Fandi?o viene a por todas

Nadie sabe la meta que alcanzar¨¢ este Iv¨¢n Fandi?o, pero lo que est¨¢ claro es que parece dispuesto a barrer a todo el que se le ponga por delante. Hoy por hoy, es uno de los toreros m¨¢s firmes y valerosos que pisan los ruedos, maneja con soltura y gracia los enga?os, no se arredra ante las dificultades y se vuelca en el morrillo de sus oponentes a la hora de matar. Ser¨¢ lo que tenga que ser, pero es evidente que quiere confirmarse como figura, y da la impresi¨®n de que este puede ser su a?o. Ayer entr¨® en el cartel por la v¨ªa de la sustituci¨®n de Sebasti¨¢n Castella, herido en esta misma plaza el pasado jueves, y no solo se justific¨® sobradamente, sino que estuvo a punto de dar la campanada si su ¨²ltimo toro, dificultoso en exceso, bronco y muy deslucido, hubiera colaborado algo m¨¢s con el torero. Hab¨ªa brindado Fandi?o a la concurrencia en un gesto inequ¨ªvoco de su ansiedad de triunfo. Se plant¨® en la arena y aguant¨® con estoicismo los tornillazos del toro y sus malas intenciones. A punto estuvo de darle un disgusto, pero el torero, el lugar de encogerse, se cruzaba una y otra vez, aunque el resultado final no tuvo m¨¢s m¨¦rito que su propio valor, que no es poca cosa.

En la mano tuvo el triunfo en el tercero de la tarde, el mejor a la postre de la toda la corrida, porque desarroll¨® en la muleta una encastada nobleza que permiti¨® a Fandi?o expresar su mejor toreo con la mano derecha. Codicioso el toro al comienzo de faena, lo llev¨® imantado al enga?o, firmes las zapatillas, y rematada la tanda con el obligado de pecho. Humillaba el animal en su embestida ¨Cel ¨²nico en toda la tarde¨C, y Fandi?o dibuj¨® magn¨ªficos muletazos, emotivos y profundos, que llegaron a los tendidos. Baj¨® la calidad del toro por el lado izquierdo, y el torero prefiri¨® colocarse la muleta a la espalda y citar por bernardinas. Firme como una vela, se dej¨® rozar la piel por los astifinos pitones del toro y la plaza entera qued¨® arrebatada por el arrojo y la entrega del torero. Mat¨® mal y todo el premio se redujo a una fuerte ovaci¨®n.

Pero ah¨ª queda eso: una candidatura en toda regla a ser figura del toreo a base de valor e inteligencia. Si sigue as¨ª, Iv¨¢n Fandi?o lo conseguir¨¢ m¨¢s pronto que tarde.

Y Perera no quiere quedarse atr¨¢s. Es uno de los perjudicados por los empresarios por el oscuro asunto del G-10, y la tarde de ayer era fundamental en su despegue de temporada. Nada pudo hacer ante el reserv¨®n y desclasado segundo, y se jug¨® el todo por el todo en el quinto. Lo esper¨® en el centro del anillo con una ajustado pase cambiado por la espalda, y cuando el toro se cans¨® de embestir, que fue muy pronto, se dio el arrim¨®n y lo oblig¨® literalmente a obedecer en algunos compases con enorme sabor. Muy torero y muy entregado estuvo Perera.

Prueba de que no quiere quedarse atr¨¢s es que compiti¨® con Fandi?o en el tercio de quites del quinto de la tarde. El de Ordu?a cit¨® por chicuelinas ajustadas pero poco lucidas por el molesto cabeceo del toro, y Perera le respondi¨® con unas ce?idas gaoneras. Cuando alguien arrea¡­

El caso de El Cid es muy distinto. "No tenemos prisa", le gritaron desde el tendido para reprocharle su probada aceleraci¨®n. Bueno su quite por ver¨®nicas al primero y extraordinaria la media final, pero no es el mismo de antes. Acompa?a, pero no manda. Da muchos pases, pero dice poco. Muy templada y honda la primera tanda de derechazos al cuarto y ah¨ª acab¨® todo. Est¨¢ desconocido. Correcto anduvo con el malage primero, y muy por debajo ¨Cy pesado¨C de las condiciones del cuarto.