Es la hora de la Historia de Arte
"En este momento, la originalidad del conjunto est¨¢ siendo examinada por t¨¦cnicos del departamento de Cultura de la Generalitat de Catalu?a"
Soy historiador del arte. Comparto oficio y pasi¨®n que con decenas de profesionales de universidades, museos y centros de investigaci¨®n de todo el mundo. Mis colegas ejercitan esta profesi¨®n con serenidad y con tenacidad en el marco de nuestras instituciones, guiados siempre por el compromiso de avanzar en el conocimiento.
La Historia del Arte es una disciplina cient¨ªfica que, entre otros prop¨®sitos, procura la valoraci¨®n y el conocimiento social y acad¨¦mico de esos productos culturales que calificamos como obras de arte, y que todos hemos heredado del pasado, sean de titularidad privada o p¨²blica.
La investigaci¨®n en Historia del Arte es una tarea laboriosa y pertinaz que se encuentra con est¨ªmulos y con dificultades en su desarrollo. Los historiadores del arte partimos del afecto por la herencia art¨ªstica; procuramos establecer un discurso riguroso y explicativo de los contextos y las causas que estimularon la realizaci¨®n de las obras, as¨ª como el aprecio sostenido en sus sociedades. Del mismo modo, es evidente que nuestra disciplina ofrece a la ciudadan¨ªa de hoy estudios sobre la conservaci¨®n de las obras del pasado, con sus tortuosos y apasionantes accidentes y cambios.
Aunque trabajamos con obras y productos que surgieron del imaginario de individuos y sirvieron para el imaginario de sociedades completas, la historia del arte es una disciplina f¨¢ctica. Nos basamos en los hechos, en las obras, en el an¨¢lisis emp¨ªrico y directo de nuestros objetos de estudio. Hasta el viernes pasado yo no hab¨ªa tenido el privilegio de observar de modo directo y emp¨ªrico las galer¨ªas claustrales que se conservan en la finca privada de Mas del Vent, en Palam¨®s (Girona). Sin embargo, a trav¨¦s de im¨¢genes y del trenzado de datos e informaciones dispersas, llegu¨¦ a cuestionar mi escepticismo inicial. La presunci¨®n de que se trataba de una obra que podr¨ªa contener elementos aut¨¦nticos, originales del siglo XII, invitaba a plantear su relevancia hist¨®rica y cultural y, en consecuencia, reivindicar su protecci¨®n administrativa por las autoridades competentes. De acuerdo con los indicios, cre¨ªa que pod¨ªamos estar ante una obra de enorme magnitud.
La visita fugaz y excitante a las galer¨ªas claustrales de Mas del Vent proporcion¨® una cascada de reacciones instant¨¢neas que se ir¨¢n decantando en el futuro. Pero deben comprenderse en el marco del encuentro y la contemplaci¨®n de unos capiteles colmados de im¨¢genes, unas piezas labradas con una exuberancia inusitada y una rotunda corporeidad. Estos capiteles proceden de unos cinceles plurales que esculpieron mejor de lo que dibujaban. Y sin duda est¨¢n envueltos de piezas modernas que, como en las catedrales severamente restauradas, no llegar¨ªan a desmentir el car¨¢cter genuino del conjunto.
En este momento, la originalidad del conjunto est¨¢ siendo examinada por t¨¦cnicos del departamento de Cultura de la Generalitat de Catalu?a. Debemos permitir que trabajen con la mayor tranquilidad posible, elaborando pausadamente sus informes, ajenos al marasmo que estos ¨²ltimos d¨ªas ha agitado los ¨¢mbitos culturales y acad¨¦micos, y del que he sido un involuntario protagonista. Lo relevante siempre es el objeto de estudio, la informaci¨®n hist¨®rica que encierran las obras que, no por casualidad, denominamos art¨ªsticas. Por eso mismo, acaso puede sorprender que entre los t¨¦cnicos que evaluar¨¢n este conjunto no hay ¡ªo no se ha anunciado¡ª ning¨²n historiador del arte. Y desde luego el an¨¢lisis iconogr¨¢fico puede ser fundamental en este caso. Tengo colegas competent¨ªsimos en m¨²ltiples universidades que podr¨ªan ser consultados. En todo caso, ser¨¢n ellos los que a la postre juzgar¨¢n y evaluar¨¢n el valor o no de este hallazgo. Porque el conocimiento siempre es una construcci¨®n colectiva desplegada en el marco de una comunidad cient¨ªfica.
Por desgracia, la ausencia de historiadores del arte en la administraci¨®n no es privativa de este caso. La profesi¨®n no ha vertebrado una posici¨®n social y una visibilidad que se corresponda proporcionadamente con los aportes epistemol¨®gicos y positivos que efect¨²a. Est¨¢ fuera de duda que la investigaci¨®n y la transferencia del conocimiento que despliega la Historia del Arte se conjuga con la de otras disciplinas human¨ªsticas en el af¨¢n por avanzar en el saber cient¨ªfico y en la protecci¨®n de las herencias culturales. A pesar de que puede esgrimirse de modo contundente su utilidad social, estos estudios universitarios a menudo se ven soslayados desde distintas instancias. Es mucho lo que aportan y s¨®lo tienen que explicarse mejor.
Babelia
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