Gobernar
Los gobiernos son elegidos para organizar la econom¨ªa, la sanidad, la educaci¨®n, para aportar acomodo (o bienestar) a los ciudadanos. Para lo que no son elegidos los gobiernos es para organizar la informaci¨®n, para decidir qui¨¦n dice qu¨¦ y c¨®mo, e incluso cu¨¢ndo. Tienen que ver con la red, con las frecuencias, y tambi¨¦n tienen que ver con las licencias, lo cual tambi¨¦n los aboca a la peligrosa tentaci¨®n de neutralizar a unos y mimar a otros.
No est¨¢n los gobiernos, pues, para organizar los medios nombrando a sus responsables, que sin excepci¨®n estar¨¢n bajo sospecha de ser dependientes de un dedo. Luego lo har¨¢n bien, mejor, regular o mal, pero el Gobierno pone sobre ellos ese manto, aunque cada uno y todos tengan la capacidad profesional que se les supone. No se trata de eso, no se trata de poner en marcha la funesta man¨ªa de adivinar lo que pasar¨¢ ahora precisamente, pues estamos hablando de la historia, que se repite como la morcilla.
Esta es una vieja tentaci¨®n; el problema es de ra¨ªz, tiene que ver con las ansiedades del poder. Hay sociedades que se han prohibido por ley que quien llegue a la c¨²pula mire hacia abajo ejerciendo el gusto de su propio control, pero a nuestra sociedad no se le ha dado esa facultad, los gobiernos quieren seguir controlando esa sart¨¦n para fre¨ªr los huevos como estima conveniente a los intereses de su gobernaci¨®n, como si entre las cosas que debe gobernar estuviera la de controlar la naturaleza misma del periodismo, que en su esencia vive para ser incontrolable.
El ejercicio de esa tentaci¨®n es antinatural democr¨¢ticamente; y de esa contradicci¨®n ejercida por los gobiernos nacen malentendidos que por igual perjudican a los profesionales a los que nombran, que tienen que realizar su trabajo desde una inevitable suspicacia mutua, como a la esencia misma del Gobierno, que es la de prolongar, con su gesti¨®n, la democracia. La democracia es saber que por la ma?ana no saldr¨¢ el titular que so?aste anoche. Ahora, si el titular es el que so?aste algo malo estar¨¢ pasando. Seguramente ser¨¢ ¡°desagradable¡±, que es un adjetivo que ahora se utiliza mucho, pero gobernar es saber de antemano que el titular no saldr¨¢ como quieres. Eso es
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