Gratis
Lo gratis sale caro. Eso lo sospecha casi todo el mundo. La gente bien educada en las costumbres de nuestra civilizaci¨®n sabe que cuando alguien le ofrece algo gratis es mejor echar mano de la cartera y pagar lo que haga falta para no qued¨¢rselo. Lo gratis es invasivo como un amigo gorr¨®n que se instala en tu casa y no hay manera de echarlo. Pasa incluso con la televisi¨®n, que la gente considera un regalo gratuito sin entender que precisamente en esa confusi¨®n estriba su negocio. En una sociedad de consumo tan engrasada como la nuestra el adjetivo gratis nos pone alerta. ?C¨®mo nos van a cobrar lo que dicen regalarnos?
Algo similar ha sucedido con los trajes del equipo ol¨ªmpico espa?ol. Las cr¨ªticas al dise?o de la ropa que vestir¨¢n nuestros deportistas en Londres se han inflamado. Para justificarse, la Federaci¨®n explic¨® que aceptaron la oferta de un comerciante que les proporcionar¨ªa la ropa gratis. No me quiero imaginar si esa oferta la hubiera superado un fabricante de conos de autopista y ahora nuestros atletas desfilaran embutidos en ponchos r¨ªgidos con forma de conos gigantes de pl¨¢stico.
La elegancia es opinable, pero no sale gratis. Puede que haya un pellizco de chovinismo porque el trajeado lo han perpetrado en el extranjero, pero lo temible es que entre organismos p¨²blicos cunda el ejemplo. En tiempo de recortes aceptar¨¢n profesores que se ofrezcan gratis y cirujanos que operen sin cobrar. Hubiera sido m¨¢s digno que los responsables ol¨ªmpicos defendieran los trajes diciendo que son hermosos, con simbolog¨ªa de furia y fuego, que nuestros atletas espa?olean cuando se los enfundan y que prolongan la l¨ªnea hortero-barroca que triunfa en ropa deportiva. Hasta invocar el lema del ¡°ande yo caliente¡±. Cualquier cosa antes de alegar que les sal¨ªan gratis, de renunciar a esa puntita de orgullo de quien se paga sus dislates. Los espa?oles mirar¨¢n el desfile de su equipo ol¨ªmpico y ver¨¢n al vecino que presume de que le ha tocado una t¨®mbola por Internet, al amigo que te ense?a un mensaje de m¨®vil de la estudiante caliente que busca sexo en la ciudad, o la madre feliz porque una carta le dice que le han correspondido por sorteo cientos de regalos.
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