Hallazgos, significado, impacto y vigencia de una obra clave
Cuatro cr¨ªticos espa?oles de referencia analizan en sendas perspectivas 'La ciudad y los perros' Juan Antonio Masoliver R¨®denas, Jos¨¦ Mar¨ªa Pozuelo Yvancos, Santos Sanz y Jordi Gracia
Cuatro cr¨ªticos espa?oles de referncia ofrecen sendas miradas sobre La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa:
Hallazgos literarios
por Juan Antonio Masoliver R¨®denas (La Vanguardia):
- Como en el caso de Joyce con el Ulises, no rompe con la tradici¨®n de la novela realista sino que, partiendo de Flaubert, la lleva al l¨ªmite de sus posibilidades.
- Radical ruptura de las convenciones de la novela sin caer en el experimentalismo.
- Importancia de la estructura, para construir un edificio novelesco realmente prodigioso.
- Utilizaci¨®n de elementos autobiogr¨¢ficos sin que haya complacencia narcisista. Las experiencias personales le dan una especial autenticidad
- Presencia de lo ¨¦tico sin que haya discurso moralista ni dogmatismo.
- La violencia del lenguaje como expresi¨®n de la violencia social.
- La geograf¨ªa urbana y rural como parte din¨¢mica del relato.
- Sin debilitar el distanciamiento u objetividad realista, hay una simpat¨ªa hacia los personajes que los hacen m¨¢s dram¨¢ticamente humanos.
Lo que signific¨® y representa
Por Jos¨¦ Mar¨ªa Pozuelo Yvancos (ABC):
La ciudad y los perros signific¨® un gran salto en la obra de Vargas LLosa. Si nos fijamos, el cuento que da t¨ªtulo al volumen Los Jefes (1858) prefiguraba ya algunos temas que sin embargo demandaban el cauce amplio de la novela. Por encima de cualquier otro autor latinoamericano Vargas Llosa posee talento narrativo, y su primera novela lo muestra ya dominador de t¨¦cnicas perpectiv¨ªsticas, al ceder su relato a tres voces alternantes. Esa configuraci¨®n narrativa compleja, que van rehaciendo la estructura desde la visi¨®n plural, y que posiblemente adeude a Faulkner, le sirvi¨® para dar vida a dos de los grandes asuntos que han acompa?ado siempre su obra: por un lado el Poder, tanto el que directamente emana de los militares que reg¨ªan el Colegio Leoncio Prado y su rosario de caprichosas y crueles irracionalidades, como el que fraguaba en los propios alumnos, espejo donde finalmente refracta la violencia institucionalizada. El otro gran asunto es el de la libertad, puesta en peligro por el funcionamiento de los l¨ªderes capaces de aplastar las individualidades. De esa forma en La ciudad y los perros no solo est¨¢ el n¨²cleo que vertebra la obra posterior de Vargas Llosa; tambi¨¦n supuso para la lengua literaria en espa?ol la posibilidad de hacer compatible el realismo naturalista y la modernas t¨¦cnicas del relato.
Impacto en Espa?a
Por Santos Sanz Villanueva (El Cultural,, de El Mundo):
El llamado boom produjo una aut¨¦ntica convulsi¨®n en las letras espa?olas. Algunos narradores protestaron airadamente, as¨ª el veterano Gironella o el todav¨ªa joven Alfonso Grosso. Pero la mayor parte de nuestros escritores le dieron una acogida muy favorable, si bien no en id¨¦nticos t¨¦rminos respecto de los que enseguida se tuvieron por los mosqueteros del movimiento. Cort¨¢zar y Fuentes despertaron no pocas reservas. En cambio, Vargas LLosa y Garc¨ªa M¨¢rquez suscitaron admiraci¨®n casi un¨¢nime e incondicional. La ciudad y los perros no pudo ser recibida con t¨¦rminos m¨¢s elogiosos. El destacado cr¨ªtico J.R. Masoliver aventur¨® en La Vanguardia que era un libro de los que marcan ¨¦poca y estaba destinado a renovar todo un g¨¦nero. Lo salud¨® con un juicio cerrado: "Qu¨¦ obra de verdadero artista, en una palabra". En t¨¦rminos parecidos enjuici¨® a Vargas el muy exigente Delibes: "ha renovado el lenguaje y la t¨¦cnica y adem¨¢s nos dice cosas. Ha remozado los elementos de la novela pero no los ha destruido". Esta doble virtud, la narratividad y la innovaci¨®n formal y ling¨¹¨ªstica, fue la gran lecci¨®n que Vargas ofreci¨® a la novela espa?ola en unas fechas en que el realismo social empezaba a estar seriamente cuestionado.
La vigencia 50 a?os despu¨¦s
Por Jordi Gracia (EL PA?S):
La vigencia de los cl¨¢sicos es felizmente discutida hoy. Es la mejor garant¨ªa de sacarlos de las hornacinas porque o el cl¨¢sico est¨¢ vivo, para unos pocos o para muchos, o no es un cl¨¢sico. Y La ciudad y los perros es un puro latido animal de punta a cabo: el animal no es el Jaguar ni el resto de los muchachos. El animal es Vargas Llosa porque hoy podemos leer esa novela con la redoblada fuerza que le otorga la memoria de sus otras obras maestras ¨Cque son unas cuantas-. Y en lugar de detectar la inmadurez o la inestabilidad de aquel artefacto casi juvenil, sucede lo contrario: la consistencia ejemplar de la novela est¨¢ hecha de valent¨ªa anal¨ªtica y de denuncia moral porque es un libro comprometido no con la injusticia de un sistema de ense?anza o de un pa¨ªs sino con nuestra fragilidad, la que late detr¨¢s de las convenciones y los ama?os. ?Qui¨¦n de nosotros tendr¨ªa la valent¨ªa de contestar a la burla del capit¨¢n ¨C¡°Parece usted uno de esos curas fan¨¢ticos. ?Quiere arruinar su carrera?¡±- con la temeridad que pone Gamboa en su respuesta: ¡°Un militar no arruina su carrera cumpliendo con su deber, mi capit¨¢n?¡±.
Babelia
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