Un museo que corta la respiraci¨®n
El brit¨¢nico Jason DeCaires Taylor ha creado en la costa de Canc¨²n, en M¨¦xico, el mayor centro de esculturas submarinas del mundo
Un ej¨¦rcito de 500 efectivos puebla el lecho marino de la costa de Canc¨²n, en M¨¦xico, formando una barrera submarina. Desde 2009, el grupo permanece en su puesto imp¨¢vido, concienzudamente dedicado a la tarea de proporcionar un hogar donde guarecerse y alimentarse para numerosas especies de peces y crust¨¢ceos. Por su esfuerzo y su tenacidad, la tropa se merece un homenaje, materializado en el Museo Subacu¨¢tico de Arte (MUSA), un proyecto del brit¨¢nico Jason DeCaires Taylor.
La pasta de la que est¨¢ hecha esta escult¨®rica armada, cuenta su progenitor, es un tipo especial de cemento, de PH neutro, respetuoso con la biolog¨ªa de las aguas caribe?as en las que se encuentra sumergido. Aunque su car¨¢cter es impenetrablemente p¨¦treo, cada una de estas figuras viene con una historia sentimental detr¨¢s, infundida por su demiurgo. ¡°Aunque en conjunto, todos representan la idea de los humanos viviendo en simbiosis con la naturaleza¡±, cuenta el artista (1974), que dice estar inspirado por el arte de Christo, Jaume Plensa y, sobre todo, por el propio paisaje.
En su Inglaterra natal, como estudiante de escultura p¨²blica, DeCaires sinti¨® la necesidad de dar un giro a su futura profesi¨®n. ¡°Estaba desilusionado, porque me di cuenta de que, una vez una escultura se muestra, no tiene m¨¢s utilidad¡±. Amante del arte, amante de la naturaleza¡ las cuentas le salieron enseguida: ¡°Se me ocurri¨® hacer piezas que sirvieran de h¨¢bitat para la vida acu¨¢tica¡±. ?Y por qu¨¦ en Canc¨²n? ¡°Las autoridades me invitaron hace tres a?os¡±, asegura.
MUSA no es el primer proyecto de estas caracter¨ªsticas de DeCaires, aunque s¨ª el m¨¢s monumental. En 2006, el artista cre¨® el primer parque escult¨®rico submarino del mundo en Granada, la isla situada al nordeste de Venezuela. Antes, a?ade, "tambi¨¦n hab¨ªa realizado proyectos de land art sobre la superficie en el Reino Unido y en Grecia¡±. A d¨ªa de hoy, este proyecto ecoart¨ªstico recibe una media de entre 2.000 y 3.000 visitantes semanales. Para ver el museo, solo hay que plantarse unas gafas de esn¨®rquel (para bucear, es necesario recibir primero unas lecciones), o bien tomar un barco especial con el suelo de cristal, que flota en la superficie.
Aunque su destino est¨¢ hundido, el origen de las esculturas de DeCaires se forja sobre la tierra, en su estudio. ¡°Siempre intento hacerlas lo m¨¢s pesadas posible, de alrededor de cinco toneladas, para que puedan soportar huracanes o cualquier otro tipo de desastres naturales¡±. Para su inmersi¨®n, hace uso de una gr¨²a, guiada por un buceador. Con el tiempo y la acci¨®n del mar, el cemento del que est¨¢n construidas las figuras se transforma en una especie de coral, convirtiendo al ej¨¦rcito de esculturas en un verdadero arrecife. Adem¨¢s de cambiar con el agua, las figuras tambi¨¦n parecen diferentes dependiendo de la hora del d¨ªa en que se visiten, por efecto de la luz a trav¨¦s del l¨ªquido, lo que hace de la visita a este museo un trago de lo m¨¢s salado.
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