¡°Siempre he buscado que mi trabajo fuera invisible¡±
Por primera vez expone su obra en Espa?a la fot¨®grafa chilena Paz Err¨¢zuriz Una de sus fotos es la elegida para promocionar el certamen PHotoEspa?a
Su retrato en blanco y negro de un boxeador sentado y sudoroso ha sido el elegido para el cartel de la edici¨®n de este a?o de PHotoEspa?a. Es una de sus fotos que cuelgan en la exposici¨®n Aqu¨ª estamos, una de las m¨¢s destacadas del certamen fotogr¨¢fico y que puede visitarse en el C¨ªrculo de Bellas Artes hasta el 22 de julio. La chilena Paz Err¨¢zuriz (Santiago de Chile, 1944) ve con orgullo c¨®mo tras cuarenta a?os de carrera por fin "ha aterrizado" en Espa?a su obra, im¨¢genes con el aroma de la fotograf¨ªa cl¨¢sica, con una forma de mirar que se asemeja a la de su admirada Cristina Garc¨ªa Rodero, a la que ha podido conocer en su breve estancia en Madrid.
Precisamente, de la capital espa?ola le lleg¨® hace seis meses una sorpresa: el museo Reina Sof¨ªa posee obra suya y la fot¨®grafa ni lo sab¨ªa. "Es extra?o. Me llamaron para pedirme informaci¨®n de unas fotos. Yo les dije ¡®?pero qu¨¦ hacen ah¨ª?¡¯. Creo que todo viene porque durante la dictadura de Pinochet [1973-89] hubo una exposici¨®n itinerante en 1987 que se llamaba Chile vive, que inclu¨ªa fotos m¨ªas que no volvieron a m¨ª pa¨ªs. Alguien las don¨® y ah¨ª quedaron". Lo que s¨ª es conocido es que la Tate Modern londinense tiene una serie de sus trabajos m¨¢s recientes.
Paz iba para profesora, "pero ya aspiraba a hacer fotograf¨ªa, que no a ser fot¨®grafa, eso eran palabras mayores". Por eso empez¨® por retratar a sus alumnos. "Los chicos son unos modelos extraordinarios porque se olvidan de que t¨² existes y entonces pasas a ser invisible. Eso es algo que he querido repetir siempre, que mi trabajo sea invisible para mezclarme, ser parte del mobiliario".
De formaci¨®n autodidacta, comenz¨® como free lance en la dictadura pinochetista, "un mundo muy complicado y peligroso". "Siempre hubo censura, pero nos las arregl¨¢bamos para mandar las fotos afuera, era un lucha vital, con mucho dinamismo". Paz fue en 1981 la propulsora de la Asociaci¨®n de Fot¨®grafos Independientes. "Logramos protegernos como sociedad y tener acreditaciones". Esta mujer de pelo largo y aparente fragilidad recuerda aquella etapa: "?ramos j¨®venes y valientes, nos tuvimos que formar en la calle".
En paralelo al reporterismo, Err¨¢zuriz realiz¨® un trabajo nada period¨ªstico, el seguimiento fotogr¨¢fico de una gallina, Amalia. La raz¨®n era tan pedestre como la implantaci¨®n del toque de queda. "Hab¨ªa que encerrarse temprano y yo ten¨ªa a mis chicos peque?itos. Por eso hice en 1975 ¡ªr¨ªe¡ª el diario de esta mascota".
Despu¨¦s del ave, llegaron lo que Err¨¢zuriz llama "ensayos, investigaciones m¨¢s all¨¢ de la foto concreta", trabajos de meses de convivencia con los habitantes de un circo o con travestis prostitutos, "que sufrieron much¨ªsima represi¨®n y padecieron los tiempos del sida cuando no se conoc¨ªa la enfermedad". Algunas de estas instant¨¢neas est¨¢n en Aqu¨ª estamos y muestran a personas que ella se niega a que sean calificadas de s¨®rdidas. Entonces aflora su cari?o por sus retratados: "Son seres que aspiran a tener ideales en una sociedad que los puso en esa situaci¨®n y si t¨² lo quieres ver, encontrar¨¢s belleza en ellos". Tambi¨¦n respeto: "Lo m¨ªo no son irrupciones, ni invasiones, no son fotos por casualidad. Y cuando alguien me ha dicho, ¡®no quiero salir¡¯, pues no sale".
Los boxeadores
De estas series de distintos colectivos fue especialmente complicada la de los boxeadores, tipos duros que miran a la c¨¢mara como desinflados tras el combate. "Por ser mujer no me dejaban entrar en los gimnasios pero los boxeadores eran solidarios conmigo. Eso s¨ª, ve¨ªan que mis fotos no eran de sus triunfos y eso les desilusionaba. Adem¨¢s esperaban verse en color. Pero ahora, cuando las tienen en sus manos, les gustan y est¨¢n orgullosos de salir as¨ª, quiz¨¢ porque descubrieron algo de s¨ª mismos que no esperaban". De esa forma de retratar dijo la escritora mexicana Elena Poniatowska que consiste en "atrapar la vida en toda su crudeza y crueldad".
"Hago algunas cosas en color y digital. Es complicado hallar material para los revelados"
Otro de esos trabajos "siempre autofinanciados" del que guarda especial cari?o son los dos a?os que pas¨® con los internos de un hospital para dementes en Putaendo. "La mayor satisfacci¨®n que tuve fue que una vez me encontr¨¦ con el exdirector del centro y me dijo que a los doctores esas im¨¢genes les hab¨ªan abierto una puerta para mirar a sus pacientes de otra manera, con m¨¢s dignidad".
En su carrera ha sido recurrente un sambenito al hablar de su obra: "La recepci¨®n de mis fotos siempre ha sido una desilusi¨®n para todos. Eran miradas con horror. Por eso mi fotograf¨ªa no ha tenido ¨¦xito, no es comercial, tiene fama de ¡®qu¨¦ depresi¨®n m¨¢s grande tener una foto tuya¡¯. Pero ya estoy acostumbrada, me resbala". Para ella, mostrar a esos seres apartados "ha sido una especie de castigo". "Las cosas que han dicho de mis trabajos han sido por mirar donde no se debe". Quiz¨¢ por eso, otro raro, su compatriota y ¨²ltimo premio Cervantes, Nicanor Parra, le dedic¨® uno de sus c¨¦lebres antipoemas.
Err¨¢zuriz no solo ha fotografiado a personas. En Aqu¨ª estamos est¨¢n algunas de sus im¨¢genes de la serie Memento mori (2004). "Fotos de las fotos que los familiares ponen de sus difuntos en los cementerios". Un proyecto que se plante¨® quiz¨¢s porque "cada vez es m¨¢s dif¨ªcil fotografiar a los vivos". Como arduo le resulta seguir con el blanco y negro. "Ahora hago algunas cosas en color y con digital. Es complicado encontrar material para los revelados".
Ese blanco y negro tiene similitudes con el de Cristina Garc¨ªa Rodero. "Es curioso porque hace muchos a?os un curador norteamericano del museo de Seattle conoci¨® mi trabajo. Y mont¨® una exposici¨®n conmigo y con fotos de Cristina porque los ve¨ªa parecidos". Paz ha podido cumplir el deseo de conocer a la artista ciudadreale?a que tanto admira y que imprime a su obra "un algo po¨¦tico". "Fue un encuentro m¨¢gico, ella fue muy generosa. Yo estaba llena de complejos, no sab¨ªa qu¨¦ decir. Entonces me coment¨® que mi trabajo era muy bueno y eso me alegr¨® mucho".
Lo ¨²ltimo de Paz es la serie La luz que me ciega, sobre un grupo de campesinos de Chile que viven en un lugar apartado y sufren de acromatopsia, enfermedad que les hace ver solo en blanco y negro. Una obra simb¨®lica para esta fot¨®grafa cada vez m¨¢s abocada a mirar en color y que, como reconoce, acaba volviendo a sus queridos marginados para "hacer visibles los lugares oscuros que la sociedad no puede o no se atreve a mirar".
Babelia
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