Antes y despu¨¦s del ¡®show¡¯
Los grupos espa?oles que inauguraron Rock in Rio relatan la tensi¨®n que rodea un concierto
Antes de sus conciertos, Daniel Carbonell se hace ¡°el idiota¡±. As¨ª de sencillo. Es uno de los trucos que el cantante de Macaco emplea para relajarse antes de subirse al escenario. ¡°Cuento alg¨²n chiste, me r¨ªo con los compa?eros¡±, relata el m¨²sico catal¨¢n. Aunque Carbonell tampoco reh¨²ye de la tensi¨®n preconcierto. Es m¨¢s, la considera parte del juego: ¡°Siempre mola que haya un poco de picantillo. Si no, ?qu¨¦ gracia tiene esto?¡±.
Son las 21.30, es el d¨ªa inaugural de la tercera edici¨®n de Rock in Rio Madrid y Macaco acaba de regalar una hora de reggae, tambores y ritmos de medio planeta. Carbonell sonr¨ªe, se?al de que todo ha ido bien. ¡°La gente ha estado a saco, coreando el 90% de las canciones y creo que ha sido un buen concierto¡±, sostiene el artista.
Su actuaci¨®n ha sido la ¨²ltima del p¨®quer espa?ol con el que Rock in Rio ha abierto sus puertas. Y que ha durado m¨¢s de cuatro horas. Tanto ha pasado desde que David Otero se paseaba impaciente por el backstage. A punto de lanzarse a cantar, El Pescao luc¨ªa una camisa blancoazul, unas gafas de moderno y cierta tensi¨®n: ¡°Estoy nervios¨ªsimo¡±.
Le tocaba la tarea de abrir la jornada. Lo hizo con su ¨¢lbum en solitario, Nada l¨®gico, ante cientos de personas. Aunque, por alguna extra?a raz¨®n, la perspectiva desde el escenario debe de ser distinta. ¡°Hab¨ªa un mont¨®n de gente, 2.000 o 3.000¡±, defend¨ªa Otero tras su show. Y algo parecido ocurr¨ªa un par de conciertos despu¨¦s con los miembros de La oreja de Van Gogh. ¡°Hab¨ªa much¨ªsima gente, un disparate¡±, relataba el grupo donostiarra, tras una actuaci¨®n que muchos se pasaron rebotando y cantando pero muchos m¨¢s tumbados en el c¨¦sped que rodea el escenario.
Sea como fuere, no deja de ser un concierto en un megafestival. Es decir, una ocasi¨®n de las importantes. M¨¢s aun si coincide con la primera vez en Rock in Rio, como para Maldita Nerea. As¨ª que todo ritual que pueda rebajar la tensi¨®n viene de maravilla. ¡°Suelo calentar la voz. Y los ¨²ltimos 10 o 15 minutos estamos ¨²nicamente la banda hablando de c¨®mo vamos a hacerlo. Es como el previo en el vestuario antes de salir a jugar¡±, explica Jorge Ruiz, l¨ªder de la banda murciana. Salieron los segundos y sacaron su bater¨ªa de himnos, de F¨¢cil a El secreto de las tortugas, para invitar al p¨²blico al primer karaoke del d¨ªa.
Ruiz cantaba, la gente tambi¨¦n. Aunque durante un rato. Un festival tiene su reloj de arena y las dos horas son para los Man¨¢, los Red Hot Chili Peppers y las Rhianna. A Maldita Nerea Rock in Rio ofrec¨ªa una cata de 45 minutos. De ah¨ª que Ruiz se quedara con ganas de m¨¢s: ¡°Al ser de d¨ªa, bajas y dices: ¡®?Ya? ?Ya se ha terminado?¡±. S¨ª. Hasta que el 7 de julio toque en Huesca. Es lo que tiene la vida del m¨²sico: llegas, subes al escenario, tocas, bajas. Una y otra vez. Y, siempre, con ciertos nervios antes de empezar. Si no, ?qu¨¦ gracia tendr¨ªa?
Babelia
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