Carmen Thyssen responde: ¡°Francesca es una imb¨¦cil que solo busca publicidad¡±

La subasta de La esclusa de Constable (1824) por 25 millones de euros (casi 28 millones pagados por un comprador an¨®nimo) anoche en Christie¡¯s ha avivado el incendio entre los Thyssen. La hija del bar¨®n, Francesca Thyssen, envi¨® unas rotundas descalificaciones a EL PA?S: ¡°Con Tita no hay soluci¨®n para el museo Thyssen¡±. Carmen Cervera no ha dudado en despachar el asunto: ¡°Francesca no es m¨¢s que una imb¨¦cil que solo busca publicidad¡±. Por si esto fuera poco, Cervera aconseja a la ¨²nica hija del bar¨®n Thyssen-Bornemisza que se guarde sus opiniones ya que ella al poco de morir su padre subast¨® en Nueva York 18 obras maestras de su fant¨¢stica colecci¨®n. ¡°Necesita hablar de lo que sea porque en este momento no es m¨¢s que una galerista ambulante¡±, concluye tajante Carmen Cervera.

Satisfecha con el resultado de la subasta, aunque triste, asegura que no va a vender ning¨²n cuadro m¨¢s. ¡°Quiero que se llegue a una soluci¨®n, sin prisas y que mis cuadros se queden en el Museo Thyssen¡±. Reconoce que la pasada semana, una delegaci¨®n enviada por Putin ha estado en Madrid para interesarse por la colecci¨®n, pero que ella ni se lo plantea.

Recuerda que cuando compr¨® La esclusa junto a su marido el 14 de noviembre de 1990 en Sotheby's por 10,78 millones de libras (casi 13 millones de euros) ¡ªel mayor precio pagado hasta entonces por un cuadro de un brit¨¢nico¡ª, lo celebraron con una botella de champ¨¢n, como hac¨ªan siempre para celebrar una adquisici¨®n de este tipo. ¡°Anoche no lo hice, pese al r¨¦cord que se ha logrado con una obra de Constable. Lo que tengo es mucha curiosidad por saber qui¨¦n es el comprador. No me lo han dicho porque ¨¦l quiere permanecer en el anonimato¡±.

Pese al disgusto manifestado oficiosamente desde el Ministerio de Cultura, Carmen Cervera cree que las relaciones son buenas. De hecho, la noche del martes, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya S¨¢ez de Santamar¨ªa, estuvo cenando en la casa que la baronesa posee en el exclusivo barrio de la Moraleja, en Madrid. ¡°Fue un encuentro muy cordial y muy agradable, pero no hemos entrado en detalles¡±.

Rechaza de plano que se est¨¦ beneficiando del pr¨¦stamo y que la ampliaci¨®n del museo fuera expresamente dedicada a exhibir su colecci¨®n. ¡°El museo se hab¨ªa quedado peque?o para sus necesidades. No hab¨ªa salas para muestras temporales, ni para oficinas¡­ No fue un capricho m¨ªo. Y quiero que quede claro que tampoco me beneficio personalmente de los cuadros que presto. Con cada uno de ellos, conseguimos que vengan obras maestras que hacen posible muestras como la de Edward Hopper, que a su vez, potencia el turismo en Madrid. Insisto. Yo no me aprovecho¡±.

Incesante en sus deseos de expansi¨®n, ma?ana jueves explicar¨¢ en Barcelona en una rueda de prensa cu¨¢les son las obras de su colecci¨®n que a partir del oto?o se expondr¨¢n en Girona.