Miradas

Los de Cannes la titularon Un Certain Regard -Cierta mirada¨C, etiqueta deliberadamente ambigua para una secci¨®n similar a la Oficial, que permitir¨ªa encontrar acomodo a pel¨ªculas que no participaban en la secci¨®n estrella. Pero como hubo reticencias por parte de cineastas y productores a los que no les hac¨ªa ninguna gracia sentirse relegados a una segunda clase, se organiz¨® una competici¨®n paralela con jurado propio, que este a?o ha presidido el actor y espor¨¢dico director Tim Roth. No es raro que se vean buenas pel¨ªculas en Un certain regard, incluso algunas de mayor inter¨¦s que las de ¡°primera divisi¨®n¡±; y tiene un aire desenfadado, como de colegio mayor o de viejo cine-club, que le imprime car¨¢cter. El propio director del festival, Thierry Fr¨¦maux, presenta cada pel¨ªcula de esta secci¨®n invitando a sus autores a subir al escenario a comentarla con el p¨²blico. Igualmente la entrega de premios suele ser tan informal como un encuentro de familiares en d¨ªa de fiesta. Cuando este a?o Tim Roth ley¨® el palmar¨¦s llev¨¢ndose histri¨®nicamente las manos al coraz¨®n como prueba de amor hacia la pel¨ªcula mexicana que hab¨ªan premiado, Despu¨¦s de Lucia ¨Ccr¨®nica de un angustioso acoso escolar¨C sus pantomimas, sus payasadas, no afectaron a los m¨¦ritos del filme, aunque s¨ª dieron la impresi¨®n de que se trataba de un premio menor. Y no es as¨ª, como tampoco lo es la pel¨ªcula. Los organizadores de Cannes no parecen dar con el punto que aglutine el pomposo glamour de la famosa alfombra roja con el desenfado cin¨¦filo de Cierta mirada, cuyo esp¨ªritu est¨¢ m¨¢s en la onda de otras secciones independientes, como Quincena de Realizadores o Semana de la Critica.

Como espectador, uno no sabr¨ªa qu¨¦ estilo preferir. La misma disyuntiva se da en otros festivales, algunos espa?oles, que apuntan en direcciones dispersas, esperando que por alguna de ellas caiga la buena pieza. Pero s¨®lo Cannes, por su magnitud y relevancia, puede permitirse jugar a varias bandas. Otro ejemplo: el jurado de Tim Roth no adjudic¨® el habitual premio al mejor actor y se lo concedi¨® en su lugar a otra actriz. Corrieron rumores de que se trataba de una triqui?uela para acallar las cr¨ªticas sobre la escasa presencia femenina en un festival tan magno. Y puestos a rumores, tambi¨¦n se dijo que la presencia de Carlos Saura entregando en la gala oficial el premio C¨¢mara de Oro a la mejor opera prima, era para compensar la ausencia de cine espa?ol en el concurso. La ambig¨¹edad provoca ciertas miradas¡­