de Llano, gobernador militar de Andaluc¨ªa Occidental, fue informado telef¨®nicamente del arresto que se acababa de llevar a cabo. ¡°?Que le den caf¨¦!¡± fue su respuesta. La madrugada del 18 de agosto era fusilado ¡°por rojo y por maric¨®n¡±. La noticia, pese a los rumores y las protestas internacionales que ocasion¨®, no se confirma hasta el 20 de septiembre, un mes y dos d¨ªas despu¨¦s de su asesinato.
Como algunos espa?oles que no pod¨ªan acreditar un pasado glorioso al lado del bando nacional, Ram¨ªrez de Lucas se alist¨® en la Divisi¨®n Azul, donde fue herido grave en la batalla del r¨ªo Lovat y condecorado posteriormente. Todav¨ªa se encuentra en Internet una de las cartas que mand¨® a su casa desde el frente ruso. Con la ayuda de Luis Rosales busc¨® trabajo en ABC. Se gan¨® la vida como periodista y cr¨ªtico de arte y arquitectura, rehizo su vida sentimental con un compa?ero con el que comparti¨® treinta a?os. Ni siquiera a ¨¦l le cont¨® nada sobre ese amor de juventud.
Mucho tiempo despu¨¦s, seguramente cuando la herida dejada por esa relaci¨®n frustrada de manera tan dram¨¢tica, Ram¨ªrez de Lucas comenz¨® a verter todos sus recuerdos en unos cuadernos, en los que cuenta la ¨¦poca que le toc¨® vivir, los momentos junto a Federico y sus ideas pol¨ªticas. Todo ello podr¨ªa ser de enorme valor para los historiadores. Hace dos a?os, poco antes de fallecer en un hospital madrile?o, leg¨® los documentos a una de sus hermanas. Su ¨²ltima voluntad fue que los documentos en su poder se conocieran.
Babelia
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