Radiograf¨ªa de una civilizaci¨®n en decadencia
El holand¨¦s Herman Koch contin¨²a su proyecto literario de poner a la sociedad frente al espejo de sus principales problemas Su nueva novela, Casa de verano con piscina, habla de la ¨¦tica profesional y las fronteras que traspasa un padre por sus hijos
La ¨¦tica profesional, la hipocres¨ªa social y las fronteras que traspasan los padres por sus hijos son los temas con los que el novelista holand¨¦s Herman Koch cierra su proyecto literario de radiografiar algunas miserias de la clase burquesa conrtempor¨¢neas. Se titula Casa de verano con piscina (Salamandra) y contin¨²a aquella que impact¨® hace un par de a?os, La cena.
Koch (Arnhem, 1953) es un escritor interesante que toma el pulso de la realidad. Se mueve, dice, de manera absolutamente ¡°inconsciente¡± por la misma senda por la que han transitado escritores como los suecos Maj Sj?wal y Per Wahl??, Henning Mankell o Stieg Larsson, que eligieron el g¨¦nero negro para demostrar los fallos del aparente para¨ªso del bienestar; o del grupo de California, desde Raymond Chandler y Ross MacDonald a James Ellroy y Michael Connelly, que denuncian el mal funcionamiento de la justicia y la corrupci¨®n policial y pol¨ªtica; o los cuatro del Mediterr¨¢neo, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, Jean-Claude Izzo, Andrea Camilleri y Petros M¨¢rkararis que explican su tiempo.
Las novelas de Koch tienen tres ejes fundamentales. Retratan la burgues¨ªa de su pa¨ªs, incide en alguno de sus problemas sociales y hace hincapi¨¦ en las relaciones entre padres e hijos. En La cena, publicada hace un par de a?os en Espa?a, llama la atenci¨®n sobre un deficiente sistema educativo. Inspirada en el crimen del cajero en Barcelona, en el que unos adolescentes quemaron a una indigente, plantea una pregunta inquietante: ?Hasta d¨®nde pueden llegar unos padres por proteger a sus hijos? Pregunta que se repite en Casa de verano con piscina (Salamandra y Amsterdam en catal¨¢n), en la que pone sus ojos en la sanidad holandesa.
¡°En este proyecto, una especie de trilog¨ªa que he realizado de manera inconsciente, hay una primera novela, no publicada en Espa?a, en la que un padre, de vida muy mediocre, se deja seducir por un antiguo compa?ero de colegio, ahora convertido en un g¨¢nster con mucho poder y conexiones en cuyo c¨ªrculo introduce incluso a su hijo de 15 a?os¡±.
?C¨®mo es posible que en un pa¨ªs tan rico como Holanda existan listas de espera?, se pregunta el doctor Marc Schlosser, protagonista de Casa de verano con piscina. El m¨¦dico de cabecera, nos cuenta, no tiene que curar a nadie, solo asegurarse de impedir el flujo masivo a hospitales y especialistas, porque de lo contrario el sistema sanitario entero se vendr¨ªa abajo. "Es m¨¢s barato que se mueran".
El doctor Schlosser est¨¢ asqueado de la profesi¨®n. ¡°Es el t¨ªpico de m¨¦dico de cabecera que empez¨® con algo de idealismo y que despu¨¦s de 20 a?os est¨¢ harto¡±. La tasa de mortalidad en reci¨¦n nacidos en los Pa¨ªses Bajos es la m¨¢s alta de Europa, dice Schlosser. ¡°Todos los datos m¨¦dicos que doy son reales, el resto es ficci¨®n. Me hicieron una entrevista en una revista m¨¦dica y me preguntaron c¨®mo sab¨ªa que el sistema sanitario se colapsar¨ªa si los m¨¦dicos enviaban a sus pacientes a especialistas y hospitales. Es cierto. Lo mismo sucede con los partos, se aconseja que sean naturales en el propio hogar y as¨ª se ahorran la epidural. La tasa de mortalidad de beb¨¦s es m¨¢s alta incluso que en Moldavia. Desde hace un par de a?os se est¨¢ debatiendo mucho sobre esto. Holanda est¨¢ ahorrando en sanidad¡±.
Pa¨ªses como China, Brasil o los latinoamericanos dominar¨¢n el mundo. No todo tiene que ser negativo. Vivimos una cultura y una civilizaci¨®n en decadencia, pero creo que de todo esto saldr¨¢ algo bonito¡±.
De la consulta del doctor Schlosser desaparecen los pacientes ¡°normales¡± que son sustituidos por profesionales de las artes, entre ellos Ralph Meier, un actor excelente pero de discutible personalidad. ¡°Es un eg¨®latra y un narcisista¡±. Schlosser se siente atra¨ªdo por este hombre famoso y acaba aceptando su invitaci¨®n de pasar con ellos parte de sus vacaciones en la casa de verano con piscina. ¡°Lo humilla y le falta al respeto¡±.
En la casa est¨¢n tambi¨¦n un director de cine Stanley Forbes, de unos 70 a?os, y su jovenc¨ªsima esposa Emmanuel, de 17o 18. El personaje de Forbes se inspira en Roman Polanski. ¡°Cuando estaba preparando la novela encarcelaron a Polanski por la violaci¨®n en 1977 de una menor. Gente de mucho prestigio pidi¨® que lo dejaran en libertad. Si hubiera sido un fontanero estar¨ªa en la c¨¢rcel¡±.
En la fiesta del solsticio de verano, a Julia, hija de 13 a?os de Schlosser, le sucede algo y su padre decide vengarse. En la novela aparece un pol¨¦mico personaje, el bi¨®logo Aaron Herzl, antiguo profesor de Schlosser. ¡°Es la voz en off de la conciencia del m¨¦dico, el que dice lo que la gente no se atreve a decir en voz alta¡±. ¡°Hiciste lo que deb¨ªas. Hiciste lo que todos los padres deber¨ªan hacer¡±, dice Herzl a Schlosser. ¡°El padre tiene buenas intenciones, proteger a su hija, pero no tiene en cuenta los derechos de los dem¨¢s¡±.
Herman Koch est¨¢ preocupado por la crisis. ¡°En Holanda tambi¨¦n sufrimos la crisis, pero menos que en Espa?a. Nadie puede vender o comprar casas, no se dan hipotecas y la gente gasta menos. Cierran cadenas de librer¨ªas y desaparecen revistas. Nosotros nos hemos trasladado a un barrio nuevo, pero la mitad de las casas no se han construido. No s¨¦ d¨®nde va acabar. Pa¨ªses como China, Brasil o los latinoamericanos dominar¨¢n el mundo. No todo tiene que ser negativo. Vivimos una cultura y una civilizaci¨®n en decadencia, pero creo que de todo esto saldr¨¢ algo bonito¡±.
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