Culto al vacuno
Dominic Episcopo utiliza la carne como medio de expresi¨®n art¨ªstica y de reivindicaci¨®n Su colecci¨®n 'Meat America' retrata objetos cl¨¢sicos de la iconograf¨ªa estadounidense
Cuando Lady Gaga apareci¨® en una ceremonia de entrega de premios embutida en un vestido hecho de carne, el mundo de los cotilleos entr¨® en efervescencia durante un par de d¨ªas. Que si el vestido ol¨ªa mal, que si la carne se hab¨ªa puesto mala, que si lo hab¨ªan guardado en unas c¨¢maras frigor¨ªficas, que si no era carne de verdad, que si c¨®mo hab¨ªan pegado los trozos entre s¨ª¡
Pocos precedentes se conoc¨ªan de arte en carne, y menos aplicada al material de dise?o de moda. Otra cosa ser¨ªan las pieles o plumas, que, debates sobre el maltrato animal aparte, lo cierto es que parecen m¨¢s c¨®modas y f¨¢ciles de conservar.
En materia escult¨®rica, un tal Gunther Von Hagens tambi¨¦n se encarg¨® de revolver los est¨®magos de medio mundo hace un par de a?os con una gira itinerante de esculturas cadav¨¦ricas. Esto es, hechas con aut¨¦nticas piezas humanas.
A falta de confirmar si vivimos en una ¨¦poca de carest¨ªa de lienzos, marmol u otros soportes tradicionales en el arte, se suma a esta lista de apasionados por la carne en su vertiente menos nutritiva Dominic Episcopo, un artista de Philadelfia al que se le debi¨® de caducar m¨¢s de un filete en la nevera de su apartamento de soltero.
Su colecci¨®n ¡®Meat America¡¯, es decir, la Am¨¦rica de carne, retrata objetos cl¨¢sicos de la iconograf¨ªa estadounidense tallados directamente en filetes, chuletas, envases de carne picada o solomillos. Queda discernir si esta disciplina se beneficia del culto al vacuno de dicha sociedad o si ser¨¢ condenada al infierno por el desperdicio de prote¨ªnas y colesterol, pero lo cierto es que la colecci¨®n presume, cuanto menos de patri¨®tica.
"La carne es mi musa. Es algo sagrado para los estadounidenses. La gente se apasiona con ella porque es un compendio de un amplio abanico de emociones", reflexiona su autor mientras se defiende de los que critican su trabajo."Recibo quejas de gente que dice que malgasto la comida cuando otros pasan hambre, pero no me puedo hacer responsable de ello. Estoy concienciado con la problem¨¢tica y adem¨¢s mi familia acaba comi¨¦ndose casi todo lo que fotograf¨ªo".
Episcopo no encuentra toda su inspiraci¨®n cada vez que va a la carnicer¨ªa. Su trabajo como fot¨®grafo va desde los retratos a bandas musicales -por su c¨¢mara han pasado Sonic Youth, los Beastie Boys o Queens of the Stone Age- a la realizaci¨®n de anuncios de televisi¨®n. Pero su idilio con el vacuno es lo que m¨¢s le llena. "Veo formas y personas en los filetes", reconoce.
El vestido de Lady Gaga demostr¨® que no era el ¨²nico en incubar esta pasi¨®n, lo que le convirti¨® en un visionario. "Cuando apareci¨® con ese vestido la gente reaccion¨® de la misma forma que cuando ven mi trabajo: disgusto, humor e incredulidad. Creo que es grotesco, decadente, ¡®crudo¡¯, bello, humano y pol¨ªtico. Va sobre la biolog¨ªa, lo macabro y, por supuesto, el humor".
Qui¨¦n sabe si el vacuno se convertir¨¢ en la nueva vanguardia del mundo del arte, pero mientras que eso ocurre, el artista ya puede presumir de admiradores ac¨¦rrimos de su trabajo. "Me encanta que mis fans recorran todo el espectro pol¨ªtico. Conservadores de derechas, liberal dem¨®cratas, madres futboleras, chefs, amantes del arte¡ Mi libro se puede vender en la tienda de regalos de un museo o en la caja de un supermercado".
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