Miranda July: ¡°Escribir es la cosa m¨¢s libre y barata que hay¡±
La inquieta, polifac¨¦tica y controvertida creadora estadounidense publica 'Te elige', su primera obra de no ficci¨®n, basada en entrevistas con personas que utilizaron un bolet¨ªn gratuito de anuncios
A¨²n no ha cumplido los 40 y ya ha grabado discos; expuesto sus esculturas en la Bienal de Venecia; mostrado sus performances en el Whitney o el MoMA; ha escrito, dirigido y protagonizado dos pel¨ªculas, con la primera de las cuales gan¨® el Premio C¨¢mara de Oro en Cannes; ha puesto en marcha un proyecto art¨ªstico en la web en el que participaron centenares de personas, y publicado una colecci¨®n de cuentos con la que obtuvo el galard¨®n Frank O¡¯Connor. A Miranda July (Vermont, 1974) le gustan las listas de recados o ideas, y esta, de su trabajo, la presenta m¨¢s como abeja laboriosa y exitosa que como z¨¢ngana. Sin embargo, ella confiesa en Te elige (Seix Barral) que a menudo le cuesta ponerse manos a la obra, se dispersa y elude la tarea.
Ha aprendido que de este remoloneo surgen nuevas ideas. Quiz¨¢ por eso no cedi¨® completamente ante el sentimiento de culpa cuando, atascada con el guion de su segunda pel¨ªcula, le dio por leer Pennysavers, el bolet¨ªn gratuito de anuncios por palabras que se distribuye con el correo en todas las casas de Los ?ngeles. Decidi¨® no desechar la distracci¨®n sino explorarla: fue a buscar a las personas que se escond¨ªan tras esos anuncios de ¨¢lbumes, renacuajos o ropa india, armada con una grabadora, acompa?ada por Brigitte Sinde ¡ªla fot¨®grafa de su boda a quien apenas conoc¨ªa¡ª y su asistente.
?Qui¨¦n vend¨ªa una chaqueta de cuero por 10 d¨®lares y por qu¨¦? ?Y qu¨¦ esperaba ella sacar de esos encuentros? ?Qu¨¦ la mov¨ªa a lanzarse sin rumbo fijo? La respuesta a la primera pregunta la encontr¨® en Michael, un hombre de 60 a?os residente en un decadente edificio de apartamentos de starlets en Hollywood Boulevard, que trataba de ahorrar para pagarse una operaci¨®n de cambio de sexo. July le pag¨® cinco veces el precio de la prenda, pero no se la llev¨®, se sent¨® a charlar y cotille¨® su colecci¨®n de v¨ªdeos porno. Lo dem¨¢s result¨® algo m¨¢s complicado de contestar y la llevar¨ªa hasta Joe, un ¡°¨¢ngel obsesivo-compulsivo¡±, que a sus m¨¢s de ochenta a?os a¨²n escrib¨ªa versos verdes a su mujer y que acabar¨ªa participando en su pel¨ªcula. Aquel fue el ¨²ltimo de los 10 encuentros que July acab¨® por reunir en Te elige, un libro en el que intercala un extra?o paisaje humano de Los ?ngeles, con un viaje personal y creativo. ¡°A diferencia de un periodista, no trabajo con unas reglas preestablecidas y el proyecto estaba tan abierto que era como decir ¡®perd¨®neme, d¨¦jeme que le pague por su tiempo¡¯. Esto era un experimento sobre m¨ª. En los intercambios que tuve no era yo siendo Miranda July, y esto me pon¨ªa nerviosa. Soy mucho m¨¢s agradable y amable en el escenario que fuera de ¨¦l. All¨ª me siento relajada, en una fiesta me pongo m¨¢s nerviosa¡±, explica sentada en el sal¨®n de la casa que comparte con su esposo, Michael Mills, el director de la pel¨ªcula Beginners.
Esbelta y bella, con una melena corta y rizada y grandes ojos claros, July viste un vestido de algod¨®n azul marino y unas sandalias planas por las que asoman las u?as de sus pies, pintadas de rosa chicle. La sala ofrece una espectacular vista de Los ?ngeles. Sobre la mesa est¨¢ la colecci¨®n de Cuentos completos de Lydia Davis, un volumen de fotograf¨ªas de William Eggleston y un ejemplar de la revista Apartamento. En las primeras p¨¢ginas de su nuevo libro, July cuenta que tard¨® dos a?os en trasladarse aqu¨ª, la casa de su entonces novio y hoy marido. Se resist¨ªa a dejar su ¡°cueva¡±, un peque?o apartamento en este mismo barrio liberal y bohemio, Echo Park, que a¨²n mantiene como estudio, aunque desde el nacimiento de su hijo, hace apenas dos meses, siente que no le queda tiempo para llegar hasta all¨ª. Fue en esa cueva, cuando a¨²n le acechaban algunas dudas sobre la maternidad, donde escuch¨® las cintas de las entrevistas y descart¨® la idea de convertirlas en un art¨ªculo. ¡°Record¨¦ mi experiencia, los nervios, la sorpresa, lo que me pasaba por la mente cuando hablaba con ellos. Si transcrib¨ªa y simplemente editaba no quedaba clara cu¨¢l era su importancia. Decid¨ª ser honesta con mi parte de la historia¡±, dice.
¡°Una vez que comprend¨ª que pod¨ªa escribir sobre m¨ª misma como si fuera un personaje, result¨® f¨¢cil¡±
Peculiar entrevistadora, cuando a¨²n era estudiante en el instituto Miranda cre¨® un fanzine con una amiga, cambi¨® su apellido Grossinger por July y realiz¨® una serie de entrevistas con principios abstractos como la confianza, u objetos inanimados como la toalla en la que muri¨® su gato. M¨¢s adelante, tras abandonar las aulas universitarias, y trasladarse a Portland ¡ªdonde se uni¨® al colectivo punk y feminista Riot Grrrls¡ª, puso en marcha un proyecto en el que entrevist¨® a cientos de mujeres en las calles pregunt¨¢ndoles qu¨¦ pel¨ªcula har¨ªan si pudieran.
July tiende a meterse en el centro de las historias y Te elige no es una excepci¨®n. Pero este es su primer trabajo de no ficci¨®n. ¡°Una vez que comprend¨ª que pod¨ªa escribir sobre m¨ª misma como si fuera un personaje, result¨® f¨¢cil¡±, asegura. Escrito nada m¨¢s terminar la pel¨ªcula El futuro, dice que, en cierta medida, el libro trata de mitigar la nostalgia que le produc¨ªa pensar en todas las historias reales y personajes que se hab¨ªan quedado fuera, la cara B de la pel¨ªcula, su historia de gestaci¨®n. ¡°Mi trabajo hasta este momento no ha sido autobiogr¨¢fico, la relaci¨®n con mi vida era m¨¢s libre, m¨¢s simb¨®lica. No era yo en las pel¨ªculas y los cuentos¡±.
Inquieta y prol¨ªfica, amada y odiada a partes iguales por el p¨²blico de Estados Unidos, July es una de las voces de mujer m¨¢s potentes del panorama actual estadounidense. Admiradora de Sophie Calle, entre sus influencias cita a Patti Smith, a Cindy Sherman y a Kathleen Hanna del movimiento Riot Grrrls, de quien aprendi¨® que estaba bien mentir para conseguir lo que se quiere. ¡°Me pas¨¦ mucho tiempo mintiendo sin parar, siguiendo este principio feminista. Una d¨¦cada despu¨¦s pens¨¦ que quiz¨¢ ya era momento de acabar con aquello¡±, cuenta divertida. ?A¨²n se reconoce en sus primeros trabajos? ¡°S¨¦ que parece loco, pero cuando miro atr¨¢s veo consistencia. Quiz¨¢ ahora que ha nacido mi hijo he pulsado el bot¨®n de reprogramaci¨®n. He estirado al m¨¢ximo el momento chica joven, y ahora arranca un nuevo cap¨ªtulo¡±, responde sin rodeos.
En su libro habla de la fe, un rasgo que parece recorrer el trabajo de esta artista, algo que no parece haberle faltado. ¡°En los malos momentos te aferras a ella y tienes esta cosa casi m¨¢gica de pensar que si crees en ello, el proyecto ser¨¢ bueno. En el arte tienes que quedarte ah¨ª colgado, no sabes qu¨¦ est¨¢s haciendo y de repente todo da un giro y llega el significado y la conexi¨®n. Tienes que hacer el trabajo de todos modos con una devoci¨®n que roza el rito y luego algo ocurre, como en un matrimonio. Al final todo tiene que ver con el esfuerzo, as¨ª es como funcionan las cosas¡±, afirma. Te elige expresa tambi¨¦n la ansiedad que la idea de la maternidad le provocaba, la anticipaci¨®n del cambio. ¡°Me he pasado bastante tiempo pensando si existir¨ªa despu¨¦s de tener un hijo y ahora veo que es una buena pregunta, que no est¨¢ mal hac¨¦rsela, porque algo muere. Adem¨¢s, no es que haya habido muchas generaciones de mujeres que han podido plantearse estas cosas¡±, dice. Tras el nacimiento de su beb¨¦, ella se ha volcado de lleno en la que ser¨¢ su primera novela, un proyecto que no le intimida. ¡°Escribir es la cosa m¨¢s libre y barata que hay, tanto que puedes fastidiarla sin que cueste dinero. Tampoco me siento demasiado apegada a lo que escribo, las pel¨ªculas son algo m¨¢s encantador¡±, dice y reconoce que en el campo de las letras es en el que ha necesitado m¨¢s aliento. El novelista Rick Moody, a quien conoci¨® en un proyecto en la radio, fue el primero que la anim¨® a dar el salto.
Criada en Oakland en el seno de una familia liberal de profesores universitarios y editores independientes, Miranda recuerda en Te elige uno de sus primeros proyectos, la correspondencia que con 14 a?os mantuvo durante cerca de dos a?os con un preso y que despu¨¦s transform¨® en una obra de teatro que dirigi¨®. ¡°La obra era bastante mala, una buena idea y un proyecto muy ambicioso, eso s¨ª¡± apunta. A los siete hab¨ªa comenzado un diario que sigui¨® hasta el rodaje de su primera pel¨ªcula. ¡°Entonces los cuadernos pasaron a contener ideas para proyectos de trabajo y solo si algo realmente no iba bien, intercalaba un par de p¨¢ginas. Pens¨¦ que ya hay suficientes mujeres anotando sus cosas en peque?os cuadernitos, a lo mejor no pasaba nada por volcar mis sentimientos en mi trabajo¡±, afirma.
Desde aquel proyecto adolescente en el teatro ha saltado por un buen n¨²mero de disciplinas art¨ªsticas. ¡°Tengo un irrefrenable deseo de expresar lo que siento. El medio es algo secundario. Me gusta cambiar de terreno y sentir el h¨¢ndicap de que no perteneces completamente a ning¨²n club¡±, asegura. July habla de c¨®mo muchos reconocidos escritores pintan o bailarines que escriben, aunque a menudo todo este material queda lejos del p¨²blico. A ella le gusta tensar el l¨ªmite. De un trabajo como consultora para el director Wayne Wang ¡ªtres sesiones de entrevistas sobre su vida sexual¡ª, surgi¨® el impulso de hacer su primera pel¨ªcula. ¡°?l me propuso hacer un guion con el material y rodar una pel¨ªcula. Pens¨¦ que tambi¨¦n pod¨ªa hacerlo yo sola¡±, recuerda. ¡°Necesit¨¦ un poco de agresividad para encontrar las agallas. Hab¨ªa algo inherentemente lascivo en todo aquello¡±. El sexo es algo a lo que a menudo se refieren cuando hablan de su trabajo, ?porque es mujer? ¡°Bueno, creo que me interesa m¨¢s el sexo que a otra gente. Hay mucho espacio para escribir sobre este tema¡±, reflexiona.
¡°No me siento demasiado apegada a lo que escribo, las pel¨ªculas son algo m¨¢s encantador¡±
Independiente, pero muy presente, July produce la misma animosidad en Estados Unidos que el universo retratado en la pel¨ªcula Am¨¦lie entre el p¨²blico europeo. ?Piensa que hay algo intr¨ªnsecamente americano en su trabajo? ¡°Quiz¨¢ el creerse con derecho a la autorreferencia y tambi¨¦n la ambici¨®n. Pero para una mujer estas cosas pueden ser ¨²tiles, y al final se trata de usar las herramientas con cabeza. Esto me ayuda a superar algunas inhibiciones¡±. Sus detractores cargan contra lo que consideran que es un tono ?o?o, carente de iron¨ªa, con Miranda siempre en el centro. Ella escribe en Te elige que atascada con el guion buscaba su nombre en Internet ¡°como si la respuesta a mis problemas estuviera en alg¨²n post sobre cu¨¢n de insoportable soy¡±. Ninguno de sus entrevistados ten¨ªa Internet y en cualquier caso, ella ha sabido darle la vuelta a las cr¨ªticas y parodias. El cantante Michael Idov lleg¨® incluso a escribir una canci¨®n disco en la que la describ¨ªa como una versi¨®n femenina de Roberto Benigni. Un par de a?os despu¨¦s hicieron una nueva versi¨®n juntos, titulada I heart Miranda July (yo amo a Miranda July). La artista se despide, dispuesta a almorzar una ensalada con su esposo, que la aguarda al otro extremo del sal¨®n. Con la vista de la ciudad al fondo, cabe recordar lo que escribi¨® sobre este lugar: ¡°¡ Comprend¨ª que el mundo, y especialmente Los ?ngeles, estaba dise?ado para protegerme de esta gente a la que estaba visitando. Los ?ngeles no es una ciudad donde se camine o se viaje en metro, as¨ª que nunca estaremos juntos, ni siquiera un momento, si alguien no entra en mi coche o en mi casa¡±.
Te elige. Miranda July. Traducci¨®n de Mercedes Cebri¨¢n. Seix Barral. Barcelona, 2012. 224 p¨¢ginas. 20 euros (electr¨®nico: 13,99). mirandajuly.com/.
C¨ªrculo creativo
Atlanta (1996)
En este filme de 10 minutos de duraci¨®n, una pieza cl¨¢sica de Miranda July, la artista encarna a una nadadora ol¨ªmpica y a su madre, que por turnos van hablando a la c¨¢mara sobre su carrera hacia la medalla de oro. Con un tono televisivo y trash, por momentos hist¨¦rico y tenso, July sigue la estela de Cindy Sherman, a la que guarda especial afecto. Suyo era el primer libro de arte que le regalaron.
Learning to love you more / Aprendiendo a quererte m¨¢s (2002-2009)
Una lista de tareas, 70, abiertas a todo aquel que quiera participar y que incluyen propuestas tan dispares como coser un pijama de ni?o a tama?o adulto hasta darte un consejo a ti mismo retroactivamente o sacarles una foto a tus padres bes¨¢ndose. Cerca de 8.000 personas han participado en este proyecto, con v¨ªdeos, fotos, escritos, dibujos y audios, que July y el tambi¨¦n artista Harrell Fletcher mantuvieron en marcha durante siete a?os. Mostrado en el Whitney de Nueva York o en el Museo de Arte de Seattle, hoy se encuentra en la colecci¨®n de San Francisco MOMA. www.learningtoloveyoumore.com
Eleven heavy things / Once cosas pesadas (2009)
Las esculturas de este proyecto fueron encargadas por la Bienal de Venecia y mostradas en el Giardino delle Vergini. Construidas en fibra de vidrio y hierro, las piezas est¨¢n dise?adas para que el p¨²blico se suba o meta las piernas o manos por los agujeros, para que interact¨²e con las piezas. M¨¢s a¨²n, July lo dise?¨® pensando que ser¨ªa una buena oportunidad para que los visitantes se sacaran fotos y las mandaran, reactivando el c¨ªrculo creativo e interactivo que alimenta su trabajo.
El futuro (2011)
Aclamada por la cr¨ªtica, la segunda pel¨ªcula de July, estrenada en salas comerciales, es la cara A de Te elige. Retrata la encrucijada de una pareja de treinta?eros: Sophie es profesora de danza para ni?os y Jason ofrece asistencia t¨¦cnica por tel¨¦fono. Deciden adoptar un gato enfermo Paw Paw, que narra la pel¨ªcula. Saben que la llegada del gato implicar¨¢ una dedicaci¨®n absoluta y por eso deciden hacer todo lo que m¨¢s adelante no podr¨¢n. La crisis se desencadena y uno de los elementos que les ayudar¨¢ a reencauzar su historia es el verdadero Joe, uno de los entrevistados en Te elige.
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