El CBGB, la vuelta del para¨ªso del rock neoyorquino
El m¨ªtico club de rock ¡®underground¡¯, de Nueva York, reabre sus puertas con un festival, nuevo local y un 'biopic' sobre su fundador
Cuando en 1973 Hilly Kristal rebautiz¨® el decr¨¦pito bar Palace por CBGB en el 315 de Bleecker Street en el barrio del Bowery, en pleno Manhattan, la intenci¨®n del m¨²sico y empresario era transformarlo en un local que aglutinara a grupos de Country, Bluegrass y Blues (como indicaban sus siglas). Sin embargo, acab¨® convirti¨¦ndose en la zona cero del Punk y la New Wave de Estados Unidos. El CBGB se erigi¨® en el para¨ªso del rock underground de los 70, en el que empezaron a despuntar grupos como The Ramones, Misfits, Television, The Dictators, The Fleshtones, The Cramps, Blondie o Talking Heads, para acabar albergando a bandas de Hardcore como U.S Chaos, Murphy?s Law o Youth of Today. Seis a?os despu¨¦s de que Kristal tuviera que echar el cierre por la subida del alquiler, un grupo de inversores quiere volver a recuperar el esplendor del m¨ªtico club por el que pasaron centenares de int¨¦rpretes.
Los due?os han programado un festival de cuatro d¨ªas en el que participar¨¢n alrededor de 300 bandas de rock
Sus nuevos propietarios, entre los que se encuentra la hija de del propio Kristal -fallecido en 2007 a los 75 a?os-, pretenden que el CBGB sea de nuevo ¡°el lugar que aglutin¨® el grupo m¨¢s heterog¨¦neo e influyente de bandas que jam¨¢s haya existido¡±, seg¨²n public¨® The New York Times, y deje de asociarse con el logo de las camisetas que llevan los j¨®venes pijos del East Village. Mientras buscan una nueva ubicaci¨®n, los due?os ya han programado un festival de cuatro d¨ªas (del 5 al 8 de julio) en el que participar¨¢n alrededor de 300 bandas de rock. Los conciertos, seg¨²n se indica en la p¨¢gina web, se celebrar¨¢n en distintos escenarios, desde lugares emblem¨¢ticos como el Summerstage de Central Park, hasta peque?os garitos como el Trash Bar en Williamsburg.
Probablemente, ninguno de ellos alcance el grado de emoci¨®n y simbolismo que el que ofreci¨® Patty Smith en el CBGB el 15 de octubre de 2006, el d¨ªa que cerr¨® el club. Fue el ¨²ltimo concierto, al menos de la vieja era. Como escribi¨® el propio Kristal: ¡°Tener un club en el Bowery, debajo de un albergue de indigentes, ten¨ªa sus ventajas. La renta era razonable¡±. Casi cuarenta a?os despu¨¦s, el propietario del local decidi¨® subir el alquiler de 19.000 d¨®lares mensuales a 35.000. Kristal no pudo permit¨ªrselo y se vio obligado a clausurar el local.
Los vecinos vest¨ªan peor o de manera m¨¢s extravagante que los m¨²sicos que ven¨ªan al local y no parec¨ªa preocuparles el ruido que se sal¨ªa del local¡± Hilly Kristal
El tipo de barrio en el que ¨¦ste decidi¨® instalar su club y la ¨¦poca en la que se inaugur¨® fueron un perfecto caldo de cultivo para que se gestara el movimiento Punk de Nueva York. ¡°Los vecinos vest¨ªan peor o de manera m¨¢s extravagante que los m¨²sicos que ven¨ªan al local y no parec¨ªa preocuparles el ruido que se sal¨ªa del local¡±, contaba Kristal. El fundador del CBGB ofreci¨® a aquellos j¨®venes, ¨¢vidos de volver a las esencias del rock en plena efervescencia de la m¨²sica disco, un lugar para encontrar su propia m¨²sica y donde ¨¦sta iba a ser escuchada. Una m¨²sica que, por cierto, no era la que precisamente m¨¢s apasionaba a Kristal, seg¨²n confesaba siempre que alguien le preguntaba.
El hecho de que el alma mater que consigui¨® convertir al club en un referente de la m¨²sica underground de Nueva York y que supo aglutinar conciertos y mercadotecnia ya no est¨¦ vivo, hace que muchos de los que lo conocieron sean esc¨¦pticos con el nuevo proyecto. ¡°La gente que ha comprado el club es excelente personas pero me temo que el lugar muri¨® con el fundador¡±, declar¨® a The New York Times Richard Manitoba, el cantante de The Dictators.
Sea como fuere, el hecho de que en junio comience el rodaje de un biopic sobre la vida de Kristal, que encarnar¨¢ en actor brit¨¢nico, Alan Rickmann, y sobre los mejores a?os de la historia del CBGB, no puede hacer sino extender la fama que, en el fondo, nunca perdi¨® el club.
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