¡°Sin el dinero negro, la gente estar¨ªa destrozando escaparates a pedradas¡±
El presentador de televisi¨®n ofrece su propia versi¨®n del t¨¦rmino 'telebasura' convertido en un hombre del Renacimiento: prepara el lanzamiento de su primer libro
En su mansi¨®n art d¨¦co de La Florida, cerca de Madrid, el maestro de ceremonias de la telebasura recibe descalzo y en bermudita de rayas mientras acaricia el lomo de un galgo. Cruza el aire ese runr¨²n sordo de spleen y despreocupaci¨®n con olor a hierba reci¨¦n cortada propio de las urbanizaciones de lujo. Jorge Javier V¨¢zquez es simp¨¢tico, coqueto y listo. Por mucho que nos empe?¨¢ramos de antemano, no nos pudo caer mal. El domador de la feria de monstruos que atiende al nombre de S¨¢lvame se lo monta. Ah, debuta como novelista con La vida iba en serio (Planeta). Tiene pareja de hecho. Se llama Share.
Pregunta. Oiga, sus editores andan por ah¨ª diciendo que su novela es un poco Mars¨¦. No s¨¦ yo si eso le va a beneficiar como estrategia de m¨¢rketing, ?eh?
Respuesta. Yaaa¡ les estoy diciendo que pongan un poquito el freno. Pero la verdad es que s¨ª me han dicho que es un poco mezcla de Barrio, la pel¨ªcula de Fernando Le¨®n, y Mars¨¦.
P. Presentador de televisi¨®n, aspirante a estrenar un d¨ªa un musical ¡ªda clases de canto y de piano¡ª, novelista¡ ?qu¨¦ pasa, ahora resulta que es usted un hombre del Renacimiento?
R. Qu¨¦ pesao, ?verdad? La verdad es que esto del libro me ha servido para reconciliarme con la primera parte de mi vida.
P. ?Por qu¨¦?
DNI Urgente
- Nace en Badalona el 25 de julio de 1970.
- Trabaja como presentador pluriempleado en Telecinco
- Carles Francino y ?ngels Barcel¨® se negaron a entregarle el 'ondas' en 2009.
R. Hab¨ªa cosas que yo no ten¨ªa solucionadas, por ejemplo, la muerte de mi padre. Muri¨® de un tumor en Badalona cuando yo ten¨ªa 27 a?os y ya estaba viviendo en Madrid. Por aquella experiencia la verdad es que pas¨¦ de puntillas. No quer¨ªa ver la realidad. Vivir en Madrid se convirti¨® en una evasi¨®n. Me levantaba sabiendo que mi padre se mor¨ªa, pero que mi vida continuaba. En el libro ajusto cuentas con aquella situaci¨®n.
P. Eso es sentimiento de culpa.
R. No, no tengo sentimiento de culpa, pero s¨ª ten¨ªa la sensaci¨®n de que aquello no estaba cerrado. Y la verdad es que me he descubierto muchas veces llorando mientras escrib¨ªa.
P. Ese pisito de alquiler del que habla en su novela refiri¨¦ndose a su primera casa en Madrid no tiene mucho que ver con este casopl¨®n en el que vive hoy.
R. Desde que llegu¨¦ a Madrid a trabajar en la revista Pronto a m¨ª me ha ido muy bien, nunca he sabido lo que es el paro.
P. Pues al paso que vamos, se va a convertir usted en objeto de estudio. Est¨¢ la cosa guapa.
R. S¨ª. Yo tengo un sobrino que ha hecho qu¨ªmicas y ha hecho no s¨¦ qu¨¦ m¨¢ster, y un curso puente, y adem¨¢s es ingeniero¡ y yo le he dicho que se vaya de Espa?a. Aqu¨ª no hay nada que hacer.
P. Hace muchos a?os, usted y yo y otras personas bailamos una vez en un garito de Marbella hasta las seis de la ma?ana, cuando usted a¨²n no era nadie. Ahora que es una estrellona, ?baila con desconocidos?
R. (Cara de p¨®ker). S¨ª¡ s¨ª, s¨ª, s¨ª..., ?d¨®nde estuvimos?
P. Ni idea, en un garito.
R. Seguro que estuvimos en A saco Paco, que era un sitio tremendo (cara de p¨®ker del entrevistador). Era la ¨¦poca en la que Gil se carg¨® la zona del puerto.
P. ?Usted sabe la definici¨®n que hasta hace poco daba la Real Academia de telebasura?
R. Mmmno.
P. ¡°Conjunto de programas televisivos de baja calidad¡±. Pero la ha cambiado por ¡°Conjunto de programas televisivos de contenido zafio o vulgar¡±. Vamos claramente a peor.
R. Pues es que a lo mejor resulta que, por mucho que nos empe?emos, la vida es zafia y vulgar.
P. Supongo que usted no se identificar¨¢ con el concepto, pero ?asume que existe la telebasura o ni siquiera?
R. Pfffff, es que llevo ya mucho tiempo¡
P. No pasa nada, ?eh?, tambi¨¦n existe el periodismo basura, los bonos basura, el cine basura, el f¨²tbol basura, la gente basura¡
R. Es que llevo escuch¨¢ndolo como 15 a?os. Entonces, de verdad, es que ya pierde todo el sentido. Es como cuando te dicen muchas veces ¡°te quiero¡±.
P. ?C¨®mo dice?
R. S¨ªiiiiii¡ pues que ya no tiene ninguna gracia eso de la telebasura. Al principio, pues s¨ª, me pod¨ªa impactar cuando me lo dec¨ªan, al primer a?o, al segundo, al tercero¡ ?pero ya despu¨¦s de 15 a?os!
P. He de decirle que, a m¨ª, S¨¢lvame¡
R. ?Yo trabajo en una cadena comercial y mi deber es hacer un programa que la gente vea! Y al final la gente te dice todos los d¨ªas lo que quiere ver, con las audiencias. Somos titiriteros, y si la gente no te quiere pues echas la lona y pa¡¯ tu casa.
P. Un d¨ªa Paolo Vasile, el jefazo de Telecinco, me dijo: ¡°Tengo una cuenta de resultados que defender, y para que salga esa cuenta hago lo que sea. Y lo que sea es¡ lo que sea¡±. Est¨¢ de acuerdo...
R. Mmmmm¡
P. Se lo lanzo de otra forma. A m¨ª, programas como S¨¢lvame me provocan un profundo repel¨²s. ?Hay l¨ªmites?
R. Hay dos formas de ver S¨¢lvame.
P. ?Qu¨¦ me dice!
R. S¨ª. Se puede ver como un listado de las noticias rosas del d¨ªa, o como un retrato de las relaciones que se establecen entre los colaboradores del programa. Y eso es una novela, pero real.
P. Usted, que es alguien con una formaci¨®n universitaria¡
R. ?Ya estamos! Es que la gente se agarra a eso y¡ no, si ya me lo dice la Rigalt: ¡°Oye, guapo, que no eres Sartre, ?eh?¡±
P. Hombre, le dir¨¦ que, al lado de Lydia Lozano y de Bel¨¦n Esteban, s¨ª que parece Sartre, s¨ª¡
R. Pues no s¨¦.
P. Que ejemplares as¨ª sean referentes para mucha gente en este pa¨ªs es para echarse a temblar.
R. No son referentes. Son acompa?antes. Pones la tele y est¨¢n ah¨ª. Te acompa?an.
P. Pero ?no le parece da?ino para una sociedad que la gente consuma masivamente ese circo?
R. Mira, vamos a ver, ?cu¨¢nta gente ve S¨¢lvame? Dos o tres millones de personas. ?Cu¨¢nta gente hay en este pa¨ªs? Estamos elevando a la categor¨ªa de problema algo que es an¨¦cdota.
P. Dos o tres millones de personas no son una an¨¦cdota.
R. A m¨ª las cr¨ªticas ya no me afectan, y creo que cuando se critica el programa se est¨¢ ofendiendo a la gente que lo ve.
P. Es incre¨ªble que un programa especializado en insultar se erija en modelo televisivo.
R. Pero ??????en modelo para qui¨¦n???!!! ?Por qu¨¦ nos empe?amos en que la televisi¨®n tenga que ser un modelo? En mi contrato no pone que yo tenga que ser un modelo para la sociedad. Desde luego, yo no soy un modelo a seguir en nada.
P. ?No es aberrante que en ese programa haya gente que por dar grititos cobre la g¨¹eva, y que un redactor o un t¨¦cnico de su programa cobren lo que cobran?
R. Es que la tele es un medio terriblemente injusto. Pero lo mismo se puede decir del masajista de Cristiano Ronaldo y de Cristiano Ronaldo. Si es que con todo esto nos hemos dado cuenta de que el dinero no es m¨¢s que una estafa. No es m¨¢s que numeritos juntos.
P. Algunos tienen muchos menos numeritos que otros.
R. Bastante est¨¢ aguantando la gente. No s¨¦ d¨®nde est¨¢ el dinero. Supongo que ahora mismo este pa¨ªs sigue adelante por el dinero negro. Si no, no se entiende. Si no, la gente estar¨ªa ya destrozando los escaparates a pedradas.
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