De ¡®Happy Birthday Mr. President¡¯ a Lady Gaga y Lana del Rey
Tras su muerte, Marilyn Monroe termin¨® de convertirse en un icono imperecedero Madonna, los Beatles o incluso bandas punk la han recordado en alg¨²n momento de su carrera
Norma Jeane Mortenson muri¨® hace 50 a?os, el 5 de agosto de 1962. Con su cuerpo desapareci¨® su aut¨¦ntico nombre, aqu¨¦l reservado para los que la conocieron m¨¢s de cerca. Pero eran muchos los que hab¨ªan llegado a admirarla a trav¨¦s de la gran pantalla. Norma Jeane se march¨® ese d¨ªa para siempre, pero Marilyn Monroe sobrevivi¨® enfrascada en los rollos de celuloide y las retinas de varias generaciones.
La actriz se convirti¨® en uno de esos dioses paganos a los que el siglo XX convino en otorgar el rango de ¨ªdolos. Fotograf¨ªas, posters, Andy Warhol... Su figura, como la de tantos otros, alcanz¨® un estatus casi m¨ªtico que no hab¨ªa conocido en vida, y mucho menos en sus ¨²ltimos d¨ªas, en los que no disfrutaba de sus mayores cotas de popularidad precisamente.?
Como buen icono pop, su influencia ha recorrido todas las disciplinas art¨ªsticas. La m¨²sica es una de ellas, y a m¨¢s de uno le sorprender¨¢ la vigencia inspiracional que mantiene sobre gran cantidad de int¨¦rpretes que ni siquiera hab¨ªan nacido cuando ella muri¨®.
Su belleza impon¨ªa una imagen de seguridad e ingenuidad, pero Marilyn vivi¨® durante toda su carrera una dura batalla con sus demonios internos, y pocos llegaron a intuir su fragilidad, su inteligencia y la profundidad de una persona real debajo de esa m¨¢scara. El callej¨®n sin salida que asfixiaba a la tentaci¨®n rubia es de lo que habla la nueva diva del hip-hop m¨¢s pop, Nicky Minaj, que en esta canci¨®n dice sentirse identificada con ella.
"Pon tus manos sobre m¨ª, John F. Kennedy". Lady Gaga debi¨® pensar que el t¨ªtulo de este tema era demasiado sutil como para que alguien estableciera alg¨²n lazo con la relaci¨®n entre Marilyn Monroe y el por aqu¨¦l entonces presidente Kennedy. Y como no pudo resistirse, desvela esta frase casi al final, seguramente cansada de repetir la palabra hooker -que traducido finamente significa algo as¨ª como prostituta- casi en cada estrofa.
El lado fr¨ªvolo es el que m¨¢s se recuerda, y siguiendo este hilo sobre la misteriosa relaci¨®n entre la actriz y el presidente, Lana del Rey ha querido homenajear el momento celeb¨¦rrimo por excelencia en uno de sus videoclips.
Pero nada como el original.
De lo m¨¢s banal a lo sentido. Annie Clark, conocida en el negocio como Saint Vincent, reivindica una faceta que nada tiene que ver con el talento interpretativo de Marilyn. Hace unos a?os salieron a la luz algunos de los diarios de la actriz en los que se descubr¨ªan poemas y textos salidos de su pu?o y letra. Saint Vincent cogi¨® uno de ellos y lo convirti¨® en esta canci¨®n.
Otro homenaje lleno de emoci¨®n contenida es el que le brind¨® Elton John en una de sus composiciones m¨¢s conocidas. El cantante y pianista aprovecha para despedirse de ella aunque nunca tuviera la oportunidad de conocerla en persona. La muerte de Lady Di en 1997 cambi¨® el rumbo de las cosas y desde el momento en que la interpret¨® en su funeral se reconvirti¨® en una eleg¨ªa a la princesa desaparecida.
Los que hicieron acopio de peor gusto para recordar su figura fueron los pioneros del punk Misfits, que por otro lado comparten nombre con una de sus pel¨ªculas (en espa?ol traducida como Vidas Rebeldes, una de sus ¨²ltimas apariciones en la gran pantalla).
Son muchos los m¨²sicos que se han acordado de la figura de Marilyn Monroe, y no solo en sus canciones. El estandarte del shock rock de los noventa, Brian Warner, se apropi¨® de su nombre y lo empast¨® con el del asesino en serie m¨¢s famoso del pasado siglo, Charles Manson, para acabar bautizando a su banda como Marilyn Manson. Madonna tambi¨¦n se fij¨® en su look. Incluso los Beatles quisieron recordarla y fue incluida en su pante¨®n de la fama particular, la portada de su disco Sergeant Pepper's lonely Hearts Club Band.
Ella misma cant¨® en muchas de sus pel¨ªculas, y qu¨¦ mejor testamento sonoro que recordar uno de esos momentos.
Babelia
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