Carlos Zan¨®n: ¡°Mis personajes piensan en droga, alcohol y mujeres¡±
'No llames a casa' es uno de los libros revelaci¨®n del a?o. Una novela negra de chantajes con una Barcelona sombr¨ªa como escenario
Poeta ¡°desde siempre¡±, como dice ¨¦l, Carlos Zan¨®n empez¨® a escribir novela negra sin saber que escrib¨ªa novela negra. En sus historias no hay polic¨ªas ni detectives ni investigaciones, solo personajes que intentan sobrevivir en una Barcelona sombr¨ªa, de barrios marginales. En No llames a casa (RBA), una de las revelaciones del a?o, un singular tr¨ªo, Bruno, Raquel y Cristian, chantajean a ad¨²lteros. Gracias a su negocio mejoran de situaci¨®n: primero dorm¨ªan en un coche, luego en cajeros, despu¨¦s de alquiler en un almac¨¦n y por fin consiguen un piso tambi¨¦n de alquiler, muy barato, en uno de esos barrios.
Las cosas les van bastante bien hasta que se cruza en sus vidas, Max, un ad¨²ltero, desesperadamente enamorado de Merche, una esposa y madre aparentemente feliz. ¡°Escribo historias de muchos personajes que piensan distinto sobre las mismas cosas. Son gente de hoy. No fracasan en grandes empresas, son v¨ªctimas del dinero f¨¢cil. Droga, alcohol y mujeres, en eso piensan. El adulterio es la ¨²ltima frontera de la vida privada¡±.
En Tarde, mal y nunca, su primera novela negra, ¡°los personajes intentan ser visibles, son m¨¢s pringados, pero no se quejan¡±. ¡°En No llames a casa, quieren ser normales. Est¨¢n m¨¢s solos, al albur de todo, no tienen red. Son due?os de sus vidas, pero para no poder hacer nada. En la novela hay cierto determinismo por el momento que estamos viviendo. Todos somos perdedores¡±.
Bruno, Raquel y Cristian se dan cuenta de manera casi inconsciente de que el estado de bienestar se desmorona. Se percibe a lo largo de la novela, empezando por las listas de espera en sanidad que a veces pueden ser fat¨ªdicas. ¡°Vivimos una ¨¦poca terrible, una psicosis inducida. La econom¨ªa ha superado a la pol¨ªtica, es como una bola loca que nadie controla. Hay incertidumbre y p¨¢nico¡±.
¡°Llev¨¢bamos un estilo de vida estupendo y no valor¨¢bamos las cosas. ?bamos a la tienda de m¨²sica y eleg¨ªamos el disco que quer¨ªamos, ahora te lo descargas todo gratuitamente, pero no es lo mismo. Pierdes la vinculaci¨®n con la m¨²sica. Nos hemos cargado muchas cosas que eran importantes sin darnos cuenta de que eran importantes, como la prensa, por ejemplo. Gastamos dinero en tonter¨ªas¡±.
Carlos Zan¨®n (Barcelona, 1966) es abogado penalista, pero ahora solo le dedica el 20% de su tiempo. Se inici¨® pronto en la poes¨ªa y publica regularmente (El sabor de tu boca borracha, Ilusiones y sue?os, En el parque de los osos, Algunas maneras de olvidar a Gengis Khan, Tic Tac Tic Tac). Sac¨® una novela, Nadie ama a un hombre bueno, pero los apuros llegaron cuando quiso publicar Tarde, mal y nunca, su primera historia negra. Agencias literarias y editoriales la rechazaron. Al fin la public¨® una peque?ita, Saymon. Obtuvo el Premio Brigada 21 a la mejor primera novela negra del a?o y qued¨® finalista del Memorial Silverio Ca?ada de la Semana Negra de Gij¨®n. La editorial cerr¨® y la novela desapareci¨® hasta que la repesc¨® RBA.
Tarde, mal y nunca es una novela excelente, dura y desgarrada, en una Barcelona marginal, en la que los protagonistas viven intensamente, entre el alcohol, la droga y el amor, sin pasado ni futuro. A Zan¨®n le pasa lo que a Domingo Villar o Willy Uribe: publican una buen¨ªsima primera novela negra y la siguiente es a¨²n mejor.
La Barcelona de Zan¨®n no es la que visitan los turistas. Es una Barcelona marginal, en la que se percibe una tensi¨®n soterrada entre inmigrantes y aut¨®ctonos, con mucha droga, alcohol y desesperanza. ¡°En Tarde, mal y nunca, no menciono en ning¨²n momento a Barcelona, pero los lectores dijeron que era el Raval. La Barcelona que yo describo no es la de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, Francisco Gonz¨¢lez Ledesma o Juan Mars¨¦. Estos autores tienen una implicaci¨®n emocional con la ciudad y yo no tengo ese sentimiento. Es una Barcelona vista desde un barrio alejado del centro. No odio a Barcelona, pero tampoco la quiero¡±.
Babelia
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